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miércoles, 31 de julio de 2013

Embarazo adolescente, alerta temprana de la desigualdad




En América Latina casi un 30% de las mujeres es madre durante la adolescencia. Solo África supera a los países latinoamericanos y caribeños en fecundidad de las adolescentes y nuestra región sobrepasa ampliamente el promedio mundial.

Aunque se observa una tendencia a la baja en los últimos años, el porcentaje de adolescentes que son madres aumentó entre 1990 y 2010 en la mayoría de países con datos disponibles (12 de 18 países) y, si bien la maternidad se concentra en el grupo de 18 a 19 años, el incremento fue relativamente mayor entre las adolescentes de 15 a 17 años.

El número de embarazos tempranos es sistemáticamente más elevado en el campo que en la ciudad. Persiste además una marcada asociación entre el nivel educativo de las jóvenes y la proporción de madres. En casi la mitad de los países con datos disponibles la maternidad adolescente entre las jóvenes que llegaron como máximo al nivel escolar primario es más del triple que aquellas que alcanzaron el nivel secundario. Hay brechas también según la pertenencia étnica y el nivel de ingresos.

Las encuestas de hogares indican que el porcentaje de madres adolescentes que viven en hogares pertenecientes al quintil más pobre es cinco veces superior al de las que habitan en hogares del quintil más rico.

Una gran proporción de los embarazos de adolescentes no son planificados y es preocupante que en casi todos los países con datos disponibles se constata un aumento en su porcentaje.

Esto supone una paradoja en la región porque si bien la información relativa a métodos anticonceptivos está muy difundida, los embarazos no deseados entre las adolescentes continúan en aumento. Algunas de las causas apuntan a las barreras socioeconómicas, culturales e institucionales que enfrentan los jóvenes para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva adecuados para ellos y de calidad, que incluyan la consejería especializada y la provisión de anticoncepción.

Los embarazos adolescentes tienen consecuencias en el desarrollo y expectativas de vida de las jóvenes madres. Además, cuando no son planificados, las jóvenes no están ejerciendo su derecho a la salud reproductiva, que forma parte del derecho humano a la salud, universalmente reconocido.

Aunque cada vez hay más información sobre el embarazo temprano, las miles de adolescentes que se convierten en madres cuando apenas están creciendo necesitan acciones concretas de los gobiernos, es decir, políticas públicas contundentes que incidan en los determinantes sociales y estructurales de este fenómeno.

Garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y ampliar el acceso a los servicios asociados a estos, con énfasis en la prevención del embarazo, siguen siendo piedras angulares en la reducción de la fecundidad adolescente. Es necesario asimismo ofrecer educación sexual integral a los niños y adolescentes.

Pero también y como eje fundamental, los gobiernos deben implementar políticas públicas que aumenten las opciones y oportunidades, fomenten la inclusión social, rompan la reproducción intergeneracional de la exclusión y la desigualdad, y garanticen el pleno ejercicio de derechos por parte de los adolescentes y jóvenes.
Decimos que el embarazo adolescente es una alerta temprana de la desigualdad porque la reproducción de nuestra sociedad está ocurriendo en hogares pobres y sin inversión en bienes públicos, lo que plantea un desafío futuro.

La Cepal celebrará con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en agosto en Montevideo la Primera Reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe junto con gobiernos, sociedad civil y organismos internacionales. Será el momento de hacer balance tanto en esta materia como en otras muchas también relacionadas con los jóvenes.

Sabemos que son las nuevas generaciones las que tendrán en sus manos el reto de construir sociedades que crezcan con igualdad y sostenibilidad ambiental. Es imperativo comenzar ahora a preparar este camino, este futuro, que es el de todos.

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

 Agracemos a Vivian su información .
http://amnistia.me/profiles/blogs/embarazo-adolescente-alerta-temprana?xg_source=activity
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martes, 30 de julio de 2013

Violencia de género en India hace que una mujer se inmole con sus cinco hijas


La mujer, identificada como Prema Devi de 38 años, se inmoló con sus cinco hijas de 2, 5, 7, 10 y 12 años ante las continuas palizas a las que la sometía su marido por la falta de descendencia masculina, dijo el inspector Param Hare Yadav.

