Nos encanta traer este articulo , escrito por un hombre para terminar con todos los atributos peyorativos que se han ido colgando al Feminismo , justo con objeto de no permitir el avance en la sociedad y con la idea del perpetuar la discriminación entre géneros .
EL FEMINISMO NO ESTÁ EN CONTRA DE LA FEMINIDAD..
Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas.
.Mary Wollstonecraft
Desde la antigüedad, la cultura ha impuesto una noción de hombre y mujer polarizadas, donde las construcciones sociales masculinas y femeninas se asumen como excluyentes y contrapuestas. Es así que ser mujer se asocia a estereotipos como la afectividad, la fertilidad, la domesticación, la docilidad, la pasividad, la timidez o la delicadeza, como si una mujer que no tuviera estas virtudes fuera menos mujer o no tuviera una identidad aceptable. Al mismo tiempo, ser hombre se asocia a ser fuerte, valiente o agresivo, entre otros, como si un hombre no tuviera la posibilidad de mostrar sus sentimientos. Sin embargo, tanto hombres como mujeres tenemos rasgos masculinos y femeninos, que tendríamos que desarrollar libremente para ser seres humanos integrales.
Lamentablemente, la sociedad posee mecanismos de represión de nuestro género, tales como los modelos masculinos de caballero o héroe o los femeninos de dama, reina o princesa, donde se le exige al hombre ser el proveedor infalible que nunca se cansa y tratar a la mujer como si no pudiera valerse por sí misma, es decir, la caballerosidad lejos de dignificar a la mujer la trata de manera infantilizada; al mismo tiempo a la mujer se le exige ser princesa, aquella que no trabaja, que no estudia y no toma decisiones, sino que espera pasivamente la respuesta de su pareja, es decir, la mujer pierde autonomía e independencia, se infantiliza (Mogrovejo, 2013).
Además, se exige de la mujer que se transforme en una muñeca de porcelana, es decir, se exagera su cuidado personal al grado de no poder caminar por los tacones (con el correspondiente daño ortopédico) no poder asir por las uñas largas, no poder correr por la minifalda, morirse de frío por el escote y no poder llorar o sudar por el maquillaje, además de depilarse las zonas íntimas conllevando irritación y riesgo de infección. De este modo, la mujer pierde su humanidad para convertirse en un objeto de deseo, para ello se genera el mecanismo de la moda, que les dicta a las mujeres cómo arreglarse para ser aceptadas, valoradas y reconocidas en sociedad, limitando así sus posibilidades de desarrollo físico y mental, pues hasta la inocencia y la jovialidad son exaltadas.
En contraste, el concepto de “bruja” es utilizado para castigar a toda mujer que asuma el costo político de ser autónoma, puesto que históricamente una bruja es aquella mujer que posee conocimiento de herbolaria, que no necesita de un hombre, de un cuidado personal excesivo o de tener hijos para realizarse, al contrario, su ser mujer radica en ser capaz de transformar su medio, en no preocuparse por su apariencia física, en tener fortaleza mental, corporal y volar en una escoba no es otra cosa que un símbolo de su propia emancipación, de su lucha por la libertad. De modo que en una sociedad patriarcal resulta peligroso y poco funcional que una mujer tenga conocimiento y decida sobre su propio cuerpo, por lo que el castigo solía ser quemarlas vivas.
En pocas palabras, el feminismo no está en contra de la feminidad, sino de una feminidad excluyente, como construcción perversa de una masculinidad impositiva (Mogrovejo, 2013), que limita a la mujer a ser un trofeo del héroe, o una muñeca de porcelana del caballero.
CONCLUSIÓN
Hemos visto que el feminismo es una postura política que busca la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, así como combatir al machismo como una forma de dominación y opresión de género.
En ese sentido, el feminismo busca una transformación radical de la sociedad, donde no exista una maternidad impuesta, una feminidad o masculinidad excluyentes, un amor ilusorio y violento, una heterosexualidad impositiva, una feminización de la pobreza y sobre todo relaciones humanas exclusivamente de subordinación y dominación.
Por el contrario, el feminismo tiene como meta la emancipación humana, donde cada mujer y cada hombre pueda desarrollar plenamente su humanidad, decidiendo libremente su maternidad o paternidad, su feminidad o masculinidad, su forma de amar y su orientación sexual, disfrutando de una vida digna y sobre todo disfrutando de relaciones igualitarias.
31 de mayo de 2013
BIBLIOGRAFÍA
Fontenla, Marta. (2008) “Patriarcado” en GAMBA, Susana (Coord.) Diccionario de estudios de género y feminismos, Biblos, Buenos Aires.
González, Amador (2011). En México las mujeres ganan 20% menos que los hombres: BM. En La Jornada. Consultado el 19 de mayo de 2013 en: http://www.jornada.unam.mx/2011/09/19/economia/034n1eco
Herrera Gómez, Coral. (2012). “La violencia de género y el amor romántico” en Pikara Magazine. Consultado el 21 de mayo de 2013 en: http://www.pikaramagazine.com/2012/11/la-violencia-de-genero-y-el-amor-romanticocoral-herrera-gomez-expone-que-el-romanticismo-es-el-mecanismo-cultural-mas-potente-para-perpetuar-el-patriarcado/
Lamas, Marta (Comp.) (1996). El género. Programa universitario de estudios de género, UNAM. México.
Mogrovejo, Norma (2013). La feminidad, construcción perversa de la masculinidad. Consultado el 19 de mayo de 2013 en:
http://normamogrovejo.blogspot.mx/2013/01/la-feminineidad-construccion-perversa.html
P. Fernando. (2013) “La homosexualidad en animales” en Ojo científico. Consultado el 22 de mayo de 2013 en:
http://www.ojocientifico.com/4247/la-homosexualidad-en-los-animales
No hay comentarios:
Publicar un comentario