La edad es un factor importante al momento de enfrentar la violencia sexual, de esta manera, las personas que atraviesan por esta experiencia en la adolescencia les cuesta más enfrentar este tipo de problemas. Esto también está relacionado con el entorno familiar, el siguiente testimonio muestra cómo la falta de confianza y apoyo de los padres afecta psicológicamente a las personas:
• “Yo no tenía la confianza como para decirles nada, mis padres nunca me hablaron de sexualidad, tampoco teníamos, ni tenemos buena comunicación, sentía como que les hubiera defraudado, porque mis hermanas siempre tan correctas y tan buenas alumnas, como se dice “niñas de casa” y yo sentía como que yo fui la que me arriesgué a irme con los hombres en la noche, lo mas contradictorio es que mi mami es médica y trabaja en campañas para hacer que la gente use métodos anticonceptivos y nunca fue capaz de hablar con nosotros de sexo, entonces para mí el sexo era algo malo, porque así me enseñaron en el colegio que las mujeres son las que se embarazan y son las que se tienen que cuidar, a los hombres no les dan una responsabilidad de su sexualidad, y las mujeres son las que corren peligro, es decir juzgan mucho desde sus prejuicios, para mí era terrible tener que contarle a mi mamá que me había pasado eso, porque me sentía culpable, y además sentía que ella no me iba a apoyar, más bien iba a culparme también. Hubo un momento en el que yo borracha les conté a mis papás lo que me había pasado, pero nunca se volvió a hablar del tema, ellos nunca me preguntaron nada ni se preocuparon de lo legal y de mi estado emocional, solo me seguían comprando las pastillas que me mandaba el psiquiatra y cada vez que llegaba borracha mi mamá me decía que no hay cosa más fea que una mujer borracha pero nunca les interesó afrontar el tema ni en entender el por qué yo me emborrachaba ni por qué me sentía tan mal.”
• “Yo no tenía a nadie en quien confiar, ni siquiera mi amiga con la que viví la experiencia porque ella “se hizo la loca”, y además me hizo prometer confidencialidad, me sentía sola e insegura y con una carga pesada y nadie sabía lo que me pasaba, solo el psiquiatra y el nunca le dio importancia a esa parte, solo me daba pastillas y me dijo que no denuncie por que el proceso es muy largo y yo no estoy en condición de afrontar eso.”
• “En un primer momento perdió las ganas de estudiar, no quiera hacer nada en su vida, pues cuando contó lo que sucedió a su madre lo primero que hizo fue llevarle al sicólogo del cuartel militar (el padrastro era militar) aduciendo que “estaba loca”. Cuando la sicóloga le confirmó a su madre que era cierto lo que ella decía, las cosas cambiaron para Karina pues ya tuvo el apoyo de su madre, y ella volvió a pensar en cumplir sus sueños, no cree que le afecta para poder relacionarse con otros hombres.”
• “Sufrimiento, me acordaba de las cosas y no puedo vivir en paz porque eso se quedó en mi cabeza.
Siempre, cuando estoy con mi esposo lo recuerdo y a veces me las aguanto porque soy casada y tengo que dejar eso aparte y ver mi vida como estoy ahorita.”
• “Mi familia de parte de mi mamá dice que la culpa es mía, que lo que él hizo esta bien, que yo tengo la culpa de todo.”
• “Mi tío se enteró porque la persona que lo hizo fue mi primo, yo tenía 5 y el tenía 11 o 12 años.
Usaba el método de la amenaza, me pegaba, me decía que nadie me iba a creer, y de verdad yo era una niña bien inocente, entonces no sabía ni siquiera lo que estaba haciendo, no sabía lo que estaba mal y lo que estaba bien. Hasta que un día, en algún momento lo vi en la televisión, y me dije “Eso me lo están haciendo a mi, me están violando”…entonces yo quise (piensa y busca
las palabras para expresar una sensación de la infancia que es confusa) Siempre supe de alguna manera que estaba mal, pero me culpaba a mi misma y no podía ver lo que me hacía mi primo y además esto que él me decía que nadie me iba a creer, que él me iba a pegar. Entonces un día un tío…un tío, nos encontró. Entonces mi primera reacción fue a abrazar a mi tío como pidiéndole ayuda, pero solamente le retó y se fue. Entonces, otra vez dije: No! entonces ¿está bien? Tenía una confusión muy grande, pero si él lo sabía, él obviamente sabía que estaba mal y yo lo abracé buscando apoyo y no hubo ninguna reacción…y la familia. Bueno mi familia es de la sierra y es más conservadora, entonces tapan todo por las apariencias o siempre el hombre tiene la razón.
Yo nunca se lo dije a mi madre porque me da mucha vergüenza y él tampoco le debe querer decir porque le debe dar vergüenza admitir que él no hizo nada (Refiriéndose al tío)”
• “No quiero tener problemas con él, entonces les dije que no lo metan preso porque él se va a vengar, yo tengo miedo que regrese cuando nazca la niña y nos haga algo.”
Ecuador
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