40.
La Agenda 2030 prevé procesos de seguimiento y
examen, entre ellos exámenes voluntarios dirigidos por los países y análisis de
datos nacionales, que contribuirán a los exámenes mundiales y regionales. En el
plano mundial, el foro político de alto nivel sobre el desarrollo sostenible
tendrá la función fundamental de supervisar una red de procesos de seguimiento
y examen. Se basará en los resultados de las grandes conferencias de las
Naciones Unidas, incluida la Plataforma de Acción de Beijing, así como en los
mecanismos de examen existentes.
41.
A fin de asegurar la aplicación con perspectiva
de género de la Agenda 2030, los procesos nacionales deberán basarse en
análisis de cuestiones de género. La plena participación y las contribuciones
de las organizaciones de mujeres de la sociedad civil serán importantes para
reforzar el carácter inclusivo y abierto de los exámenes nacionales. En todos
los exámenes y procesos que contribuyan al foro político de alto nivel,
incluidas las comisiones orgánicas, deberían abordarse las cuestiones de género
de manera sistemática. La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la
Mujer, en su calidad de órgano especializado en la igualdad de género, debe
desempeñar su papel destacado y contribuir a este proceso en favor de las
mujeres y las niñas, en tanto otras comisiones orgánicas y otros órganos
intergubernamentales deben abordar las dimensiones de género de la Agenda 2030
pertinentes a sus esferas de especialización. Los órganos creados en virtud de
tratados de derechos humanos pueden contribuir a los exámenes en el marco de
sus mandatos, en particular mediante sus observaciones finales.
42.
El Grupo Interinstitucional y de Expertos sobre
los Indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible está elaborando, con
los auspicios de la Comisión de Estadística, un marco de indicadores mundiales,
y revisará periódicamente los progresos realizados en la consecución de todos
los objetivos y metas, incluidos los medios de implementación. Se espera que la
Comisión de Estadística llegue a un acuerdo sobre el marco de indicadores
mundiales a más tardar en marzo de 2016 y que, posteriormente, lo aprueben el
Consejo Económico y Social y la Asamblea General.
43.
La selección de los indicadores de seguimiento
de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se basó solamente en
la disponibilidad de datos. Se propusieron indicadores nuevos o mejorados para
algunas metas de igualdad de género que van más allá del conjunto mínimo de
indicadores de género que la Comisión de Estadística acordó utilizar en 2013
(véase E/2013/24-E/CN.3/2013/33).
Se prevé que los datos sean de alta calidad y que se desglosen por ingreso,
sexo, edad, raza, origen étnico, estatus migratorio, discapacidad y ubicación
geográfica, entre otros criterios, para garantizar que no se deje a nadie
atrás. Este compromiso, en particular el desglose por sexo, es un avance
significativo respecto de los indicadores utilizados para dar seguimiento a la
consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
44.
Con todo, el alcance y la ambición de la Agenda
2030 plantean grandes retos en materia de datos. Las fuentes de datos
existentes son insuficientes y muchos países, incluidos los países
desarrollados que cuentan con sistemas estadísticos avanzados, carecen
actualmente de la capacidad estadística necesaria para vigilar el cumplimiento de
todas las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La perspectiva de
elaborar nuevos datos y estadísticas para vigilar periódicamente el
cumplimiento de todas las metas, con indicadores desglosados por sexo y otros
criterios, exigirá un esfuerzo considerable, que incluye la colaboración
técnica y financiera de todos los países, el apoyo de las entidades del sistema
de las Naciones Unidas y la participación de organizaciones de la sociedad
civil, como los grupos de defensa de los derechos humanos de la mujer y los
defensores de la igualdad de género.
45.
Las necesidades de datos para hacer un
seguimiento eficaz de las dimensiones de género de la Agenda 2030 serán
sustanciales y será necesario contar con inversiones significativas y
desarrollar la capacidad para subsanar los vacíos en la materia. Por ejemplo,
en la actualidad no se dispone de datos de referencia ampliamente comparables
en muchas esferas, en particular el acceso de las mujeres a la energía, el agua
y el saneamiento, y son limitados en lo que atañe a la experiencia de las
mujeres en relación con la pobreza, el hambre y la seguridad de la tenencia de
la tierra. Las fuentes de datos sobre la violencia contra las mujeres
proporcionan información limitada. Los datos para medir el trabajo asistencial
no remunerado son igualmente limitados: solo 75 países tienen datos pertinentes
basados en encuestas sobre el empleo del tiempo, y muy pocos países tienen más
de una encuesta que permita el análisis de las tendencias[1].
46.
Se necesitan inversiones técnicas y financieras
considerables, en particular del sistema de las Naciones Unidas, para apoyar a
los sistemas nacionales de estadística a superar esos retos y asegurar un
seguimiento y control adecuados de los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde
una perspectiva de igualdad de género, lo que permitirá mejorar la rendición de
cuentas en cuanto a los resultados. El aumento de la financiación y el apoyo
para las oficinas nacionales de estadística, los ministerios competentes y los
mecanismos nacionales para la igualdad de género, así como el desarrollo de su
capacidad, contribuirán a asegurar la elaboración periódica de estadísticas de
género. El fortalecimiento del intercambio de datos y los instrumentos de
difusión y el establecimiento de diálogos periódicos entre los productores y
los usuarios de datos, incluidas las organizaciones de mujeres de la sociedad
civil y los defensores de la igualdad de género, permitirán una mayor
disponibilidad de los datos y un mayor uso de estos. Deberían fijarse etapas de
ejecución y ponerse en práctica medidas de rendición de cuentas para asegurar
la consecución oportuna de los objetivos y metas en materia de igualdad de
género y respecto de las dimensiones de género de la Agenda 2030 en su
conjunto, lo que debería complementarse con la aplicación plena, efectiva y
acelerada de la Plataforma de Acción de Beijing.
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