Aborté
dos veces, fue una buena decisión. Parí una vez, otra buena decisión. Podría no
haber parido nunca y también habría sido una elección propia, posible y ética.
Es verdad
que a pesar de la concentración de la riqueza en manos de los mismos que
andarán por estos días repartiendo florecitas blancas de pureza a
mujeres embarazadas, sobrevivimos. Pero No es cierto que donde comen dos,
comen tres. Comen, pero comen mal.
Es cierto
que sobrevivimos a pesar de la mierda de Educación para pobres que controlan
los ricos y blanqueados criollos de $hile, pero también es cierto que hacemos
dibujos para que alcance la plata. Porque el 10 por ciento más rico del
país se lleva el 40,2 por ciento de los ingresos totales del país -en 2006 se
llevaba el 38,6 por ciento, o sea, los ricos, enriquecieron-, mientras el 10
por ciento más pobre del país se lleva sólo el 0,9 por ciento de los ingresos
totales del país y en 2006 se llevaba el 1,2 por ciento, o sea, los más pobres,
empobrecieron.
Igualmente
las mujeres ancestralmente hemos abortado y lo seguimos haciendo. Abortamos por
pobreza o no. Las ancestras abortaron para no parir más esclavos y para no
darles más hijos e hijas al E$tado ladrón de su tierra y territorio.
Abortamos porque no queremos parir y porque las guaguas no son –y nunca han
sido- un regalo del cielo, ni para nadie. Las guaguas nacen y son otras
personas concretas que deberían tener espacios materiales y afectivos reales
para desarrollarse. Las niñas y niños que nacen de los casi 40 mil partos de
chicas adolescentes y las casi mil guaguas que nacen de partos de niñas menores
de 15 años en este territorio nombrado Chile, sufren la maternidad obligatoria
de sus madres. También todas las jóvenes y niñas obligadas a ser “madres”, y
cualquier mujer de cualquier edad que es obligada o se siente obligada a parir,
la sufre.
La
maternidad obligatoria es gente que nadie quiso que naciera y mujeres cruzadas
por culpas que han sembrado en ellas las Iglesias, el E$tado y las clases
hegemónicas. La maternidad obligatoria también es el juicio misógino de
cualquiera que se cree con “derecho” a dictar “lo qué está bien” y “lo qué está
mal” en materia de maternidad. Y cuando hablo de “cualquiera que se cree
con derecho” señalo desde Rosseau, pasando por Freud, llegando a los
presidentes de izquierda que en todo el continente latinoaméricano se persignan
cuando hablan de aborto, y no olvido al señor del kiosco de la esquina, las
vecinas y a cualquier funcionario municipal que llena la ficha social de las
mujeres de la comuna para la Alcaldía.
La
maternidad obligatoria, entre otras cosas, son vivencias de gente que conozco a
diario. Hombres y mujeres en abandono social. Gente que vive en la calle. Gente
que nadie quiso que naciera. Gente que quedó a su paupérrima suerte por la
pobreza que desde sus ancestras han venido heredando. Una pobreza creada por
los enriquecidos a nuestra costa. Pobreza de nutrición, de afectos, de emociones,
de saberes. Gente adolorida por la falta de caricias y la abundancia de golpes,
abusos y abandono. Gente que no quiere recordar su existencia infantil en
“cárceles del menor” que las burguesías saqueadoras, sus gobiernos y sus
E$tados, diseñan mientras pregonan “la vida”. Es gente que si se piensa a sí
misma, le duele tanto que prefiere quedarse sin memoria y entonces prolonga esa
cultura horrorosa de engendrar y parir guaguas que nadie quiere.
La maternidad obligatoria son las madres, las abuelas, las hermanas, las tías
de esos hombres y mujeres que viven en la calle, sus abandonos y su dolor de
obligaciones.
Las
encuestas aceptan que hay 12 mil quinientas personas que viven en la calle en
$hile, y el PNUD celebra que se rebajó de 1.300 millones a Mil millones de
personas, la gente que llama “pobres absolutos” porque sobreviven con menos de
un dólar diario. También acepta que casi la mitad de la población mundial
sobrevive con menos de dos dólares diarios.
¡Qué
hipocresía la Ley del “Día del Niño por Nacer” en $hile! ¡Y peor aún que le
agreguen “y la Adopción”*, cuando el SENAME, Servicio Nacional de
Menores, informa que de los Mil 126 niños abandonados que se encuentran en sus
centros, 955, es decir el 84 por ciento son mayores de cuatro años y por ende
no tienen más alternativa que quedarse ahí porque la gente que adopta hijos o
hijas -y que califica para ello- quiere guaguas menores de un año.Con este
estúpido día solamente demuestran que para sostener su sistema que nos roba a
las mujeres la reproducción y todo el control que alguna vez tuvimos sobre
nuestros cuerpos y destinos, son capaces de cualquier patraña.
victoria aldunate, memoria feminista, feminista
autónoma wallmapu
La foto es de nuestro amigo Alejandro Stuart
* Ley Nº
20.699 de conmemoración del Día 25 de Marzo del Niño por Nacer y la Adopción.
Chile es el único país que tiene Ley de la República y no sólo un decreto en
esta materia porque el 11 de noviembre de 2013, Piñera la aprobó. Hizo como
Pinochet, que justo antes de irse de La Moneda eliminó el Aborto Terapéutico.
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