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miércoles, 28 de febrero de 2018

La sororidad es la alianza feminista entre las mujeres.

 Pintura de Angelica Kauffmann

Sororidad (del latín soror, sororis, hermana, e -idad, relativo a, calidad de; en francés, sororité, en italiano sororitá, en español, sororidad y soridad, en inglés, sisterhood); enuncia los principios ético-políticos de paridad,  ausencia de jerarquía patriarcal, y relación paritaria entre mujeres. Términos relativos: sororal, sórica, sororario, en sororidad. Se asemeja al affidamento enunciado por el Colectivo   de la Librería de Mujeres de Milán,  al propiciar la confianza y el apoyo entre las mujeres.
La sororidad es una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo. Es una experiencia subjetiva de  las  mujeres  que  conduce a la búsqueda de relaciones positivas y a la alianza existencial y política cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con otras mujeres, para contribuir a la  eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer.

 La sororidad es la conciencia crítica sobre la misoginia, sus fundamentos, prejuicios y  estigmas, y es el esfuerzo personal y colectivo de desmontarla en la subjetividad, las mentalidades y la cultura, de manera paralela a la transformación solidaria de las relaciones con las mujeres,  las prácticas sociales y las normas jurídico políticas.

Enfrentar de esta manera la misoginia implica el poder y la libertad de pensamiento que permiten abandonar críticamente los valores, prejuicios y  estereotipos patriarcales  con los que, de manera tradicional y conservadora, nos aproximamos a las otras y a nuestro género. Este cambio  impacta de inmediato el contenido de pensamientos,  juicios, interpretaciones,  ideas y afectos sobre mujeres específicas y sobre el género. Quien lo hace mejora su autovaloración y su autoestima de género.  La mirada a las otras mujeres se finca en conocimientos más certeros que se convierten en recursos de comprensión.

Quien desmonta su misoginia está en condiciones de modificar las formas de comportamiento y de relación entre mujeres al eliminar prejuicios de supremacía  propia y la mirada hostil a la otra y, en cambio,  considerar a la otra sin discriminación, sin hostilidad, celos y envidia.

Como la misoginia es el otro lado del machismo (Lagarde, 1996), la secuencia de impactos  que conlleva desmontarla  afecta  la percepción de “el hombre”  -el  abstracto androcéntrico- , de los hombres concretos y de lo masculino, los cuales, por efecto de la valoración femenina, pierden plusvalor.  “El hombre”  desaparece cuando la visión del mundo deja de ser androcéntrica y cada mujer puede ver el mundo desde sí misma y desde su género (Rivera Garretas, Ma. Milagros, 1994) y, de manera crítica refuta  la supremacía y la centralidad del hombre como símbolo universal de la humanidad.

Estos procesos son  posibles  si se desarrollan en las mujeres  valores positivos sobre las mujeres y el  género, sobre lo femenino y sobre  la mujer como símbolo abstracto.

Al desmontar la misoginia la mirada hacia las mujeres y lo femenino cambia de manera significativa y  la valoración positiva de las mujeres emana de la experiencia. Conocer las vicisitudes que enfrentamos las mujeres   para cumplir el deber,  ser aceptadas y reconocidas como mujeres  en el mundo o para resistirnos, rebelarnos y cambiar, nos permite comprender a las otras.

De esta aproximación a las mujeres emergen cualidades de prestigio, estatus y poder inexistentes previamente y de ellas emanan  cualidades de autoridad (CLMM, 1991)  personal y  colectiva. Adquieren un valor extraordinario los conocimientos, las habilidades y los aportes de las mujeres a sus propias vidas y a las de otros, a la sociedad y la cultura, y a procesos concretos de sexualidad, socialidad, economía  y aculturación históricamente femeninos.

Las mujeres que se introducen en el camino de desmontar la misoginia  lo hacen porque viven la eliminación de la automisoginia y sus huellas en su  subjetividad y su cuerpo,  su autoidentidad y  su autoestima de género. Por eso pueden percibir con empatía a otras mujeres.

Las guías y objetivos ético-políticos de la sororidad son:

 a) La identificación entre  mujeres como semejantes. Más parecidas, mientras mayores son las coincidencias de condiciones de edad, generación, opción sexual,  clase social, etnia, formación cultural,  ideología, posición y actuación política, opción religiosa, nacionalidad y otras más.  Semejanzas con estos contenidos abren  cauces a  la identificación positiva entre mujeres por su pertenencia  al sexo femenino y el género de las mujeres.

 b) La necesidad de la alianza de género para establecer entre las mujeres  lo que se exige a la sociedad: la valoración de las mujeres a partir del reconocimiento de la  igualdad y la diferencia, la diversidad y la  especificidad, con base en los  derechos humanos de las mujeres acordados en la última década del siglo XX.

c) La defensa ante ataques, agresiones y cualquier forma de violencia y maltrato o irrespeto a nuestros derechos humanos, y la eliminación de la autocomplacencia, la victimización y la opresión de las mujeres.

 d) La difusión del feminismo y el logro  de su incidencia social, cultural, jurídica y política es   vínculante  en la alianza sororal. Enfrentar el antifeminismo -forma fundamentalista de la misoginia política-,  y avanzar al hacer visibles los aportes del feminismo a la modernidad y su impacto en  los avances reales de las mujeres.

e) La sexualidad femenina, tan potente y prodigiosa, ha sido  desvalorizada y naturalizada para eliminarla como soporte político de la poderosa condición sexual y de género de las mujeres. Es central el reconocimiento entre mujeres de la legitimidad de la  sexualidad propia y de la sexualidad de las otras como vía de la resignificación de la condición humana de las mujeres


http://www.mujerpalabra.net/conoce_a/pages/marcelalagarde/ElFeminismoenmiVida_marcelalagarde.pdf
http://www.mujeresnet.info/2015/04/palabrafeminista-sororidad.html
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martes, 27 de febrero de 2018

Nuestra hijas tendrán madres al fin




El movimiento #YoTeCreo y todos sus aledaños suponen una fuerte ruptura al respeto que las reglas patriarcales venían imponiendo a las mujeres. Igual el movimiento #MeToo y como cierre actual la huelga del 8 de marzo .

Las mujeres por siglos hemos sentido una terrible indefensión cuando hemos querido romper las cadenas de los mandatos patriarcales  y al hacerlo, a la que lo consiguió, el sistema la castigó con sus criticas más feroces y su menosprecio absoluto .
No hay que moverse en el tiempo, a día de hoy, muchas mujeres en el mundo no se separan porque eso las convertiría en parias, alejadas de sus hijas e  hijos y sin medios de sustento propio, debido a unas leyes de patria potestad que siguen excluyéndonos y a una idea de que nuestros desarrollo va con el otro y con la familia nominada por él. 

Las mujeres han venido teniendo un papel claro que las suponía felices, sin preguntarle como se sentían, aunque luego  se la criticara de histéricas, maniáticas, dominantes, locas cuando  tenian comportamientos normales de un ser humano que quiere expresarse y que se rebela frente a una tutela no pedida y frente a la consecuencia de unos actos que le venían impuestos.

Phyllis Chesler  nos habla  de las mujeres como niñas sin madre, ya que la madre no podía dar a la hija sino la capitulación, la idea del límite que no debe trasponer, amenazada de exclusión y con el riesgo de no ser considerada mujer o femenina.


Nos explica Franca Ongaro : "La madre tiende a transmitir a su hija modos de supervivencia y no las herramientas para vivir; cuando más, llega a transferir su propia necesidad de liberación, pero la hija siente el impulso de "liberarse" de la prisión en la que su madre ha sido recluida y no a encontrar los medios personales para salir de su propia prisión."

De ahí la soledad que suponía plantear la propia autonomía o una relación con el cuerpo distinta de la ya pre-impuesta

 También escribe Franca : 

"A las hijas se les dice casi como amenaza:


—Este es tu recinto, es mejor para ti respetar sus límites. Yo sé que no es muy agradable vivir aquí dentro, pero te conviene aceptarlo con paciencia porque te lo agradecerán y sacarás algunas ventajas."