Violencia contra la mujer en la India.

Su marido la maltrataba por no haberle dado hijos varones y el mismo día de la tragedia,según la agencia local IANS, la mujer recibió una "brutal" paliza
Se prendió fuego a ella y a sus cinco hijas ante los maltratos de su marido por no tener hijos varones, lo que les causó la muerte, en el estado de Uttar Pradesh, en el norte indio, según informó la Policía.

Los vecinos trataron en vano apagar el fuego.

La Policía ha detenido al marido ante la denuncia del hermano de la mujer fallecida, quien aseguró que el marido "torturaba" a su hermana por solo dar a luz niñas, una versión apoyada por los vecinos del pueblo de Diwli, donde ocurrieron los hechos.

En la India existe una preferencia por los hijos varones por razones culturales y económicas, lo que lleva a la práctica de los abortos de niñas y a alimentar y educar peor a las féminas.

El censo indio de 2011 reveló que hay 7,1 millones menos de niñas que de niños con edades comprendidas entre los 0 y 6 años; y en el total de la población india de 1.200 millones de personas hay 940 mujeres por cada mil hombres.

http://www.heraldo.es/noticias/internacional/2013/06/04/una_mujer_inmola_india_junto_sus_cinco_hijas_236911_306.html
HERALDO.ES-04/06/2013-(EFE)
http://www.zonasurecuador.com/index.php/sucesos/6384-una-mujer-se-inmola-con-sus-cinco-hijas-por-el-maltratro-de-su-marido-en-india
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lunes, 29 de julio de 2013

Venezuela : Cada minuto quedan embarazadas por lo menos tres adolescentes


De acuerdo con el director de Atención a Madres, Niños, Niñas y Adolescentes del Ministerio de la Salud, Dámaso Castellanos, 23% de las 850.000 embarazadas que se realizan en el año el control prenatal en instituciones públicas son adolescentes, lo que equivale a 195.500 jóvenes.

La Organización Mundial de la Salud estableció que un embarazo se considera precoz cuando la mujer queda en estado de gestación antes de cumplir los 19 años de edad. Castellanos señala que la mayoría de las jovencitas que asisten al control prenatal en el país tienen entre 15 y 19 años de edad. "También se presentan, en menor cantidad, embarazadas con menos de 14 años. Gran parte de las muchachas y niñas que pertenecen a ese grupo han sido víctimas de violencia sexual", afirma.

¿Por qué? El embarazo precoz en el país es un problema complejo. Una de las razones por las que el porcentaje de adolescentes embarazadas no ha disminuido en Venezuela desde 2011 --a diferencia de otros países de América Latina, como Colombia y Ecuador, que han logrado bajar sus tasas de fecundidad en adolescentes-- es la disminución de los centros de atención que brinden servicios de salud sexual y reproductiva únicamente a los adolescentes. Castellanos afirma que en 2005 funcionaban aproximadamente 70 de esos centros, mientras que en la actualidad sólo hay 23.

La falta de un proyecto de vida y de oportunidades laborales y educativas es otra de las razones por la cuales las jóvenes venezolanas deciden tener un hijo. Según el representante auxiliar del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Jorge González Caro. "Cuando los muchachos no saben exactamente lo que quieren hacer con su vida y una muchacha piensa que lo único que tiene en su futuro es ser madre, entonces probablemente busca un embarazo temprano. Esa visión de las muchachas es, en parte, producto de que no ven en su horizonte oportunidades educativas o laborales que se presenten como alternativa al embarazo", afirma.

Para José Cedeño, vocero del Programa Supérate y Progresa que desarrolla la Alcaldía de Sucre, una de las causas de los embarazos precoces es la presión social que afrontan algunas muchachas por perder su virginidad. "Cuando las amigas se enteran de que alguna de sus compañeras es virgen a los 17 años, se burlan de ella porque aún no ha tenido relaciones sexuales. Eso puede llevar a que la joven quiera tener sexo y muchas veces esa relación se hace sin protección porque ni la muchacha ni el muchacho acuden a los padres o a quienes les puedan hablar de sexo responsable".

