83. Los servicios esenciales para
las mujeres y las niñas en los países afectados por conflictos adolecen de una
deficiencia crónica de financiación, al igual que las iniciativas que promueven
la igualdad de género y la participación y el liderazgo de las mujeres en las
esferas de la paz y la seguridad. Aunque la ayuda bilateral global[1]
destinada a promover la igualdad de género en los países que se encuentran en
una situación frágil va en aumento, el apoyo específico a los programas en que
se da prioridad a la igualdad de género sigue siendo escaso. En el período 2015-2016,
se recibió como promedio la suma de 18.500 millones de dólares al año para
prestar apoyo a programas destinados a mejorar la igualdad de género y el
empoderamiento de la mujer en los países frágiles y afectados por conflictos,
lo que representa un aumento del 17% con respecto al año anterior[2].
Sin embargo, el total de la ayuda bilateral destinada a programas cuyo objetivo
primordial es la potenciar la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de
la mujer en los países afectados por conflictos sigue siendo baja, en torno al 5%
del total de la ayuda bilateral a esos países.
84. Del total de la asistencia específica, los donantes principales, incluidos Alemania, el Canadá, los Estados Unidos, el Japón, el Reino Unido, Suecia y las instituciones de la Unión Europea, aportaron más del 80%. En particular, los Países Bajos y Suecia aportaron cada uno más del 20% de la ayuda destinada a programas que tenían como objetivo primordial potenciar la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer[3]. En una nueva iniciativa, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de los Emiratos Árabes Unidos puso en marcha la “política 100% mujeres”, que tiene por objeto lograr que, para 2021, el 100% de la asistencia bilateral y multilateral procedente del extranjero esté destinada a potenciar la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer o tenga esos elementos como uno de los componentes fundamentales de su programación.
85. El compromiso con la igualdad
de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas debe ser un componente
esencial de las estrategias nacionales, regionales y mundiales para la
consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De las estimaciones
preliminares basadas en ocho sectores agregados se desprende que solo el
cumplimiento de los compromisos contraídos en el marco de la Agenda 2030 para
el Desarrollo Sostenible requerirá inversiones de entre 2 y 3 billones de
dólares al año. Los países afectados por conflictos requerirán aún más apoyo
financiero para alcanzar los Objetivos. Tomo nota y expreso mi reconocimiento
por las peticiones que las organizaciones de la sociedad civil que representan
a las mujeres vienen haciendo de antiguo de que se modifiquen las prioridades y
se haga un mejor uso de los fondos disponibles[4].
86. El gasto militar mundial, que
se mueve en sentido contrario al lento aumento de la ayuda destinada a promover
la igualdad de género, ha alcanzado la alarmante cifra de 1,74 billones de
dólares en 2017, un aumento del 57% desde 2000. Mientras que la mayoría de los
países de todo el mundo limitan los gastos militares a menos del 2% de su
producto interno bruto (PIB), algunos destinan a esos gastos más del 3% de su
PIB, y otros asignan más fondos públicos a los gastos militares que a la
educación[5].
Otras corrientes financieras que salen de los países paralizan sus presupuestos
y limitan el gasto público, debilitando así la resiliencia general de las
sociedades. Los datos más recientes indican que las corrientes de salida de
capital desde los países en desarrollo fueron 2.5 veces superiores a las
corrientes de entrada de ayuda[6], y entre las corrientes de salida figuran 3,3
billones de dólares que corresponden al pago de intereses sobre la deuda
externa, inversiones extranjeras, repatriación de ingresos y fuga de capitales,
y se estima que el 84% de esas transferencias netas de recursos corresponden a
una fuga de capitales no contabilizada, incluidas las salidas ilícitas (véase S/2017/861).
87. Uno de los objetivos
principales de mi plan de acción de siete puntos para la consolidación de la
paz con una perspectiva de género es destinar al menos un 15% de todos los
fondos gestionados por las Naciones Unidas a proyectos de consolidación de la
paz encaminados a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las
mujeres. Los avances y la capacidad de hacer un seguimiento de la financiación
de los proyectos siguen siendo muy desiguales en las distintas entidades. He
creado un equipo de tareas interno de alto nivel sobre la financiación para la
igualdad de género que ayudará a establecer una base de referencia, controlar
de manera más sistemática los gastos destinados a la igualdad de género a nivel
interno y proponer metas ambiciosas para la asignación de los recursos en el
futuro. Insto a las entidades pertinentes de las Naciones Unidas a que
establezcan sistemas especializados para valorar los progresos y responder ante
posibles tendencias al estancamiento o a la reducción. Me alienta que la idea
de establecer objetivos mínimos haya sido adoptada por un número cada vez mayor
de interesados importantes, entre ellos el Canadá. Se mantiene la demanda de los
conocimientos técnicos especializados de ONU-Mujeres sobre el género y las
mujeres y la paz y la seguridad; su presupuesto asignado para la programación
en la esfera de la paz y la seguridad y las intervenciones humanitarias se
mantuvo en 71 millones de dólares en 2017, similar al del año anterior.