 Mi abuela decía a mi madre:  "Hija, tienes que saberlo llevar ", "los hombre todos son así, ya se sabe" y la devolvía a su vida de sufrimiento, que a ella también le era cotidiana 



Según Franca Ongaro: "Se ha hablado de las mujeres como niñas sin madre. (.) Este estado de orfandad significa que para muchas mujeres no hay posibilidad de regresión al seno materno por no haber una madre a la cual recurrir en busca de apoyo."


  Lo sabemos, muchas  de nuestras madres  tampoco han podido acudir a la suya en busca de ayuda, pues  las encontraban  igual  de tuteladas con criterios mediados por las enseñanzas patriarcales y sin, ademas,  poder de decisión. 

El patriarcado en sus múltiples formas de expresión, incluso dentro de nosotras mismas, esta al acecho , esgrimiendo todos sus poderes para impedir el cambio y acorralarnos en los cuerpos-para-otros cuyos trabajos no tienen valor  ni en su día tuvieron alma
Nos jugamos mucho en esta huelga. No podemos fallar por nosotras, por nuestras hijas y nietas, por un mejor futuro que también beneficiará a nuestros hijos. 

Nuestras hijas deben tener madres al fin que las apoyen y las entienden que no las limiten ni castren .

El camino hacia la igualdad pasa por la Huelga del 8 de marzo en el que todas hermanadas en la sororidad nos apoyemos desde nuestra distintas posiciones vitales frente a esa diferencia que se ha convertido en desigualdad con el otro constructo social de género, que no vendría mal reconsiderase las cargas a las que su hombría les somete. 
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lunes, 26 de febrero de 2018

Autoestima y Género. Sincretismo y escisión 8/9


Las mujeres nos movemos entre exigencias, alabanzas y reprobaciones que son función de contenidos existenciales modernos y tradicionales. La autoestima femenina derivada de este sincretismo genérico es muy compleja. Se caracteriza en parte por la desvalorización, la inseguridad y el temor, la desconfianza en una misma, la timidez, el autoboicot y la dependencia vital respecto de los otros. Y también por la sobreexaltación y la sobrevaloración en el cumplimiento de la cosificación enajenante, de la competencia rival o de la adaptación maleable.
Paradójicamente, al mismo tiempo, la autoestima de las contemporáneas se caracteriza también por la seguridad, la auto valoración, la confianza en las capacidades y habilidades propias, en los saberes y en las cualidades. Destacan en esta vertiente la independencia y la autonomía en varios planos. No corresponder con los valores hegemónicos se concibe como un valor positivo.
No obstante, vivir así conduce a las mujeres a experimentar sensaciones, afectos y pensamientos de escisión, al menos en hitos claves de la vida. La composición contradictoria de la identidad de las contemporáneas hace de la autoestima un conjunto de experiencias antagónicas que producen inestabilidad emocional y valorativa, y refuerza formas de dependencia vital aun cuando los afanes personales sean por la autoafirmación. Mientras más binarias sean la composición de género y la vida cotidiana, las mujeres experimentan más la sensación de estar partidas y contrariadas por necesidades e intereses opuestos pero imprescindibles. La disyuntiva es entre Yo y los otros, o entre unas necesidades y otras, unas actividades, unos espacios, un uso del tiempo y de los recursos, y otras actividades, otros espacios y otro uso del tiempo y de los recursos.
La experiencia de escisión vital integra el núcleo del conflicto interior que sintetiza las contradicciones externas producidas en las relaciones, en los ámbitos y las esferas de vida, en las ideologías y en la política. Cada mujer debe enfrentar en el mundo las contradicciones entre modernidad y tradición y, al mismo tiempo, sus propias contradicciones internas producto de esta escisión entre valores, estilos y decisiones personales basadas en la dimensión subjetiva, tradicional o moderna, y en el modo de vivir, que reproducen o replican las contradicciones externas. No es extraño, pues, que la mayoría de las mujeres afirme tener la sensación de inestabilidad y experimente a menudo cambios notables de estado de ánimo y de autopercepción. El sincretismo y la escisión de género en los procesos de vida hacen que el estado y la calidad de la autoestima sean relativos a períodos, etapas de la vida y situaciones que a cada paso redefinen el estado vital de cada mujer, según las condiciones predominantes en su experiencia.
Es evidente que las crisis y los conflictos derivados del sincretismo en la autoestima implican un doble esfuerzo vital. Muchas mujeres no logran salir de esta problemática a lo largo de su vida Porque no tienen recursos para hacerlo., lo que las mantiene en condiciones graves de sujeción, mala vida y daño. Muchas sucumben. Otras logran destrabar este conflicto por breve tiempo, pero el conflicto reaparece y se actualiza en cada crisis vital. La pérdida constante de energías vitales hace que no fluya la experiencia, y que los avances no fortalezcan de manera permanente la autoestima femenina.
Esta manera de vivir no es adecuada para las necesidades de las mujeres que se esfuerzan en preservar su integridad, en estimular el amor a sí mismas y la seguridad personal; por más, esfuerzos que hagan, no obtienen las respuestas anheladas. Por el contrario, sus condiciones de vida o sus relaciones no mejoran, se dificulta el desarrollo de su asertividad y se lesiona la conformación de una autoidentidad positiva y de una autoestima sólida.

No obstante, es sorprendente que a la par del déficit de autoidentidad y de autoestima de muchas mujeres, la fortaleza defina cada vez la identidad de más contemporáneas. No es que ellas no hayan vivido este conflicto; tampoco se trata sólo de mujeres ricas, con recursos o de posición acomodada. Son mujeres de diversas condiciones sociales, incluso precarias, con distintos grados de educación, que realizan diferentes actividades, trabajos y oficios. Son mujeres de edades y estados sexuales diversos y que pertenecen a una amplia gama cultural, nacional y étnica. La marca de identidad genérica que las distingue es que han enfrentado los conflictos del sincretismo y la escisión vital y se han movilizado para enfrentar las crisis y solucionar su problemática vital. Han convertido cada contradicción en recurso vital dinamizador, y han potenciado sus alcances. Han suturado y cicatrizado la escisión al integrar todas sus dimensiones y moverse sin antagonismos internos y sin sentirse partidas. Ha prevalecido en ellas el Yo, y desde él se relacionan con los otros. Y algo muy importante: se valoran, reconocen su propia autoridad y no se colocan en posición de subordinación.
Redefinen, a pulso, cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad, su lugar en las relaciones y en el mundo, desde la centralidad en su propia vida. Son mujeres libres aunque la sociedad no legitime sus libertades.
De mujeres así se nutre la teoría feminista de la autoestima. De ellas aprendemos maneras de enfrentar experiencias adversas o complejas, en las que despliegan la creatividad e inventan alternativas prácticas que devienen en solidez personal.

https://xenero.webs.uvigo.es/profesorado/marcela_lagarde/autoestima.pdf
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domingo, 25 de febrero de 2018

Empoderamiento



abc del Feminismo con Marcela Lagarde



La Secretaría Nacional de Igualdad de Géneros del PRD a través de Voz de Mujer Radio Tv, su canal web 2,0 con una perspectiva de género, presenta "El abc del Feminismo" con Marcela Lagarde, una serie videográfica  sobre género y feminismo.


La transmisión de este breve glosario de género comentado magistralmente por la Doctora Marcela Lagarde De los Ríos, una de las máximas exponentes del feminismo de nuestro país,  tiene como fin contribuir al empoderamiento y fortalecimiento del liderazgo político de las mujeres, una de las tareas prioritarias del PRD a través de su Secretaría Nacional de Igualdad de Géneros.


¡Amig@, Conoce, Comenta y Comparte este video! ¡Saludos!