González afirma que para reducir la tasa de embarazo precoz es necesario desarrollar un plan preciso: "Se necesita dar más educación sexual y un acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva.

También es necesario promover en la niñez proyectos de vida para que los muchachos sepan que tienen otras opciones además del embarazo".

Relaciones sexuales desde la niñez . Algunos niños y niñas se inician en la actividad sexual desde los 10 años de edad, asegura Andreína Guerra, del plan Supérate y Progresa. Relata que al aplicar una encuesta en una escuela de Petare, los niños que cursaban cuarto grado aseguraban que habían tenido relaciones sexuales y que las mantenían con compañeros del salón.

Agrega que eso incrementa el riesgo de embarazo en infantes, pues es poco probable que se les haya hablado de métodos anticonceptivos. "A veces no sólo tienen sexo con compañeros de clase. Una niña de 11 años que estaba embarazada nos contó que el padre de su bebé tiene 19 años.

Creemos que fue víctima de abuso sexual", dice.


Agradecemos a Vivian su información . 
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domingo, 28 de julio de 2013

DESACTIVACIÓN DE LOS MICROMACHISMOS, REQUISITOS


Estoy cada vez mas convencido de que el abordaje de la violencia masculina no puede centrarse solo en sus formas extremas, sino que debe incluir los micromachismos que, como he intentado mostrar, son formas de violencia y abuso cotidianos. Ellos generan alto monto de sufrimiento, relaciones defensivo-agresivas y disbalances de poder, que se oponen a la plena potenciación de las personas.
A diferencia de las grandes situaciones de violencia, que requieren un contexto terapéutico mas o menos especial, en todo espacio psicoterapeutico pueden detectarse y pensar caminos para develar, desactivar y transformar los micromachismos.
Las estrategias clásicas diferirán en función del contexto terapéutico: En las terapias de pareja o familia, los micromachismos y sus efectos se pondrán en escena ante el o la terapeuta.
En las terapias con varones habrá que inferirlos, ya que la mujer objeto de estas maniobras esta ausente, y el varón suele no responsabilizarse del efecto de sus conductas.
En las terapias con mujeres sera preciso descubrir cual de sus malestares son efecto de los reiterados micromachismos ejercidos sobre ellas, y distinguir la problemática intrasubjetiva de lo inducido por la manipulación ajena.
No es proposito de este articulo desarrollar estas estrategias, aunque para finalizar enumerare algunos requisitos que creo necesita cumplir el terapeuta que desee enfrentarse , a la tarea de transformación de estas practicas:
Intentar develar sus puntos ciegos en relación con su propia posición de genero, los aspectos asimétricos de la relación con el otro genero y la naturalización de la sobrecarga hacia la mujer.
Revisar los propios prejuicios sexistas, sobre todo en relación con los patrones de reciprocidad, justicia/injusticia, cuidado/no cuidado del otro/a.
Aclararse las propias creencias sobre la validez de los hechos abusivos y la propia reacción frente a ellos (sobre todo pensando en los ejes temor/enfrentamiento y neutralidad/parcialidad).
Tener la capacidad de confrontar, de soportar confrontaciones y de poner en practica la autoafirmación de modo asertivo.
Conocer los modos de construcción de la condición masculina, sus privilegios y sus costos, a fin de ayudar a la familia y al propio varón a deconstruir los aspectos dominantes del rol masculino tradicional.

Tomado del articulo MICROMACHISMOS
La violencia invisible en la pareja  de Luis Bonino Mendez  .
http://www.berdingune.euskadi.net/u89-congizon/es/contenidos/informacion/material/es_gizonduz/adjuntos/micromachismos.pdf
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sábado, 27 de julio de 2013

Revictimizando a una niña. Por un justicia con perspectiva de género !



EL JUZGADO Nº 4 DE COLMENAR VIEJO* DA LA CUSTODIA A UN PADRE DENUNCIADO DESDE EL HOSPITAL LA PAZ POR ABUSOS SEXUALES A SU HIJA

Esta sentencia a favor de la custodia paterna se temía a tenor de las graves irregularidades cometidas por este juzgado, tanto antes como durante el transcurso del juicio interpuesto por el padre para la modificación de medidas sobre guarda y custodia. 

