En el mundo alrededor de 1300 millones de
personas viven en la pobreza absoluta, la mayoría son mujeres.
La pobreza afecta a hombres y mujeres, pero
las condiciones históricas de desigualdad y discriminación en que han vivido y
viven las mujeres crean el marco propicio para situarlas en condiciones de
desventajas con respecto a los hombres. Las barreras artificiales, psicológicas
y estructurales que impiden que las mujeres accedan a niveles de decisiones se
acrecientan en regiones como América Latina, África y Asia, lugares donde se
discuten problemas más perentorios asociados a la violación de derechos
elementales de la mujer, como contar con un empleo estable que proporcione
suficientes ingresos para la satisfacción de las necesidades elementales
propias y de su familia, para disfrutar de independencia y dignidad y de una
situación de bienestar general.
En todas las regiones del mundo la tasa de
desempleo femenino es superior a la masculina.
Las mujeres reciben una participación
desproporcionadamente pequeña del crédito de las instituciones bancarias
corrientes. Por ejemplo en las regiones de América Latina y el Caribe, las
mujeres constituyen sólo entre un 7% y un 11% de los beneficiarios de los
programas de créditos.
En los países subdesarrollados las mujeres
siguen representando menos de la séptima parte de los funcionarios
administrativos y ejecutivos. El poder y la pobreza son dos fenómenos
interdependientes. La pobreza es, el resultado de la falta de poder, imposibilidad
de acceder a recursos económicos, políticos y culturales
Lo anterior se
refleja en:
Una disminución del acceso a puestos de trabajo de
calidad. En la actualidad ¾ partes del trabajo de las mujeres en la mayoría de
los países industrializados es en el sector de los servicios –administración,
educación, salud-.
Un mayor acceso al trabajo no cualificado y en peores
condiciones de explotación e inequidad.
Crece el número de mujeres empleadas a tiempo parcial.
Son ellas las principales candidatas para este tipo de trabajo, socializadas
para alternar el trabajo productivo con el reproductivo, siempre están
dispuestas a aceptar este tipo de labor, aunque estén mal remuneradas y se
reduzcan sus posibilidades de desarrollo profesional y de acceso a cargos de
dirección.
Según las cifras del último informe sobre el empleo en
Europa, presentado en la Audiencia Pública
de la Comisión
de la Mujer del
Parlamento Europeo, para el tema de la Feminización de la Pobreza , en ese continente
más del 40% de las mujeres trabajan a tiempo parcial o en contratos a tiempo
parcial.
Estadísticas a nivel
internacional
- Dos
tercios de los 1,300 millones de pobres son mujeres.
- Una
de cada tres mujeres debe proveer alimento y educación para sus
hijos-hijas sin el apoyo de los padres.
- Las
mujeres realizan el 52% del trabajo mundial pero sólo la tercera parte del
mismo es pagado. Los hombres realizan el 48% del trabajo mundial pero tres
cuartas partes del mismo es remunerado.
- Si
se evaluara el trabajo doméstico que hacen las mujeres la producción
mundial aumentaría un tercio.
- En
todo el mundo las mujeres pasan más horas trabajando que los hombres. En
Europa Occidental, entre 5 y 6 horas más.
- En
todas partes del mundo el sueldo de las mujeres es menor que el de los
hombres.
- Para
que una mujer obtenga los mismos ingresos que un hombre requiere el
equivalente a 6 años más de educación.
- Sólo
un tercio de los hombres accede a la agricultura trabajando como
asalariados Mientras que el 58,4% de las mujeres deben optar por ésta
condición.
- Sólo
el 27% de las mujeres trabaja en tierras propias mientras que el 41% de
los hombres lo hace así.
Fuente: Manual para la Integración de la Igualdad de Género en la Cooperación al Desarrollo de la C.E ., 2006.
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