Claudia Castello Rebollar
Secretaria Nacional de Igualdad de Géneros del PRD ( México)

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sábado, 24 de febrero de 2018

Autoestima y Género. Anhelos y autoestima 7/9

En consecuencia, las contemporáneas anhelamos en la propia vida experiencias que emanan de la utopía moderna y de la construcción real de la modernidad: desarrollo personal como avance y complejidad, mejoría, bienestar y calidad de vida. En la conciencia de la mayoría de las contemporáneas están presentes la convicción y el anhelo del progreso de género entendido como el fin de las arbitrariedades e injusticias de género en la propia vida. El bienestar es imaginado por las mujeres como la superación de los obstáculos vitales y el logro de metas personales concordantes con la época en que vivimos. Eliminar la injusticia y los conflictos desgastantes, gozar y disfrutar de la vida, vivir en libertad, son los más caros anhelos de autoestima de más y más mujeres cada día.

Por ello, las marcas de la desigualdad, la inequidad y la falta de libertades impactan profundamente el desempeño de mujeres que en su modernidad aspiran a la realización personal ubicadas en un conjunto de experiencias, prácticas y relaciones ambivalentes, que en parte siguen siendo conservadoras y opresivas. El sincretismo de género nos obliga a movemos entre lo público y lo privado, entre la tradición y la modernidad, con algunos poderes y derechos limitados y, al mismo tiempo, con déficit y brechas sociales.
De acuerdo con la moral tradicional actualizada, todo esto debe ser vivido por las contemporáneas de manera simultánea y sin inmutamos. Las ideologías del siglo XX convierten en un valor y un deber ser la capacidad de las mujeres de compatibilizar estos antagonismos en nuestras vidas, y así ser felices y exitosas".


https://xenero.webs.uvigo.es/profesorado/marcela_lagarde/autoestima.pdf
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viernes, 23 de febrero de 2018

Declaración final de la Cumbre de Mujeres Jueces y Fiscales sobre la Trata de Personas y el Crimen Organizado


La trata de personas es un crimen abyecto contra la Ley de los Pueblos, que generalmente implica la aquiescencia o negligencia de los Estados. Por lo tanto, es una grave violación de los derechos humanos, y debe considerarse un crimen contra la humanidad, sin limitaciones legales. Este crimen es condenado por las Naciones Unidas bajo la Meta 8.7 de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible .


Lo primero que todos merecemos y exigimos tener son los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y las fuerzas policiales, que son sabios, sensatos, honestos, responsables, transparentes y creíbles en su búsqueda del bien común, la dignidad de las personas , justicia social y paz. Cualquier complicidad del Estado, el Sistema Judicial y las fuerzas de seguridad con la trata de personas, como se informa en muchos lugares del mundo, significa la corrupción absoluta de los poderes del Estado. También se ha constatado la existencia de complicidades en quienes ejercen poderes estatales de facto y en otras instituciones cuasi gubernamentales, dado el ritmo cada vez mayor de la trata internacional de personas con fines de explotación sexual o laboral perpetrada por redes internacionales de trata de personas y tráfico de drogas.

El Sistema Judicial debe contar con leyes claras y sólidas, tanto a nivel nacional como internacional, que establezcan desde un punto de vista jurídico el indiscutible hecho antropológico y sociológico de que la trata de personas es una violación de los derechos humanos y un crimen contra la humanidad, ya que vulnera gravemente física, psicológica y emocionalmente el cuerpo y la mente de sus víctimas.

Necesitamos leyes claras y universales que no tengan limitaciones legales, así como procedimientos expeditos y apropiados para luchar efectiva y globalmente contra el nuevo desafío de la esclavitud moderna, un crimen que continúa creciendo debido a estructuras criminales nacionales e internacionales bien orquestadas y que es cada vez más amenazante para la dignidad humana y la paz. La desigualdad social se basa en una economía que depende de los combustibles fósiles y que solo busca ganancias inmediatas y un consumo extremo; esto da como resultado la pobreza y la exclusión, y alimenta los bolsillos de las estructuras delictivas que se benefician de la peor cara de la globalización y la indiferencia, que es la explotación y el tráfico humanos.
La aplicación efectiva del Código Penal es una obligación para poner fin a esta intolerable violación de los Derechos Humanos. La justicia penal está intrínsecamente vinculada a la justicia social, y la justicia social, a su vez, está intrínsecamente vinculada a la justicia ambiental.

Los acuerdos bilaterales o multilaterales entre los Estados son bienvenidos, en la medida en que sean útiles para establecer la justicia en un mundo globalizado, donde las mafias parecen funcionar mejor que los sistemas de justicia internacionales.

Ayudar a las víctimas debe ser el centro de todas nuestras acciones y esfuerzos, incluida la rehabilitación, la reubicación y la integración en la sociedad de los sobrevivientes de esclavitud y trata de personas modernos. Debemos aspirar a restaurar su dignidad y capacidad para ser social y económicamente independientes.

Las diversas formas de trata y explotación de personas, incluida la prostitución, la explotación de mujeres con fines reproductivos, el trabajo forzoso y el comercio de órganos, no son una cuestión de consentimiento, sino de justicia social.
Perpetuar la explotación significa perpetuar la violencia y la desigualdad. La trata de personas implica la venta y compra de seres humanos, donde tanto los vendedores como los compradores (los llamados "clientes") son igualmente responsables del comercio de mujeres, hombres, niños y niñas.

Es por eso que apoyamos firmemente el Modelo Nórdico, que por primera vez criminaliza la compra de sexo, despenaliza a las víctimas y enfatiza el papel del Estado para garantizar la cohesión social y la paz.

Al tratar de establecer justicia, los jueces y juezas, los fiscales y sus asistentes deben buscar el restablecimiento de la dignidad humana y la libertad de las víctimas, ya sea del trabajo forzado, la prostitución, el comercio de órganos o la explotación de mujeres con fines reproductivos. Al mismo tiempo, debería haber castigos más severos, en línea con la caracterización de estos crímenes como crímenes de lesa humanidad, contra traficantes, traficantes y sus cómplices, proxenetas y clientes o consumidores, que son la fuerza impulsora detrás de estas prácticas delictivas. Estos crímenes, que continúan creciendo debido a la negligencia e incluso la aquiescencia de los sectores del gobierno, son violaciones graves de los derechos humanos que siempre deben estar exentas de cualquier limitación legal. Y bajo ninguna circunstancia las víctimas deben ser castigadas.

Como resultado, apoyamos los siguientes objetivos:

1. Apoyo integral a largo plazo a todas las víctimas, sin limitaciones ni condiciones. Las iniciativas de apoyo proporcionadas por el Estado y el sistema judicial deben tener en cuenta las necesidades específicas de las víctimas y el restablecimiento de requisitos legales mínimos y suficientes para su reasentamiento.

2. Divulgación de información para concienciar y comprender las dificultades que sufren las víctimas. Esto podría lograrse mejor utilizando videos y otros formatos modernos para mostrar en instituciones educativas y otros lugares de reunión.

3. El reconocimiento de una persona como víctima por la violación de los derechos humanos que ha sufrido, en lugar de exigir que se presenten las denuncias formales ante el tribunal o su colaboración con la Justicia.

4. Creación de un Registro común nacional e internacional de delincuentes.

5. Reconocimiento de los derechos civiles, políticos, sociales y económicos de las víctimas de la trata: su derecho a la integridad física y moral, a permanecer en su país de destino, a la educación, salud, vivienda, trabajo, cuidado infantil, ciudadanía y su derecho a estar libre de cualquier tipo de discriminación, violencia y explotación.

6. El sistema de Justicia debe garantizar que las viviendas y las oportunidades educativas estén disponibles para las víctimas como parte de su proceso de restauración, incluidas las casas de seguridad y cualquier otra asistencia requerida en su nuevo país, de acuerdo con sus necesidades personales y sin ninguna fórmula estándar en cuanto a los días de estadía legalmente autorizados.

7. Acceso a la asistencia legal universal y gratuita, así como la promoción de un programa de asistencia legal pro bono para las víctimas de la trata de personas. Los procedimientos judiciales deben brindar apoyo y deben ser parte del proceso de restauración de las víctimas en lugar de volver a victimizarlos.

