4.
Durante el último año, la comunidad internacional siguió enfrentándose a
un mundo en el que la violencia, la desigualdad y la injusticia impiden la paz.
La cantidad de países afectados por algún tipo de conflicto violento fue mayor
que en ningún otro momento de los últimos 30 años[1].
Por quinto año consecutivo, las guerras, la violencia y la persecución
impulsaron los desplazamientos forzados en todo el mundo hasta un nuevo máximo:
68,5 millones de personas desplazadas a finales de 2017[2].
5.
Incluso en los lugares donde los impresionantes avances en pro de la paz
han ido acompañados de los consiguientes e impresionantes esfuerzos e
inversiones en igualdad de género, se han producido brotes de violencia de
género nuevos y específicos, favorecidos por la erosión de la gobernanza, la
seguridad y los sistemas de apoyo social, y por la división tanto de los fondos
como de la atención política y de los medios de comunicación. Por ejemplo, en
Colombia, donde el acuerdo de paz de 2016 y sus actividades de seguimiento sirven
de inspiración por medio de un firme discurso de igualdad de género y la
participación de las organizaciones de la sociedad civil de mujeres, las
amenazas contra los defensores de los derechos humanos, que han llegado al
asesinato, han aumentado desde entonces[3], al igual que el número de nuevos grupos armados y de casos de feminicidio.
Al mismo tiempo, las crisis y los conflictos congelados y prolongados siguen
requiriendo nuestra atención y nuestro compromiso sostenidos. En la República
Democrática del Congo, por ejemplo, donde siguen existiendo persistentes y
complejas crisis humanitarias y de paz y seguridad, la ayuda proveniente de los
países pertenecientes al Comité de Asistencia para el Desarrollo de la
Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) para promover la
igualdad de género fue de apenas ocho dólares de los EE. UU. per cápita[4]. Las Naciones Unidas también han documentado más de 800 casos de
violencia sexual relacionada con conflictos durante 2017, lo que supone un
aumento del 56% desde 2016 (véase S/2018/250).
6.
Sigo preocupado por la falta de avance en la mayoría de los compromisos
más fundamentales en relación con la paz y la seguridad, los derechos humanos y
la igualdad entre los géneros. La búsqueda de enfoques sostenibles respecto de
los problemas señalados en el presente informe exigirá nuestra creatividad y
nuestro compromiso a largo plazo con el propósito de no limitarnos a los
enfoques basados en proyectos puntuales en la cuestión de las mujeres y la paz
y la seguridad, a fin de lograr cambios estructurales y en el nivel del
sistema. Como prefacio del informe, destacaré cuatro esferas clave, a las que
he dado y seguiré dando prioridad.
https://undocs.org/es/S/2018/900
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