La sororidad nos conduce a reconocer la autoridad de las otras mujeres. No el autoritarismo. Sí, la autoridad sobre esferas de acción y de la cultura, autoridad por la manera de enfrentar obstáculos o de crear alternativas. La autoridad de las mujeres es uno de nuestros recursos políticos más importantes porque precede a la escucha, la comprensión y el interés por nuestras necesidades y alternativas, y porque asegura respeto a las mujeres y al género. Quien reconoce la autoridad en las otras, aprende de ellas y amplia su experiencia y su orgullo de género.
Como es evidente la sororidad tiene un presupuesto y un correlato: la mismidad, experiencia subjetiva y práctica resultante de la eliminación de la automisoginia, autovaloración del ser sexuado y sexualizado, afirmación del yo, del yo mujer.
La sororidad y la mismidad implican desmontar el sexismo en tanto cosificación y rivalidad sexual, erótica y estética de una misma y entre nosotras, así como el sexismo homófobos, lesbófobos y otros más. Se trata de desmontar las variadas formas de racismo burdo o sutil que ejercemos y experimentamos en nosotras y sobre las otras, el clasismo, los nacionalismos y los mundismos locales o globales que nos disminuyen y enfrentan.
Como dimensiones políticas del feminismo contemporáneo la sororidad y la mismidad conducen a cambios ideológicos, intelectuales y afectivos, en nuestras mentalidades y subjetividades, pero sobre todo, de formas de comportamiento y de vida.
Finalmente, para experimentar esta ética vital es muy importante conocer e internalizar el feminismo y hacerlo de manera práctica pero también teórica y literaria estética, es decir en su integralidad. Estoy convencida de que el feminismo es la más grande contribución colectiva de las mujeres a la historia, una historia en que procuramos que cada día más y más mujeres dejemos de ser-¬para-otros, cuerpos cosificados expropiados, que no seamos más huérfanas, madres-niñas-sin madre, en palabras de mi querida maestra Franca Basaglia, para ser cada vez más seres-para-sí, seres-para-nosotras, mujeres de cuerpos apropiados y subjetividades libres, completas en nosotras mismas.
Deseamos liderazgos entrañables, asertivos, coaligados y comprometidos, con incidencia, apoyados y sustentados, democráticos, locales y globales. Deseamos que cada vez más mujeres con conciencia feminista ocupemos espacios y posiciones para avanzar. Deseamos hacer política e intervención si, pero diferentes: desde cada una, desde una misma, con las otras mujeres. Entonces si ejercemos liderazgos entrañables y potenciaremos nuestro poderío.
Marcela lagarde
http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/01/el-feminismo-y-la-mirada-entre-mujeres.html
http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/01/el-velo-de-la-igualdad-iiviii.html
http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/01/la-masculinizacion-iiiviii.htmlhttp://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/01/el-feminismo-y-la-mirada-entre-mujeres.html
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http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2015/02/la-sororidad-requiere-una-nueva.html
Nueva ética para nuevos liderazgos. El feminismo y la mirada entre mujeres Ponencia de Marcela Lagarde y de los Ríos
http://webs.uvigo.es/pmayobre/textos/marcela_lagarde_y_de_los_rios/el_feminismo_y_la_mirada_entre_las_mujeres_marcela_lagarde_rios.doc.
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