8. Creación de un sistema que garantice la protección de todos los derechos de las víctimas, incluyendo no solo su recuperación física y moral, sino también la reparación y compensación del daño que sufrieron. Junto con el Gobierno, el sistema de justicia debe implementar mecanismos para que las víctimas tengan acceso a dicha reparación. Los Estados y sus poderes judiciales deben garantizar que los bienes de quienes participan en los delitos de trata de personas sean confiscados en beneficio de sus víctimas.

9. En el proceso de liberación de las víctimas y sanción de los delincuentes o esclavistas, la apropiación de los bienes de los delincuentes debe considerarse exhaustivamente, así como el desmantelamiento de sus estructuras criminales y su base económica, para la reutilización social de dichos activos, y especialmente para la reparación del daño sufrido por las víctimas. Esta confiscación de activos ilegales es absolutamente esencial, como lo ha demostrado la experiencia en Italia y otros países, ya que es la única forma efectiva de socavar estas estructuras delictivas en su origen, así como de obtener los recursos indispensables para la reparación de las víctimas. A tal fin, la administración de justicia debe llevar a cabo procedimientos de investigación de trata de personas y procedimientos de lavado de dinero y recuperación de ganancias ilegales al mismo tiempo,

10. Adopción de medidas procesales para garantizar que las declaraciones de las víctimas grabadas en audio o video (incluidas las contradicciones y los interrogatorios) sean admisibles en los tribunales como prueba, para evitar volver a victimizar a las víctimas y amenazas a las víctimas y sus familiares, y tener que presentar su testimonio nuevamente en la fase oral del procedimiento.

11. Reconocimiento de los derechos de las víctimas a permanecer en el país de destino regularizando su situación administrativa en el territorio, así como su derecho a un retorno justo y seguro a sus países u origen si las víctimas eligen hacerlo.

12. Creación de un Fondo de Compensación Especial para las víctimas, a fin de garantizar que su daño sea reparado por completo en todos los casos.

13. Implementación de programas continuos de concientización, capacitación y educación para todas las agencias estatales, ministerios especializados y funcionarios judiciales y cuasijudiciales, para que estén debidamente capacitados y actualizados con la información que necesitan para identificar adecuadamente casos de trata de personas, y para evitar cualquier abuso de derechos en sus investigaciones y procedimientos.

14. Promoción de políticas para garantizar el acceso al sistema de justicia a mujeres y víctimas, a través de la creación y consolidación de centros de información, oficinas de asistencia legal e iniciativas de representación libre.

15. Los crímenes de trata de personas deben incluirse en los procedimientos de lavado de dinero para combatir eficazmente este crimen. Dado que el dinero es la fuerza motriz detrás de las estructuras criminales y las organizaciones de la mafia, el tráfico de redes familiares y otras redes delictivas, se deben rastrear los flujos de dinero, tan difíciles de rastrear, como transacciones bancarias y de tarjetas o traficantes, proxenetas y sus cómplices .

16. Junto con los jueces, todos los profesionales están llamados a trabajar por una sociedad justa y libre de esclavos, en particular médicos, que nunca deberían participar o colaborar con redes de tráfico de personas, especialmente organizaciones de tráfico de órganos.

17. Debería promulgarse una nueva legislación donde se especifique claramente la responsabilidad social corporativa, penalizando a las empresas nacionales o internacionales que utilicen mano de obra de terceros que impliquen trabajo forzoso o infantil en cualquier parte de su cadena de producción o que simplemente contengan trabajo forzoso o infantil.

18. Los propietarios de hoteles, moteles y otras formas de alojamiento temporal deben ser considerados responsables para evitar su participación directa o indirecta en cualquier forma de tráfico de personas o colaborar con ella.

19. Los propietarios de clínicas, centros de salud y hospitales deben asegurarse de que nunca permitan ninguna forma de trata o explotación de personas en sus instituciones, en particular el tráfico de órganos, y que siempre tratarán a las víctimas con dignidad y respeto, sin involucrar al traficante en el proceso.

20. Para erradicar la trata de personas, sus causas deben eliminarse, principalmente: la pobreza; falta de educación e ignorancia; patrones patriarcales y misóginos, es decir, la creencia de que los hombres tienen derechos sobre los cuerpos de las mujeres; desempleo; desigualdad social; debilidad, compromiso y corrupción de los poderes del gobierno; la guerra y el creciente cambio climático que conducen a migraciones forzadas; y otras causas similares.

21. Deben continuar las investigaciones sobre las causas, la naturaleza, la gravedad y las consecuencias de la violencia contra la mujer y todas las formas extremas de la trata de personas, así como sobre la eficacia de las medidas adoptadas para prevenir esta violencia y delitos y reparar su daño. incluidos los informes periódicos de los resultados obtenidos.

22. Todo el mundo, y especialmente los hombres, deberían educarse desde la infancia, y los planes de estudios deberían incluir programas educativos sobre la importancia de la sexualidad femenina y la dignidad de las mujeres, y el pensamiento arraigado históricamente de que los cuerpos de las mujeres pueden comprarse o venderse por los hombres debería ser erradicado. Deberían implementarse programas de reeducación para hombres que ejercen violencia contra las mujeres y compran sexo.

23. Debería aprobarse una nueva legislación que condene la explotación de mujeres con fines reproductivos, incluida la maternidad de alquiler, las adopciones ilegales y la compra y venta de niños y niñas. En particular, se debe erradicar el comercio de adopciones fraudulentas basadas en información falsa y el engaño de las familias biológicas para inducirlos a entregar a sus hijos y la información falsa a las familias adoptivas de que "su hijo" es un verdadero huérfano. También se debe condenar la práctica de recluir a mujeres en cautiverio para que sean utilizadas como fábricas de producción donde son violadas para "producir" niños para adopción o para la sustracción de órganos u otras prácticas ilegales. Los funcionarios, los tribunales y los gobiernos deben estar atentos a esta práctica e investigar, prevenir y castigar este engaño y práctica dañinos y maliciosos.

24. Obligación de los Estados de invertir en programas de capacitación y sensibilización para jueces, fiscales, abogados, profesionales de la salud y profesionales de la educación en la lucha contra la trata de personas, la prostitución, la explotación de mujeres con fines reproductivos y cualquier otra forma de esclavitud.

25. Se debe preservar la independencia de los jueces y fiscales, y no deben producirse interferencias (ya sean políticas, económicas o judiciales).

26. Los jueces no deben ser perseguidos o removidos para detener cualquier investigación o proceso en curso relacionado con crímenes de trata de personas.

27. Deben asignarse recursos suficientes a las investigaciones y enjuiciamientos por delitos de trata de personas.

28. Se debe alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas (según el ODS 5). Deben existir programas de asistencia económica para la autovalidación de las mujeres. Se requieren programas de asistencia comunitaria para apoyar estrategias para la autovalidación de las mujeres. Se deben promover políticas para la reintegración social y laboral de mujeres que han sufrido o sufren violencia.

29. Los contenidos curriculares mínimos deberían incluirse en todos los programas educativos sobre igualdad de género, valores de tolerancia y compañerismo, respeto de la libertad en las relaciones interpersonales, democratización de las relaciones familiares contra todas las formas de paternalismo, efectividad de los derechos humanos y deslegitimación de la violencia contra las mujeres .

30. Deberían existir procedimientos para que las ONG aparezcan fácilmente en la corte como Demandantes o demandantes en casos que involucren nuevas formas de esclavitud, evitando exponer a las víctimas a represalias posteriores.

31. Deben tomarse medidas para aumentar la sensibilización y diseñar programas de acción, tanto ecuménicos como interreligiosos, dentro de cada religión y como conjunto, para la defensa y promoción de la dignidad humana, especialmente la dignidad de las mujeres, la justicia y la paz.

32. Debe fomentarse el uso adecuado de los nuevos mecanismos de cooperación cosmopolita incluidos en los acuerdos internacionales, como el intercambio espontáneo de información, los equipos conjuntos de investigación y la centralización en un país de investigaciones paralelas, entre otras acciones.