88. Para el período 2017-2019, el Fondo para la Consolidación de la Paz ha
elevado del 15% al 30% su meta de inversiones para la consolidación de la paz
con perspectiva de género, después de haber sobrepasado el objetivo mínimo del 15%
en 2016. En 2017, el Fondo llegó al 36%, si se combina la programación
destinada a mejorar la incorporación de la perspectiva de género y la
programación específica para la igualdad de género (véase A/72/740).
Las iniciativas de promoción de las cuestiones de género y de la juventud del
Fondo asignaron 27,5 millones de dólares en 13 países para proyectos de
consolidación de la paz en los que se tuvieran en cuenta el género y la
juventud, de los cuales 16 millones de dólares se han asignado específicamente
a proyectos en los que se tenga en cuenta el género y 11 millones de dólares a
proyectos inclusivos para los jóvenes. Reitero mi llamamiento para que se
garantice un apoyo financiero adecuado al Fondo para la Consolidación de la
paz, hasta alcanzar la cifra de 500 millones de dólares anuales. Con el nuevo
objetivo del 30%, un Fondo de Consolidación de la Paz financiado plenamente
podría ser una fuente importante de apoyo a iniciativas de consolidación y
sostenimiento de la paz en las que se tuviera presente la perspectiva de
género. El punto focal mundial para los aspectos policiales, judiciales y
penitenciarios también informó de una tendencia positiva, ya que los fondos
destinados a promover la igualdad de género y los derechos de la mujer en la
programación conjunta superaban el 15% en Malí, Haití, el Estado de Palestina (el 20%), la República
Centroafricana (el 16%) y Somalia (el 27%)
89. Me preocupan los indicios de la
reducción del espacio y la financiación de organizaciones de la sociedad civil
dirigidas por mujeres, muchas de las cuales operan en la línea del frente de
los conflictos. En el período 2015-2016, la
ayuda bilateral a instituciones y organizaciones de mujeres en todos los países
en desarrollo se cifró en un promedio de 464 millones de dólares al año[7].
Los análisis de las tendencias han indicado que la proporción de la ayuda
canalizada a través de organizaciones no gubernamentales de mujeres ha venido
descendiendo desde 2011, cuando alcanzó el 52,3%, y se estancado por debajo de
ese nivel desde entonces, quedando en el 48,1% en 2016[8].
Exhorto a los donantes a que inviertan esas tendencias y aumenten el apoyo a
las iniciativas dirigidas por diversas organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales de mujeres, incluidas las organizaciones dirigidas por mujeres
que representan a las personas con discapacidad. En particular, es necesario un
aumento de la financiación básica a largo plazo para que las organizaciones
puedan llevar a cabo su labor de manera satisfactoria y en condiciones de
seguridad. Los compromisos financieros deben corresponderse con la medida en que
se recurre a las organizaciones de la sociedad civil que representan a las
mujeres para llevar a cabo programas colectivos, incluida la contribución a la
concepción y el desarrollo de programas y políticas de carácter básico.
90. El Fondo
para la Mujer, la Paz y la Acción Humanitaria[9]
es un mecanismo singular, dedicado exclusivamente a prestar apoyo a las
organizaciones de mujeres en sus esfuerzos en favor de la paz y la seguridad.
Hasta la fecha, el Fondo ha prestado apoyo a más de 40 organizaciones de la
sociedad civil que representan las mujeres de Burundi, Colombia, Fiji, las
Islas Salomón, Jordania, Samoa y Vanuatu. En 2018, con el apoyo de los
donantes, el Fondo pudo comenzar a intervenir en el Iraq. El Fondo ya ha
aportado pruebas y elementos innovadores a los esfuerzos mundiales encaminados
a prevenir los conflictos. Exhorto a los Estados Miembros a que aumenten sus
contribuciones al Fondo y lo ayuden para que pueda alcanzar su objetivo de
financiación de 40 millones de dólares para fines de 2020. Si alcanzase ese
objetivo, el Fondo podría prestar apoyo a las organizaciones de la sociedad
civil locales y comunitarias en los 24 países que cumplen los requisitos para
recibir su asistencia.
[3] OCDE, “Crédito Reporting System”, OCDE. Base de datos estadísticos. Puede
consultarse en https://stats.oecd.org/Index.aspx?DataSetCode=crs1.
https://undocs.org/es/S/2018/900
http://whitecube.com/artists/artist/rachel_kneebone
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