La discriminación contra las mujeres tiene una característica distintiva, la desigualdad entre los sexos goza de tal grado de naturalización que deviene en cotidiana e invisible. Por eso, referirse a las mujeres y su posición en la sociedad requiere justificar su inclusión entre los colectivos vulnerables y discriminados a través de cifras que por su magnitud establecen de manera incuestionable que las mujeres han sido y son en la actualidad expropiadas de los medios básicos para ejercer su autonomía.
Sin lugar a dudas, el último siglo ha sido testigo de importantes avances en la condición de las mujeres y su estatus social que han sido promovidos y sostenidos por el movimiento de mujeres y feminista. Sin embargo, las cifras indican que las transformaciones en el estatus jurídico de las mujeres y su integración en el trabajo remunerado no han generado un cambio real en su posición social.
Una breve revisión de diferentes dimensiones servirá para establecer que la discriminación hacia las mujeres no es un asunto extemporáneo ni superado, por el contrario, las estructuras de la dominación masculina siguen presentes y requieren esfuerzos y medidas concretas para ser desmanteladas.
La dominación masculina, como denomina Bourdieu al sistema de poder que legitima la diferencia social entre los sexos, es decir, aquellas que superan lo biológico, justificando y reproduciendo la jerarquía de los varones sobre las mujeres, es uno de los modelos o paradigmas de la exclusión social y la discriminación. En otras palabras, sobre la diferencia sexual se establece una forma de dominación social básica y primaria que luego se aplica a otras categorías sociales como la clase social o la etnia, en la cual siempre el grupo subordinado es feminizado simbólicamente.
Al observar el panorama mundial queda claro que la discriminación contra las mujeres no es exclusiva de los países en vías de desarrollo. Evidentemente en aquellas sociedades con mayor vulnerabilidad socioeconómica o inestabilidad política estos se exacerban, es decir, en contextos en que los derechos de toda la población están restringidos las mujeres, debido a su rol y estatus subordinado, se llevan la peor parte. Sin embargo, ningún país en el mundo ha logrado la igualdad entre hombres y mujeres, incluso los países nórdicos que exhiben los mejores índices de inclusión mantienen significativas brechas de género
Autoras
PAULA SALVO DEL CANTO
MARIELA INFANTE ERAZ
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