33. Los Estados deberían comprometerse a avanzar hacia una legislación similar a la legislación nórdica, que ha demostrado ser el mejor enfoque para garantizar la protección de los derechos de las víctimas y luchar contra la trata de personas. Todos los Estados y gobiernos, locales, provinciales y nacionales, deberían promover la implementación de este modelo a todos los niveles, lo que por primera vez en la historia criminaliza a los delincuentes en lugar de a las víctimas de trata de personas.

Firmantes

+ Marcelo Sánchez Sorondo, Santa Sede
Susana Medina, Argentina
Manuela Carmena, Madrid, España
Zunilda Niremperger, Argentina
Marina Dávila Salazar, Guatemala
María Alejandra Mángano, Argentina
Rosi Orozco, México
Klaudia Łozyk, Polonia
Olga Calitri, Argentina
Emperatriz Elizabeth Pérez Castillo, Perú
Alejandra Gils Carbó, Argentina
Rosa Ana Morán Martínez, España
Martha Helia Altabe de Lértora, Argentina
Graciela Medina, Argentina
Teresa Doherty, Irlanda del Norte (Reino Unido)
Gloria Pasten, Argentina
Elvia Barrios Alvarado, Perú
Roydah Kaoma, Zambia
Shazia Zafar Raja, Pakistán
Agnes Galajda, Hungría
Marcela Molina Natalia, Argentina
Rabaa Al Zreqat, Siria
María Laura Altamiranda, Argentina
Mamá. de los Angeles Baliero de Burundarena, Argentina
Solomy Bossa, Uganda
Juana Camilla Bautista Rebollar, México
Ana María Figueroa, Argentina
Karina Rosario Perilli, Argentina
María R. Servini de Cubría, Argentina
Mariana Pucciarello, Argentina
María Angélica Gastaldi, Argentina
Maria Claudia Caputi, Argentina
María Lilia Gómez Alonso, Argentina
Marcela Pérez Pardo, Argentina
Olivia Lucette Hungbo Aubierge, Benin
Fabiola Bogado Ibarra, Argentina
Viviana Karina Kalafattich, Argentina
Rosario López Wong, Perú
Norah Amilcar Jean-François, Haití
Cristina Leiva, Argentina
Carla Marina Lendaro, Italia
Imani Aboud, Tanzania
Janet Tello Gilardi, Perú
Kenia Porcell, Panamá
Luisa Ortega, Venezuela
Laura Mazzaferri, Argentina
Samanta Guede, Argentina
N'guessan Zekré Haddad, Costa de Marfil
Fabiana Schafrik, Argentina
Valeria Torcetta, Argentina
Paloma Ochoa, Argentina
María Laura Roteta, Argentina
Elena Liberatori, Argentina
Paola Pimpinato, Argentina
Gabriela Alejandra Vázquez, Argentina
Inés Weinberg de Roca, Argentina
Helen Moronkeji Ogunwumiju, Nigeria
Graciela Medina, Argentina
Mina Sougrati, Marruecos
Susan Glazebrook, Nueva Zelanda (posición reservada en el párrafo 33)
Arline Pacht, EE. UU.

http://www.pas.va/content/accademia/en/events/2017/women_judges/declaration.html
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jueves, 22 de febrero de 2018

CARTA ABIERTA A LA UNIVERSIDAD Y A LA PREFECTURA DEL AZUAY, ECUADOR



Las y los presentes firmantes, vemos con profunda preocupación que la Universidad del Azuay, y particularmente la Prefectura del Azuay, instancias que públicamente promueven los derechos humanos de las mujeres y que han pronunciado su compromiso para eliminar y erradicar la violencia hacia las mujeres, avalan el evento “I Congreso Nacional REDESVIDA, XIV Congreso Internacional De la Defensa de la Vida”

La Universidad, al prestar un servicio público impropio y el Gobierno Provincial, el ser una entidad pública, al igual que todas y todos los ecuatorianos, está llamada a respetar la Constitución, la ley y los tratados internacionales de derechos humanos, que entre otras normas se encuentra el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia en el ámbito público y privado, los derechos sexuales y reproductivos así como la salud integral.

Entre los mensajes publicitarios del evento mencionado en líneas anteriores, se encuentran alusiones específicas y directas en contra del feminismo, doctrina que promueve la equidad de género además, estos mensajes refuerzan estereotipos negativos hacia las mujeres en relación con el derecho humano a decidir, al cual realizaremos breves puntualizaciones en torno a la temática del Congreso.

De conformidad con el artículo 150 del COIP, en Ecuador el aborto no es punible, es decir es legal, en dos circunstancias: 1. Si se ha practicado para evitar un peligro para la vida o salud de la mujer embarazada y si este peligro no puede ser evitado por otros medios y 2. Si el embarazo es consecuencia de una violación en una mujer que padezca de discapacidad mental. El resaltado nos corresponde. 

En este sentido, los organizadores del evento manifiestan lo siguiente: "Los embarazos no ponen a ninguna mujer al borde de la muerte, y aunque la ideología de género y el feminismo se esfuercen en hacernos creer lo contrario, un embarazo NO es una enfermedad. No existen embarazos mortales" Lo resaltado nos corresponde. Es importante mencionar que los embarazos Si ponen en peligro la vida de las mujeres, de hecho las estadísticas oficiales y acorde al estudio de Costos de Omisión en Salud Sexual y Salud Reproductiva realizado con el auspicio del Ministerio de Salud Pública, SENPLADES, UNFPA y Sendas se demuestra que la Mortalidad Materna es de 55 mujeres por cada 100.000 Nacidos Vivos, lo cual está muy lejos de las metas de los objetivos de desarrollo sostenible-ODS, más del 80% de las muertes son prevenibles.  Ahora mismo y de acuerdo a datos del Ministerio de Salud Pública la cuarta parte de las muertes maternas o sea  el 25% se deben a patologías preexistentes, estas mujeres deberían haber tenido la oportunidad de elegir la interrupción terapéutica de su embarazo porque su vida o su salud estaban en peligro, no tuvieron esa oportunidad y murieron de la manera más injusta.

El Estado Ecuatoriano obliga a las mujeres a continuar embarazos a costa de su vida pues no permite el ejercicio del derecho a elegir recogido en la Constitución. 

En Ecuador, en el año 2016 se registraron 2960 embarazos de niñas menores de 14 años, esto equivale a 10 niñas violadas cada día. Entre 1990 y 2014, se han registrado 31551 embarazos de niñas menores de 14 años. Es innegable que el embarazo infantil o sea de niñas entre 9 y 14 años esconde violación e incesto.
Estas niñas fueron obligadas a continuar con un embarazo que no quisieron y a costa de su vida. La violación y el embarazo les robo su niñez, su adolescencia al no ser permitido el aborto por cuestiones religiosas, conservadoras y de cualquier orden. 
Estas niñas pasaron de aprender a leer y escribir a ser señoras, madres y adultas. 

Por otro lado, los y las organizadores del evento manifiestan que “el aborto por violación es discriminación”, es pertinente mencionar que el Ecuador ha sido observado por cinco comités de expertos de Naciones Unidas respecto del altísimo índice de violencia sexual, y vulneraciones al derecho a decidir al no permitir el aborto en caso de violación, por lo cual han recomendado por cinco ocasiones despenalizar el aborto en estos casos, pues la maternidad forzada es una violación a derechos fundamentales como el derecho a la dignidad, libertad, y derecho a la vida, 

La legislación internacional además considera que la maternidad forzada es una forma de tortura.
 Los y las organizadores del evento señalan que: 
“los anticonceptivos (DIU, píldora anticonceptiva, píldora del día después o anticonceptivos de emergencia, etc.) en realidad no evitan la concepción sino que son abortivos”. 
Es inconcebible tal nivel de desinformación e ignorancia de los beneficios de los anticonceptivos.  La planificación familiar, en su componente de anticoncepción, así como la educación sexual y el aborto legal, son parte de la estrategia más efectiva para disminuir morbilidad y mortalidad materna, embarazos no deseados, y abortos en condiciones de riesgo.  