La historia de abusos de esta niña comienza cuando sólo tenía 3 años. Al volver de una vista a su padre con pernocta se aprecia un líquido extraño en sus bragas y un enrojecimiento e inflamación de sus genitales. La madre acude al hospital donde se le diagnostica a la niña vulvovaginitis y el propio Hospital La PAZ denuncia ante el juzgado de instrucción.El examen pericial realizado por la Clínica Médico Forense reconoce que el padre presenta conductas de riesgo para ella, que la ha maltratado y que falta a la verdad en varias ocasiones. El informe recomienda la suspensión cautelar de las visitas, y el juez acuerda dicha medida y una orden de protección. 

Posteriormente este primer juzgado se inhibe y el caso acaba en el juzgado nº 4, donde el padre ha solicitado el cambio de custodia. Y desde que este juzgado nº 4 asume el caso las irregularidades no han hecho más aumentar. Para empezar con los atropellos que ha sufrido esta niña, la medida cautelar es revocada y levantada sin haber visto ni a la madre ni a la niña, y las visitas al padre se establecen en un régimen más amplio. No se tiene en cuenta los antecedentes y distintos informes y pruebas periciales como la de Miguel Clemente en 2009, los que se reconoce que la niña no miente y que su relato de abusos es de alta credibilidad. En el 2010 después de una visita con pernocta la niña vuelve a relatar un episodio de abusos y presenta enrojecimiento de los genitales por lo que se acude al Hospital, que de nuevo interpone una denuncia por sospecha de abusos el 21 de Septiembre.

Sin embargo, la jueza solicita una nueva prueba pericial para valorar la veracidad del testimonio de la niña y esta se realiza de manera irregular en una entrevista ante el padre y su actual pareja en la que la psicóloga, Isabel Mª Tagle le pregunta por lo abusos y la niña, a pesar de la presencia del padre, es capaz de relatarlos. Niega la veracidad de su narración y concluye que hay manipulación por parte de la madre, que la denuncia de abusos es falsa y recomienda un cambio de guarda y custodia a favor del padre. La madre denunció a la psicóloga por el procedimiento empleado y el informe realizado. Es más esta psicóloga tiene abierto un expediente disciplinario abierto por el colegio de psicólogos de Madrid por su negligencia en el caso de Alovera, en el que no dio credibilidad a una mujer maltratada que fue asesinada poco después por el maltratador delante de su hijo de 4 años.Este informe ha sido recurrido y el Colegio Oficial de Psicólogos le ha abierto un expediente por graves irregularidades en el mismo, entre otras preguntarle a la niña por los abusos delante del padre. 

A pesar de todo lo anterior, el Juzgado de Instrucción nº 4 de Colmenar Viejo, cuya titular es Cristina Villa Cuesta dicta la sentencia de cambio de custodia en favor del por los siguientes motivos: “la madre no está cumpliendo de forma adecuada los deberes que tiene encomendados como progenitora custodia, y con ello está influyendo de forma negativa en el desarrollo académico y emocional de su hija”. 

Para llegar a esta conclusión la jueza ha considerado que la madre de la menor ha obstruido la justicia al no permitir que la niña se sometiera a la prueba pericial psicológica por el equipo psicosocial adscrito al juzgado, y tampoco ha permitido que fuera explorada judicialmente durante la celebración del juicio los días 4, 5 y 8 de Julio pasados. Además, alega que la madre ha denunciado en varias ocasiones al padre por abusos sexuales, y que estas se han sobreseído. Por ello considera que la madre está influyendo de forma negativa en el desarrollo de la menor.

Pero lo que la jueza no ha tenido en cuenta es que las denuncias de abusos sexuales partieron del Hospital La Paz en las dos ocasiones, y que el papel de la madre es acompañar a las mismas y solicitar las medidas de protección para la menor. Asimismo que las denuncias sobre los abusos se están reabriendo de nuevo para su instrucción.Tampoco ha tenido en cuenta que esta madre no se ha negado a que su hija se sometiera a una pericial o fuera explorada judicialmente, sino que, ante tantas irregularidades y para evitar la revictimización de su hija, ha solicitado medidas para que dichas pruebasfueran grabadas y se evitara el contacto de la niña con el padre. Le teme y se pone enferma cada vez que sospecha que tiene que verle. 

