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lunes, 2 de febrero de 2015

Sororidad: Una nueva ética VI/VIII



Una nueva ética para un nuevo paradigma se gesta al enfrentar (...) problemas, es posible descifrarla al escuchar la utopía.

En efecto, la utopía feminista ha surgido como crítica histórica y personal al poder patriarcal y como deseo y anhelo de relaciones solidarias, de cooperación, no jerárquicas, de trabajo grupal y responsabilidad individual, de acceso a recursos necesarios para la
vida y de desarrollo de las capacidades humanas de una forma democrática. Para lograrlo, debemos tener conciencia de que nosotras reproducimos el dominio patriarcal y que es preciso reeducamos, desaprender para aprender no sólo nuevas actividades, y conocimientos, sino sobre todo, una nueva mirada, una perspectiva ineludible que es la perspectiva de género feminista, como columna vertebral de nuestra concepción del mundo y de la vida.
Para empezar es preciso que dondequiera que estemos y que vayamos, en cualquier espacio y posición, somos mujeres comprometidas con nuestra causa histórica. No somos hombres castrados ni mujeres sin género, ni personas ni seres humanos y neutros. No somos a veces seres biológicos y naturales, a veces seres de cultura y a veces sujetos de derecho, somos siempre seres integrales, somos siempre mujeres, siempre seres humanas. Para hacerlo, requerimos saber cuál es la causa histórica de las mujeres y no contentamos sólo con avivar nuestra oposición al machismo a la misoginia o nuestro personal deseo de justicia.

Requerimos asumir esa tradición y la memoria de género, no como agregados sino como dimensión y contenido de nuestra identidad.
Necesitamos relacionarnos entre nosotras con sororidad, es decir, con el reconocimiento de la otra, las otras, como mis semejantes, comprensible, respetable. La sororidad no significa que nos queramos mucho, sino que nos demos el estatuto de interlocutoras y pactantes Las mujeres necesitamos hacer muchos pactos para avanzar y, para no suponer y esperar solidaridad por sexo. Nuestra solidaridad requiere además de ser construida, normada y nombrada, y nuestra asociación debe ser limitada y puntual.

La sororidad implica transformar la identidad de género en vínculos y alianzas para ser, y asumir el nosotras para mejorar nuestra existencia como género, la de nuestras comunidades y el mundo.
La sororidad es la propuesta política que permitirá enfrentar la problemática de desidentificación y el  no reconocimiento entre nosotras, es decir,  la enemistad de género y lograr nuestra coalición política.

Para ello es indispensable acudir a la ética de la igualdad como un principio fundante y a la equidad como el conjunto de mecanismos para eliminar la injusticia entre nosotras. Es preciso, por eso, renunciar a nuestro derecho patriarcal a oprimir a otras mujeres y exigir e impedir a las otras que depongan su derecho a oprimirnos.

La sororidad no es una ideología. Es una ética práctica, un modo de ser y de vivir, una nueva forma de convivencia entre mujeres, e implica nuevas prácticas y formas de comportamiento

Nueva ética para nuevos liderazgo. El feminismo y la mirada entre mujeres .Ponencia de Marcela Lagarde y de los Ríos


http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/01/la-masculinizacion-iiiviii.html
http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/01/la-enemistad-ivviii.html
http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/01/desidentificacion-politica-vviii.html 
http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/02/sororidad-una-nueva-etica-viviii.html
http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/02/la-sororidad-requiere-una-nueva.html

http://webs.uvigo.es/pmayobre/textos/marcela_lagarde_y_de_los_rios/el_feminismo_y_la_mirada_entre_las_mujeres_marcela_lagarde_rios.doc.

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