Respecto del método de anticoncepción de emergencia la ciencia ha demostrado en múltiples ocasiones que no tiene ningún efecto “antiimplantatorio”, ya que la evidencia científica demuestra que impide la ovulación y/o el encuentro del espermatozoide con el ovulo por el espesamiento de las secreciones uterinas. 
Este efecto se lo constata hasta 120 horas después de la relación sexual, no se genera ningún producto gestacional.  Si la fecundación y la implantación se han realizado la Anticoncepción de Emergencia no tiene ningún efecto.

Resulta irresponsable difundir esas afirmaciones en un país que presenta índices de violencia sexual (violación) altísimos, en donde suministrar anticoncepción de emergencia es un derecho; y en donde, además, Ecuador, es el segundo país en la región con altos índices de embarazo adolescente.

Quienes suscribimos la presente misiva, vemos con preocupación que la Universidad, centro del pluralismo ideológico, de pensamiento, de ciencia, facilita espacios para el retroceso de derechos. Es sorprendente además que permita este evento en el mismo campus universitario en donde hace un par de meses atrás trabajamos en el Primer Programa de Derechos Humanos y Género.
Preocupa el apoyo que brinda una institución pública como es la Prefectura del Azuay, que cuenta con normativa provincial para la promoción de los derechos humanos de las mujeres  y niñas, incluyendo el derecho a decidir a la interrupción del embarazo en caso de violación y el matrimonio igualitario. 

Así mismo mencionamos, que la libertad de expresión, la libertad de credo, no pueden ni deben ser usados como medios para vulnerar derechos difundiendo mensajes discriminatorios hacia las mujeres en donde entre líneas se insinúa una imagen de mujer que aborta por deporte y peor aún se reniega de métodos anticonceptivos generando contextos que criminalizan a las mujeres por tomar decisiones en su cuerpo y en su vida, lo cual está garantizado en la Constitución ecuatoriana.

Finalmente, en virtud del artículo 66 numeral 23 de la Constitución de la República del Ecuador, que regula el derecho a dirigir quejas y peticiones individuales y colectivas a las autoridades y a recibir atención o respuestas motivadas; y en concordancia con el artículo 10 literal e) de la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres; denunciamos a la opinión pública y rechazamos enfáticamente el apoyo brindado por parte de la Universidad del Azuay y la Prefectura del Azuay al evento “I Congreso Nacional REDESVIDA, XIV Congreso Internacional De la Defensa de la Vida”

El contenido de la presente Carta Abierta  QUE APOYAMOS se  ha remitido  a: Universidad del Azuay y Prefectura del Azuay.


Sin otro particular, suscribimos, 
Asociación Aequitas.
Nos adherimos:
Fundación Desafío.
Fundación Surkuna.
Fundación SENDAS.
Colectivo PRODH.
Frente de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos.
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¿Por qué una huelga de cuidados? #HaciaLaHuelgaFeminista


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miércoles, 21 de febrero de 2018

Autoestima y Género. Marcas de autoestima 6/9



La autoestima es una dimensión de la autoidentidad marcada por todas las condiciones sociales que configuran a cada mujer y, de manera fundamental, por la condición de género. Conformadas como seres-para-otros, las mujeres depositamos la autoestima en los otros y, en menor medida, en nuestras capacidades. La cultura y las cotas sociales del mundo patriarcal hacen mella en nosotras al colocamos en posición de seres inferiorizadas y secundarias, bajo el dominio de hombres e instituciones, y al definimos como incompletas.

Así pues, nuestra autoestima se ve afectada por la opresión de género y es experimentada en la cotidianidad como la discriminación, la subordinación, la descalificación, el rechazo, la violencia y el daño, que cada mujer experimenta en grados diversos durante su vida. Es evidente el cúmulo de desventajas que derivan de la real supremacía de los hombres y de la posición subordinada de las mujeres en la sociedad. El enorme poder de los hombres y de las instituciones sobre todas las mujeres -poderosas o pobres, educadas o analfabetas-, daña la autoestima de las mujeres Este daño se convierte en marca de identidad femenina sobre todo cuando se cree en la natural precariedad de género o, por el contrario, cuando se cree que la igualdad entre mujeres y hombres es real.

Por caminos diferentes, las dos creencias conducen a las mujeres a su propia desvalorización y a la experiencia constante de estar expuestas a la injusticia sólo por ser mujeres. La autoestima se integra también con la valoración, la exaltación y la aprobación adjudicadas a las mujeres cuando cumplimos con los estereotipos patriarcales de ser mujer vigentes en nuestro entorno y además aceptamos el segundo plano, la subordinación y el control de nuestras vidas ejercido por los otros. Corresponder con los estereotipos y ser valoradas como bien portadas, muy trabajadoras, jóvenes eternas, bellas escultóricas, silenciosas admiradoras de los hombres, obedientes e inocentes criaturas en las parejas, las familias, las comunidades y el Estado, produce en la mayoría de las mujeres estados subjetivos de goce y autovaloración por el cumplimiento del deber y por la aceptación personal y social. El prestigio de género, sintetizado como ser una buena mujer o estar muy buena, es una fuente muy importante de la autoestima femenina

Sin embargo, como seres sincréticas, todas las contemporáneas somos definidas, además, por la modernidad de género. El estereotipo social y los modos de vida sociales construidos a lo largo del siglo XX nos asignan un conjunto de valores identitarios que definen una nueva dimensión del deber ser simultáneo al enunciado más arriba: el de ser afirmadas e independientes, educadas, trabajadoras, económicamente independientes y comprometidas en la participación social. Nuestro deber es hoy desarrollamos y avanzar en nuestras vidas a estadios económicos, sociales, culturales y políticos superiores y ascendentes.
Las mujeres modernas somos convocadas a ser ciudadanas con derechos (limitados), y con altas responsabilidades personales sociales y políticas, así como a contentarnos con pocos y menores poderes en las relaciones personales, en nuestro desempeño y en las instancias políticas de la sociedad. Más aún: a las contemporáneas progresistas nos constituye la relación entre una ética del bien y una política de libertades acotadas. Y esta doble configuración impacta la autoestima como experiencia constante de discernimiento en la toma de decisiones y la experiencia de falta de libertades.
La construcción moderna de género da las bases para que cada mujer se individualice, pero no del todo; para que se afirme sin autonomía en una sociedad donde prevalecen la desigualdad y las inequidades de género articuladas con otras, surgidas de las condiciones nacional, de edad, de clase, de etnia, de salud, de casta y de raza. La articulación de estas condiciones históricas se conjuga en las mujeres particulares, con características simultáneas de avance pero también de inequidad derivadas de las condiciones lingüística, religiosa, ideo.lógica o política. A ellas se suman las pautas que marcan los modos de vida definidos por la ruralidad, la vida urbana, la fronteriza, la capitalina, la provinciana, la pueblerina, la aldeana, la desértica o la selvática, la costera, la montañosa o la lacustre.
El inventario no se agota aquí: incluye, desde luego, las pautas derivadas del estado de salud, de la precariedad y las debidas a la enfermedad, en las variadas necesidades especiales, y a la posesión o la carencia de los recursos sociales y culturales de la modernidad. Las inequidades contenidas en la pobreza, la violencia cotidiana o la guerra, se funden con las implícitas en el estado de pertenencia y el tipo de vida cotidiana de las migrantes, las desplazadas, las avecindadas, las encarceladas, las hospitalizadas, las mujeres en servidumbre, las mujeres sin hogar, las mujeres en prostitución, las ilegales.
Como es evidente, todas las inequidades son de claro signo patriarcal. En cambio, los avances se desprenden de la eliminación de condiciones patriarcales de vida. El mundo en el que vivimos es sincrético y complejo, y no ofrece a las mujeres suficientes oportunidades para el propio desarrollo. En comparación con los hombres, es evidente la profunda discriminación de las mujeres en cuanto al desarrollo personal. Más aún, el tipo de relaciones con los hombres, los lugares y las funciones de las mujeres en las familias y en la sociedad obstaculizan e impiden el pleno desarrollo de las mujeres. Las condiciones hegemónicas imponen, aún a las mujeres que tienen mejores condiciones de vida, una instrumentalización y un horizonte limitado y en sujeción.

