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jueves, 28 de enero de 2016

La importancia del empleo de las mujeres-madres para su superación


Los procesos que acontecen en el mercado de trabajo están íntimamente vinculados a la pobreza y son valederos para entender la intensidad y las características que esta adopta, así como las razones por las cuales tiende a concentrarse en determinados grupos. 

En tal sentido, incluso cuando hay algunos progresos innegables en la participación laboral de las mujeres, estos no se han distribuido homogéneamente entre todas. Una alta proporción de ellas –en especial aquellas que son madres, tienen menores niveles de educación, viven en situación de pobreza, tienen más hijos, y asumen en muchos casos solas la responsabilidad de la crianza– se concentra en ocupaciones precarias, de mala calidad, mal remuneradas y con altos niveles de desprotección. Para este grupo de mujeres, las mayores oportunidades laborales no se han traducido necesariamente en una mejor calidad de vida para ellas ni para sus familias. 

Y eso es así porque el impacto de la participación laboral de las madres en su propio bienestar y el de su familia está en función de las condiciones del trabajo remunerado y no remunerado, así como de las instituciones del mercado de trabajo y las normas laborales. En muchos casos, los efectos beneficiosos de la actividad laboral femenina, tales como la inserción social, el desarrollo personal, el empoderamiento económico y la autonomía personal, suelen estar acompañados de tensiones y negociaciones en la esfera familiar.

Por todo lo expuesto, si bien para reducir la pobreza es necesario propiciar la incorporación de las mujeres-madres al mercado de trabajo, también lo es que ella debe producirse en puestos de calidad, lo que equivale a decir que brinden mejores oportunidades en el monto y regularidad de los ingresos, en el grado de protección social, en las condiciones de trabajo (características físicas y sociales del ambiente laboral, tipo de jornada que se cumple, intensidad del trabajo, etc.), en la disponibilidad de prestaciones de apoyo para las familias que trabajan (cuidado infantil, por ejemplo), y en las oportunidades de acceder a capacitación y progreso en el ámbito productivo. A tal fin, se reconocen al menos tres grandes retos para facilitar el empleo maternal en la Argentina: 

• La generación de las condiciones necesarias para allanar la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo y la eliminación de las discriminaciones de que son objeto, de manera específica las desventajas por la maternidad que sufren aquellas que tienen hijos. 

• Incrementar la productividad de las mujeres que viven en situación de pobreza mediante el apoyo a su continuidad en la educación formal y su formación, a fin de hacer más viable su inserción en puestos laborales de mayor calidad y con mejores ingresos. 

• Diseñar políticas tendientes a simplificar la conciliación entre la vida familiar y laboral, impulsar medidas que brinden servicios para apoyar el cuidado de los hijos y otras personas dependientes, y promover la responsabilidad compartida entre ambos padres. En suma, favorecer la inserción laboral de las mujeres-madres en puestos de trabajo de calidad es una cuestión de justicia social y una dimensión fundamental para combatir la pobreza y la desigualdad desde el mundo del trabajo

 por
Carina Lupica

http://www.o-maternidad.org.ar/LinkClick.aspx?fileticket=B5Z-O87iQ2g%3d&tabid=132&mid=753

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