ODM 4: REDUCIR LA MORTALIDAD DE LOS NIÑOS MENORES DE 5 AÑOS

Una de las características más sombrías de la pobreza es que parece atacar a los más vulnerables e indefensos. En los países de bajos ingresos, una de cada 10 criaturas muere antes de los cinco años. En los países más ricos la cifra corresponde a una de cada 143.

Hoy en nuestro mundo:

Alrededor de 29.000 niños y niñas menores de cinco años- 21 por minuto- mueren todos los días, especialmente de causas que se podrían evitar.

Más de un 70% de los casi 11 millones de muertes infantiles que se producen todos los años se deben a seis causas: la diarrea, el paludismo, las infecciones neonatales, la neumonía, el parto prematuro o la falta de oxígeno al nacer.

6 millones de los casi 11 millones de niños y niñas que mueren todos los años podrían salvar la vida por medio de medidas nada sofisticadas, basadas en pruebas empíricas y eficaces en relación a sus costos, como vacunas, antibióticos, suplementos de micronutrientes, mosquiteros tratados con insecticida y una mejora de las prácticas de atención familiar y lactancia materna.

África Subsahariana sigue registrando la tasa más alta de mortalidad de niños menores de 5 años, estimada en 174 muertos cada 1.000 nacidos vivos.

Todos los años mueren en su primera semana de vida 4 millones de recién nacidos.

¿Cuáles son las claves para reducir la mortalidad infantil?

Las claves se centran en que las madres, los pequeños, las familias tengan acceso y de forma gratuita a servicios sanitarios, a la educación básica, a los recursos nutricionales básicos (alimentación) y al agua potable.

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Es también determinante la información y los servicios asistenciales comunitarios.

Es clave también la educación de las madres: conseguir un nivel educativo básico de las madres y que tengan acceso a información está directamente relacionado con la reducción de la mortalidad de los menores de cinco años, que dependen en todo —y en muchas ocasiones casi exclusivamente— de las madres. Como vemos, todos los objetivos se interrelacionan, y luchar por la igualdad de género supone luchar también por la vida de las niñas y niños.