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martes, 24 de abril de 2012

Fakhra Younus




Queremos quedarnos con la cara en la que ella se reconocía y reclamar por ella y por las mujeres victimas de este tipo de terrible vejación. Si quieres ver la cara que su esposo le dejo es fácil de encontrar en la red y es la que la llevo al suicidio, pues le recordaba cada día la injusticia de la que había sido victima.
 
Fakhra Younus vivió 12 años desfigurada por culpa de su esposo

Se suicidó, luego de sufrir años por las heridas del ácido. Acusó a su esposo, pero él no fue juzgado.

Fakhra Younus era una adolescente que trabajaba como bailarina en el distrito rojo de Karachi en el sur de Pakistán cuando conoció a Bilal Khar, hijo de Ghulam Mustafa Khar, un ex gobernador de Punjab, la más extensa provincia paquistaní. Ella se convirtió en la tercera esposa de Khar. El hombre tenía más de 30 años.
La pareja estuvo casada por tres años, pero Younus lo dejó porque él le pegaba y la insultaba. La mujer afirmó que una noche, mientras ella dormía, Bilal vino a su casa y la bañó con ácido en presencia de su hijo de cinco años.
Eso ocurrió hace doce años. Fakhra quedó desfigurada, ni las 39 operaciones que realizaron en esos años pudieron borrar las cicatrices de su cuerpo y de su cara. El 17 de marzo pasado la mujer, actualmente de 33 años, se suicidó lanzándose del sexto piso de un edificio en Roma, donde vivía. “Por el silencio de la ley ante la atrocidad y la insensibilidad de los gobernantes”, decía la carta que dejó.
El domingo el cadáver deYakhra Younus fue llevado a Pakistán. Su sepelio revivió la indignación por los casos de maltrato a la mujer en este país.
“Creo que todo este país debería estar sumamente avergonzado de que otra nación haya asumido la responsabilidad de una ciudadana paquistaní durante doce años porque nosotros no pudimos darle nada, ni justicia, ni seguridad” , destacó Tehmina Durrani, ex esposa de Ghulam Mustafa Khar y madrasta de Bilal.
El suicidio de Fakhra ocurre casi un mes después de que una cineasta paquistaní ganara el primer Oscar del país al mejor documental sobre víctimas de ataques con ácido.
La historia de Younus destaca el horrible maltrato al que son sometidas muchas mujeres en la conservadora sociedad de Pakistán, una cultura dominada por hombres. El ex esposo de Younus, Bilal Khar, fue absuelto, pero muchos creen que se valió de sus relaciones para escapar del peso de la ley.
Según la Fundación Aurat, una organización que defiende los derechos de la mujer, el año pasado se reportaron más de 8.500 ataques con ácido, matrimonios forzados y otras formas de violencia contra las mujeres en Pakistán.
“Lo más triste de todo es que ella (Fakhra) se dio cuenta que el sistema en Pakistán nunca iba a darle un alivio o algún remedio. Estaba totalmente decepcionada de que no había justicia a su disposición”, comentó la activista Nayyar Shabana Kiyani, de Aurat.
La abogada Tehmina Durrani se convirtió en defensora de Younus. La mujer afirmó que las lesiones eran las más graves que había visto en víctimas de ataques con ácido. “Muchas veces llegamos a pensar que se iba a morir mientras dormía durante la noche porque su nariz se había derretido y no podía respirar. Poníamos una cañita en el orificio de lo que quedaba de su boca porque el resto se había derretido completamente”, relató Durrani, quien escribió un libro sobre el abuso en su contra por parte del político Khar.
La defensora tuvo que batallar con el exesposo de Younus y con el gobierno de Pakistán para poder enviarla a Italia, donde el gobierno de ese país pagaba su tratamiento y le daba dinero para vivir y enviar a su hijo a la escuela. Las autoridades paquistaníes alegaban que enviarla le iba a dar mala reputación al país, relató Durrani.
Señaló que Younus, cuya vida siempre fue difícil, se convirtió en un peso para su familia, a quienes ella siempre había mantenido. “Su vida era un trecho parchado de piedra donde nada crecía”, comentó Durrani en una columna del diario The News después del suicidio.
Younus se sintió animada cuando el gobierno de Pakistán aprobó una serie de leyes el año pasado en que penalizaba explícitamente los ataques con ácido e indicaba que los atacantes fuesen convictos a un mínimo de 14 años de prisión, dijo Durrani. Ella esperaba regresar algún día para lograr justicia una vez que su salud se estabilizara.
“Dijo, cuando regrese reabriré el caso y pelearé yo misma, y era una luchadora”, agregó Durrani.

1 comentario:

  1. Si alguien se pregunta cómo es posible que en pleno siglo XXI sigan ocurriendo casos como el de Fakhra, la respuesta pura, simple y descarnada nos la dió ella misma:"Por el silencio de la ley". Seis palabras. No hace falta añadir nada más.

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