Esta condición política de género de las mujeres incide radicalmente en la falta de libertad de las mujeres y en la definición identitaria de las mujeres como seres-nolibres.

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martes, 20 de febrero de 2018

Comunidad de Madrid: Avances en la denuncia sobre la precariedad de las profesionales de la Red de Violencia de Género en la Comunidad de Madrid


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lunes, 19 de febrero de 2018

#HaciaLaHuelgaFeminista cuestionando la Economía


Nosotras ponemos la vida en el centro, por eso defendemos vidas dignas donde todas las personas, en las distintas partes del mundo, podamos acceder a los recursos necesarios para cubrir nuestras necesidades en condiciones de igualdad y de sostenibilidad ambiental. El patriarcado y el capitalismo con su lógica del beneficio y de la acumulación capitalista, van en contra de lo que proponemos, generan fuertes desigualdades, relaciones de poder y destrucción de los recursos y las condiciones necesarias para una vida digna.  

                                  ¿Por qué hacemos huelga? 

• Porque las mujeres seguimos realizando el trabajo doméstico y de cuidados para cubrir las necesidades básicas de la vida. Un trabajo imprescindible para la reproducción social de la vida, que se invisibiliza y no se reconoce, y que realizamos las mujeres en contextos de precariedad creciente. 

• Porque cuando realizamos el trabajo doméstico y de cuidados en el ámbito familiar lo hacemos de forma gratuita y precarizada, y cuando lo realizamos en el mercado laboral es en condiciones de explotación que van desde la precariedad a la trata laboral. 

• Porque los recortes en sanidad, servicios sociales, educación, y dependencia se hacen a costa del trabajo y el tiempo de las mujeres. La falta de aplicación de la ya limitada “ley de dependencia”, desatiende el cuidado imprescindible de personas que estén en situación de necesitar cuidados específicos o que requieren cuidados para actividades básicas de la vida diaria y no pueda cubrirlos otra persona, y lleva a que las mujeres tengamos que suplir a los servicios públicos. Esto está forzando a que muchas mujeres tengamos que renunciar a nuestros proyectos y deseos. 

• Porque no hay corresponsabilidad ni de los hombres ni del Estado, en las tareas domésticas y de cuidados; incluso cuando hay cierto reparto, las mujeres seguimos siendo las responsables de los cuidados. Este reparto injusto de los trabajos de cuidados nos lleva a tener dobles y triples jornadas de trabajo, mina nuestros tiempos personales, nuestra vida y nuestra salud. 

• Porque a las trabajadoras de hogar no se nos reconoce ni la importancia, ni la dignidad de nuestro trabajo ni nuestros derechos laborales. Siendo en la gran mayoría mujeres migrantes, formamos parte de la cadena global de cuidados.  Se transfiere el trabajo de cuidados de unos hogares a otros en base a ejes de poder, entre ellos el de género, etnia, clase y el lugar de procedencia. 

• Porque la división sexual del trabajo nos condena también a curros precarios, a la discriminación laboral, a una brecha salarial del 23% que genera precariedad laboral, con mayor incidencia si somos mayores de 45 años. Esta brecha salarial nos obliga a trabajar “gratuitamente” 54 días al año y nos enfrenta a un techo de cristal para acceder a puestos de decisión y poder. 

• Porque las mujeres tenemos muchas menos opciones en el mercado de trabajo debido a las desigualdades y discriminaciones en las condiciones de empleo, la precariedad laboral, la temporalidad de los contratos, los de prácticas, a las bajadas salariales, a la segmentación horizontal y vertical, a la peor remuneración y a la desigualdad que también se refleja en el desempleo.  

• Porque las dobles jornadas de trabajo nos obligan en muchas ocasiones y contra nuestra voluntad, a jornadas a tiempo parcial con consecuencias importantes sobre los salarios, las carreras profesionales y nuestras condiciones de vida, y supone mayor precariedad laboral y vital. 

• Porque, a la vez que se ensalza la maternidad, nos penaliza en el mercado de trabajo, nos perjudica a la hora de que nos contraten, de mantener el puesto de trabajo y de promoción. Es otra discriminación en el ámbito laboral. 

• Porque la precariedad laboral nos arroja a la pobreza, incluso aunque tengamos un trabajo. La suma de las condiciones que se acumulan a lo largo de nuestra vida: peores salarios, mayor trabajo a tiempo parcial y por tanto una base de cotización más baja inciden en peores condiciones a lo largo de la vida, incluida la jubilación. La pobreza es, en consecuencia, mucho mayor entre las mujeres a lo largo de todas las etapas de la vida. Las pensiones contributivas son muy inferiores, así como la cuantía que percibimos. 

• Porque los trabajos más necesarios para la supervivencia y el bienestar de las personas y la sostenibilidad del planeta son los menos reconocidos y sin embargo aquellos que los destruyen tienen una mayor valoración social y económica. 

• Porque la privatización de los bienes comunes y la desarticulación de las redes comunitarias y vecinales nos ponen más difícil la existencia.  

• Porque el deterioro o la escasez de recursos esenciales como la energía, el agua o los alimentos, golpea la vida cotidiana de las mujeres, que los gestionan en el espacio doméstico.  

• Porque se invisibiliza que fenómenos como la toxicidad de sustancias de síntesis o el cambio climático, afectan de forma especial a las mujeres. 

• Porque las mujeres rurales tenemos que enfrentarnos, además, al deterioro ambiental en un contexto patriarcal en el que no se hace efectiva la titularidad compartida de la tierra. 

                   ¿Para qué hacemos huelga? 

• Para que se visibilice y reconozca el valor y dignidad del trabajo doméstico y de cuidados; se realice en condiciones de corresponsabilidad y sea asumido como una responsabilidad de todos y todas, de la sociedad y del Estado. 

 Para que cuando los trabajos domésticos y de cuidados salen al mercado se garanticen los derechos de quienes los realizamos. 

• Para que las trabajadoras de hogar tengamos condiciones laborales justas, tal como venimos exigiendo. 

• Para que las Administraciones públicas garanticen de forma irrenunciable y prioritaria los servicios públicos y de protección social: sanidad, educación, servicios sociales, ayuda a la dependencia, vivienda social. 

• Para que se elimine la brecha salarial de género y alcancemos condiciones laborales de contratación, promoción y remuneración dignas (no nos basta la equiparación con las condiciones precarias de los hombres). 

• Para incluir en las selecciones de personal la “entrevista ciega”, en la que el único referente es la capacitación de la persona para cubrir el puesto de trabajo, no su sexo, edad, o condición. 


• Para que la maternidad deje de ser un obstáculo para acceder al empleo y la atención a los hijos e hijas sea equitativa, con permisos iguales e intransferibles, sean por nacimiento o adopción. 

• Para resignificar el trabajo, su valor y productividad, de modo que se valoricen los trabajos que generan bien común, las libertades y derechos individuales y colectivos, la sostenibilidad medioambiental, eliminando los que destruyen estos objetivos. 

• Para que se inviertan las tablas salariales, de modo que reflejen la centralidad y el valor de los trabajos imprescindibles para la vida de las personas y la inutilidad o indeseabilidad de los que solo generan beneficios monetarios. Para redefinir qué se produce y para qué. 

• Para lograr un modelo económico nuevo que no se base en la división sexual del trabajo, que sea social y ambientalmente sostenible y que defienda a las personas frente a la acumulación de capital y los beneficios del mercado. Nosotras no estamos hechas para el sistema, es el sistema el que tiene que estar a nuestro servicio.  

• Para facilitar una cultura que, frente a los modelos individuales de éxito, facilite lo comunitario, las relaciones vecinales, la gestión participativa y el uso compartido de bienes, de espacio público, que  genere entornos donde sea fácil construir redes de apoyo mutuo. Porque consideramos que lo colectivo facilita la vida. 

• Para que se dé respuesta urgente a la crisis ambiental en sus diferentes manifestaciones (cambio climático, toxicidad creciente, escasez de agua, residuos) y se enfrenten los daños diferenciales que provoca a las mujeres (pobreza energética, alteradores endocrinos). 