Ni tan siquiera ha tenido en cuenta la violencia física que ejerció contra la madre incluso durante el embarazo, cuyo fruto es una lesión que tiene la menor en la mano derecha. Y mucho menos ha reflexionado sobre el trato psicológico que puede darle, cuya muestra han sido los repetidos insultos que el padre ha vertido sobre la niña durante el juicio:”gorda”, “inútil”, “vaga”, “mentirosa”, etc.

Para colmo de males, el 10 de enero de este año el padre de la menor intenta sacar de la carretera con su coche a la madre, a la niña y a su hermano menor, cuando acudían desde el colegio al centro de salud, hecho que se pone en conocimiento de la jueza que abre procedimiento. Una semana antes de comenzar el juicio por la custodia de la menor la jueza archiva el procedimiento por falta de pruebas, sin tener en cuenta  la existencia de  informe médico de la madre que presentaba estado de ansiedad, y un informe de la policía que se personó en el lugar de los hechos 

Estas injusticias han hecho que la madre presentara dos querellas ante el Tribunal Supremo, y le han abierto diligencias a este juzgado por prevaricación dolosa y obstrucción a la justicia el día 12 de Julio. 

Doña Cristina Villa Cuesta ha de hacerse responsable de daño físico y emocional que, de nuevo, pudiere causarle la convivencia con un padre sobre el que distintos profesionales médicos han alertado. Y en la misma medida, de la revictimización y el estrés postraumático al que la menor está siendo sometida por todos estos atropellos judiciales. 

Red de Resistencia y Respuesta a las violencias machistas

COLMENAR VIEJO* - Madrid  ( España)

Imagen de cuadro de María Jesús Hernández 
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viernes, 26 de julio de 2013

La dominacion masculina esta bien asegurada



"En muchos ámbitos, aun hoy, la dominación masculina esta bien asegurada para transitar sin
justificación alguna: ella se contenta con ser, en el modo de la evidencia".
P. BORDIEIU "La dominación masculina"
Actes de la recherche en sciences sociales. 84
Sep/1990, Francia



Mujeres maltratadas, varones violentos: dos dramáticos aspectos de las asimétricas relaciones de género.

En todo el mundo occidental, la violencia (masculina) hacia las mujeres se torna evidente y se deslegitima de forma creciente. Los dispositivos juridicos y sanitarios ejercen acciones sobre las personas involucradas, y el campo de la salud mental no es ajeno a ello.

Sin embargo, la deslegitimacion y los abordajes legales y terapéuticos se han realizado casi exclusivamente sobre las formas evidentes, máximas y trágicas de dicha violencia y sus efectos.

Quedan así ignoradas múltiples practicas de violencia y dominación masculina en lo cotidiano,  que se ejecutan impunemente, algunas invisibilizadas, otras legitimadas con la impunidad de lo naturalizado.

  A estas practicas,  las que he denominado "micromachismos", ciñendome a su descripción y sus efectos en el ámbito conyugal. Ellas suelen producir, sobre todo en las relaciones de larga duración, diversos efectos que frecuentemente son motivo de consulta, y que al invisibilizarse su producción intersubjetiva suelen atribuirse a "ciertas" características femeninas.

Algunos  de estos efectos son: disfunciones familiares, malestares, baja autoestima e irritabilidad de las mujeres y defensas interpersonales rígidas en los varones. (Bonino, 1991)

Desconocedores de estas practicas, mujeres y terapeutas individuales y familiares (y a veces los varones, ya que muchas de ellas son no conscientes) no las perciben, o lo hacen acriticamente, con lo que contribuyen a perpetuarlas.

