86. Las mujeres indígenas se están convirtiendo en una voz poderosa y persuasiva
en los movimientos de defensa de los derechos de los indígenas y los derechos de la
mujer y están promoviendo las condiciones para un mejor ejercicio y disfrute de sus
derechos en pie de igualdad, y de una manera matizada, a fin de garantizar el
respeto de esos derechos sin dejar de mantener y transmitir las culturas y valores
indígenas.
87. En ese contexto, las mujeres indígenas han ido alcanzando constantemente
nuevos logros en los planos nacional e internacional. Las mujeres indígenas han
conseguido poner de relieve sus problemas mediante una mayor participación en
foros internacionales, como parte de los procesos relacionados con los pueblos
indígenas y los que se refieren a la mujer de manera más general. Esas gestiones han
logrado que los derechos y las preocupaciones de las mujeres indígenas hayan sido
reconocidos y reflejados en instrumentos internacionales como la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes (Convenio Núm. 169) de la
Organización Internacional del Trabajo y también, más recientemente, en el
documento final de la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas.
88. Sin embargo, 20 años después de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la
Mujer celebrada en Beijing, las mujeres indígenas siguen enfrentándose a
obstáculos importantes para disfrutar plenamente de sus derechos humanos. El
análisis de los exámenes nacionales pone de relieve las situaciones específicas de
las mujeres indígenas y los progresos realizados por los Estados y ofrece
indicaciones sobre los numerosos problemas pendientes. La amplia gama de
medidas comunicadas por los Estados muestra que los avances en los derechos de
las mujeres indígenas varían mucho de unas regiones y países a otros, y dependen
de las prioridades nacionales y las oportunidades políticas, y también de los
recursos financieros. Cabe señalar que determinados Estados y regiones cuentan con
diversas iniciativas que incluyen una atención específica a las mujeres indígenas,
mientras que otros apenas se ocupan de la cuestión.
89. Las esferas en las que parecen concentrarse las medidas de los Estados son las
siguientes: la violencia contra la mujer, la salud, la educación y el fomento de la
capacidad. Esas esferas son más claramente específicas de su género (en especial, la
violencia contra la mujer y los problemas de salud que afectan a las mujeres en
particular) o son esferas en las que se ha demostrado que las mujeres indígenas
sufren una vulnerabilidad o una desventaja particulares (como las tasas de
analfabetismo). Dentro de esas esferas, varios Estados reconocieron que las mujeres
indígenas se enfrentan a problemas específicos que merecen medidas diferenciadas.
Sin duda, algunas de las medidas descritas por los Estados en sus informes para
responder a los problemas pueden ser consideradas buenas prácticas nuevas, que
podrían ser aprovechadas o reproducidas en otros países o contextos.
90. Un problema general detectado por los Estados es el nivel de participación de
las mujeres indígenas en el poder y en la adopción de decisiones, en los planos
nacional y local. En todos los ámbitos, las mujeres siguen sufriendo discriminación
a ese respecto, a pesar de los modestos logros alcanzados en algunos países. El bajo
nivel de participación de las mujeres indígenas presenta un problema en sí mismo y
constituye un obstáculo para que aumente la conciencia sobre las demás
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preocupaciones de las mujeres indígenas en esferas como la educación, la salud, la
violencia, la reducción de la pobreza y el acceso a la justicia y para buscar
soluciones al respecto. Aumentar la participación de las mujeres indígenas en el
poder y en la adopción de decisiones debería ser una prioridad para los Estados y
dentro de las comunidades indígenas.
91. Además, podría mejorarse la respuesta ante los problemas específicos a que se
enfrentan las mujeres indígenas mediante la incorporación de sus derechos en las
políticas y programas generales sobre la mujer o sobre los pueblos indígenas y
considerando esos derechos como una cuestión transversal. Asimismo, se podrían
mejorar las respuestas a las preocupaciones de las mujeres indígenas aumentando la
conciencia al respecto entre los responsables de la adopción de decisiones y las
autoridades nacionales, lo que permitiría a los encargados de la formulación de
políticas comprender mejor los muchos problemas a los que se enfrentan
actualmente las mujeres indígenas. A ese respecto, el desglose de los datos por sexo
y origen étnico es un instrumento fundamental para detectar y cuantificar las esferas
problemáticas y buscarles soluciones.
92. Por último, cabe señalar que para tratar de resolver los problemas a que se
enfrentan las mujeres y las niñas indígenas es necesario dar prioridad a sus derechos
como mujeres y sus derechos como población indígena. A ese respecto, los derechos
consagrados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas deben promoverse al mismo tiempo que las iniciativas
concebidas específicamente para las mujeres indígenas, a fin de contribuir a resolver
los problemas estructurales que afectan a los pueblos indígenas y aumentan aún más
las dificultades que afectan a las mujeres indígenas en particular. Ello incluye
promover el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas de modo que
ellos mismos puedan participar en la elaboración de soluciones eficaces, apropiadas
desde el punto de vista cultural y sostenibles para los problemas a que se enfrentan
las mujeres indígenas.
Examen al cabo de 20 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y el futuro: un marco para promover las cuestiones relacionadas con las mujeres indígenas
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