• Para conseguir la equidad en las condiciones de vida de las mujeres rurales y que se hagan efectivos los derechos de propiedad y gestión en las explotaciones agrícolas. 
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domingo, 18 de febrero de 2018

#HaciaLaHuelgaFeminista para revisar los derechos en las Fronteras


Los límites impuestos a la movilidad humana, el racismo y la xenofobia en todas sus manifestaciones y las condiciones específicas que vivimos las mujeres migrantes, son cuestiones centrales y trasversales en la huelga feminista. 

Conscientes de las diferentes posiciones que atravesamos cada una de nosotras dependiendo del origen, la clase, la edad, la orientación sexual, la identidad de género y las diversidades funcionales, combatimos cada forma de machismo en sus intersecciones con los otros sistemas de poder como el racismo y el capitalismo que estructuran jerarquías que pretenden distinguirnos entre migrantes y ciudadanas. Generamos alianzas que desafían esas divisiones binarias y ficticias entre “nosotras” y “las otras”. Practicamos un feminismo interseccional que reconoce las diferencias que caracterizan las condiciones de cada y que busca la lucha común contra la violencia del patriarcado, del racismo, de la clase y de las fronteras, pero hacemos política desde el protagonismo de la lucha de resistencia de las migrantes y/o personas racializadas. Y como tales, nuestras acciones de rechazo a la violencia racista ponen en cuestión el orden patriarcal cada día, en las fronteras externas e internas, en los CIEs, en las calles, en nuestros lugares de trabajo y en nuestros barrios. 

¿Por qué hacemos huelga? 

 • Porque rechazamos la utilización de los derechos de las mujeres para justificar la violencia sobre algunas de nosotras. Porque rechazamos el uso que se hace de los derechos de mujeres, bolleras y trans para favorecer y legitimar políticas y discursos racistas y reaccionarios. Nos queremos a todas libres. 

• Porque nuestro derecho a ocupar los espacios públicos se ve cuestionados por nuestra vestimenta haciendo caer sospechas sobre nosotras. Porque rechazamos a islamofobia y la instrumentalización racista y de la seguridad de la violencia de género. 

• Porque las fronteras generan desigualdades y se mantienen en base a políticas patriarcales, racistas y de dominio colonial. 

• Porque las vidas de las mujeres, niñas, niños y hombres que nos movemos de nuestros países por causas económicas, sociales y/o conflictos armados, no valen nada para los gobiernos de la UE y sus políticas patriarcales, racistas, xenófobas y clasistas. 

• Porque la UE y Estado español, en su lógica de no protección real de las mujeres, no reconocen como persecución y motivos válidos para el asilo la violencia sexual y de género, la mutilación genital femenina, la trata, la esterilización forzada, aborto selectivo, el matrimonio forzado, los crímenes de honor y la discriminación por sexo. 

 Porque las políticas de cierre de fronteras nos dejan a las mujeres y niñas en situación de especial vulnerabilidad, teniendo que recurrir a vías de tránsito inseguras, con un aumento de la peligrosidad, violencia machista, violencia sexual, explotación, trata y todo tipo de abusos. 

• Porque los campamentos donde esperamos para cruzar el Mediterráneo son espacios en los que las mujeres vemos vulnerados nuestros derechos más elementales y somos víctimas frecuentes de violencias y agresiones sexuales. Porque el Mediterráneo se ha convertido en una las mayores fosas comunes de la historia y los mecanismos utilizados en “la frontera Sur” (Ceuta y Melilla): vallas, concertinas, cuchillas en las vallas, la militarización de las zonas aledañas, barcos y radares, provocan la muerte de miles de personas.  

• Porque el gobierno marroquí y el gobierno del estado español permiten las condiciones de explotación y alegalidad en la que muchas mujeres porteadoras trabajamos en Melilla y Ceuta y siendo sometidas a agresiones y violencia policial con total impunidad.  

• Porque seguimos siendo víctimas de identificaciones y redadas policiales racistas en la calle, paseando, de camino a nuestros trabajos o esperando el transporte público, lo que atenta contra nuestro derecho de libre circulación y nos pretende sancionar por usar los espacios públicos que también son nuestras. Porque estas identificaciones racistas están en la base de la xenofobia, dando la imagen de que somos peligrosas y por eso nos controlan. 

• Porque se producen devoluciones de personas migrantes o solicitantes de asilo por mera conveniencia administrativa, incluyendo menores, mujeres embarazadas, lactantes o víctimas de violencia sexual o trata, figuras supuestamente contempladas como  

• Porque rechazamos la existencia de los CIEs que viola derechos y libertades fundamentales. Porque nos detienen en estos centros sin haber cometido delito alguno, porque en ellos se producen agresiones, torturas, falta de atención médica, abusos sexuales y muertes que no se investigan. Porque no se garantizan nuestros derechos sexuales y reproductivos. Porque están retenidas mujeres víctimas de trata a las que ni si quiera se nos ha aplicado el protocolo de identificación en instancias policiales, fiscales y judiciales simples infracciones administrativas.  

¿Para qué hacemos huelga? 

Para que la lucha feminista no se instrumentalice para negarle derechos a algunas, para que se admita desde la visión global, internacionalista, interseccional y compleja que nuestro posicionamiento político como feministas supone. Para que haya un reconocimiento de las comunidades racializadas y de la diversidad étnica. 

• Para decidir sobre nuestro propio cuerpo y como lo cubrimos. Para que pensar una ciudad segura sea pensar una ciudad para todas, que tenga en cuenta la seguridad desde una perspectiva de género y no mediante estrategias restrictivas, incremento de la presencia de la policía y control en el acceso a los espacios públicos que no hace sino aumentar la percepción de inseguridad para la mayoría de las mujeres.  

Para que ejerzamos nuestra libertad de movimiento y de establecimiento dentro y fuera de Europa. Para que desaparezcan las leyes que limitan y gobiernan nuestra movilidad y el derecho de autodeterminación de nuestras propias vidas. Para fomentar la memoria histórica y reparación de las víctimas de racismo. 

• Para derogar de forma inmediata la Directiva Europea de Retorno, la derogación de la Ley de Extranjería y de todos los instrumentos jurídicos que impiden el legítimo derecho a migrar y el derecho a encontrar refugio en un territorio seguro.  

• Para hacer efectiva la garantía de la Ley de Asilo reconociendo como refugiadas a las mujeres que se encuentran fuera de su país de origen debido a un temor de persecución por motivos de género, considerando dicha persecución como una causa suficiente. Para que se nos reconozca el poder ejercer nuestro derecho a formular una solicitud de asilo independiente de nuestras parejas y a tener un estatuto jurídico independiente del de nuestros cónyuges.  

• Para hacernos visibles, para que se vea la presencia de las mujeres en los procesos migratorios y reconocernos como protagonistas y sujetos políticos en los procesos de movilidad humana. Para garantizar nuestra seguridad y vida libre de violencias en la ruta migratoria.  

• Para acabar con las desigualdades que imponen las fronteras y las políticas de los estados-nación que legitiman el dominio patriarcal de los recursos y las personas. Y así, garantizar a quien migra el acceso a derechos fundamentales como la sanidad pública, protección jurídica, acceso a bienes y recursos y a elegir sobre ellos. Para que desaparezcan las vallas y las medidas de control que convierten las fronteras en escenarios de guerra. 

• Para que el Estado español reconozca su responsabilidad al figurar entre los principales países de destino de las redes de tratal, tomando varias medidas, entre ellas la admisión, tramitación y declaración de solicitudes de asilo en el marco de la Convención de Ginebra y del artículo 59 bis de la Ley de Extranjería. 

• Para que cese la criminalización de las personas migrantes y de las luchas sociales antirracistas. 

• Para que se ponga fin a las devoluciones en caliente y los vuelos de deportación 

• Para que se cierren todos los Centros de Internamiento para Extranjeros, y con ello el desmantelamiento de todos los dispositivos que nos impiden salir de nuestros países y establecernos otros.  

http://hacialahuelgafeminista.org/
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