Creo que es importante develar estos mecanismos como parte de la tarea de recuperar críticamente dimensiones alienantes de la cotidianidad naturalizada, Visibilizarlos es un primer paso para intentar su neutralizacion en las relaciones entre mujeres y varones en el núcleo conyugal. Primer paso que puede contribuir a modificar los juegos de dominio y permitir el desarrollo de relaciones mas cooperativas, honestas e igualitarias en derechos y obligaciones.(Miller, 1996) Luego de proponer una clasificacion descriptiva de los micromachismos, que espero ayude a su develamiento, finalizare el trabajo con la enumeración de una serie de requisitos que creo debe cumplir el/la terapeuta para intentar desactivarlos, como parte de su tarea.


Tomado del articulo MICROMACHISMOS
La violencia invisible en la pareja  de Luis Bonino Mendez  .
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jueves, 25 de julio de 2013

PODER Y GENERO



"Es absolutamente necesario estudiar a los varones en terminos del impacto de su poder sobre las 
mujeres..." 
J. HEARNS Y D. MORGAN "Men masculinity and social theory", 
Londres, 0.Wyman. 1988.


En cuanto al poder, este no es una categoría abstracta; el poder es algo que se ejerce, que se visualiza en las interacciones (donde sus integrantes las despliegan). Este ejercicio tiene un doble efecto: opresivo, y configurador, en tanto provoca recortes de la realidad que definen existencias (espacios, subjetividades. modos de relación, etcétera). 
Dos acepciones surgen con la palabra "poder": una es la capacidad de hacer, el poder personal de existir, decidir, autoafirmarse; requiere una legitimidad social que la autorice. Otra, la "capacidad" y la posibilidad de control y dominio sobre la vida o los hechos de los otros, básicamente para lograr obediencia y lo de ella derivada; requiere tener recursos (bienes, afectos) que aquella persona que quiera controlarse valore y no tenga, y medios para sancionar y premiar a la que obedece. 
En este segundo tipo de poder, se usa la tenencia de los recursos para obligar a interacciones no reciprocas, y el control puede ejercerse sobre, cualquier aspecto de la autonomía de la persona a la que se busca subordinar (pensamiento, sexualidad, economía, capacidad decisoria, etcétera). 
La desigual distribución del ejercicio del poder sobre otros u otras conduce a la asimetria relacional. 
La posición de genero (femenino o masculino) es uno de los ejes cruciales por donde discurren las desigualdades de poder, y la familia, uno de los ámbitos en que se manifiesta. Esto es así porque la cultura ha legitimado la creencia en la posición superior del varón: el poder personal, la autoafirmacion, es el rasgo masculino por antonomasia. 
Ser varón supone tener el derecho a ser protagonista (independientemente de como se ejerza ese 
derecho). La cultura androcentrica niega ese derecho a las mujeres, que deberán entonces (si pueden) conquistarlo. A través de la socializacion, esto deviene en la creencia generalizada de que los varones tienen derecho a tomar decisiones o a expresar exigencias a las que mujeres se sienten obligadas, disminuyendo su valor y necesitando la aprobación de quien a ellas les exige. La ecuación "protección por obediencia" refleja esta situación y demuestra la concepción del dominio 
masculino 
Este dominio, arraigado como idea y como practica en nuestra cultura mantiene y se perpetua por: 
Su naturalización. 
La falta de recursos de las mujeres. 
Uso por los varones del poder de macrodefinicion de la realidad y de otro poder que especialmente nos interesa: el poder de microdefinicion, que es la capacidad y habilidad de orientar el tipo y el contenido de las interacciones en terminos de los propios intereses, creencias y percepciones. Poder de puntuación que se sostiene en la idea del varon como autoridad que define que es lo correcto (Saltzman, 1989). 
La explotacion del "poder" del amor (jonnasdotir, 1993).

Y la mujer, ¿que poderes ejerce?: el sobrevalorado poder de los afectos y el cuidado erótico y maternal. Con el logra que la necesiten. Pero este es un poder delegado por la cultura androcentrica, que le impone la reclusión en el mundo privado. En este mundo se le alza un altar engañoso y se le otorga el titulo de reina, titulo paradójico, ya que no puede ejercerlo en lo característico de la autoridad (la capacidad de decidir por los bienes y personas y sobre ellos), quedando solo con la posibilidad de intendencia y administración de lo ajeno. Poder ademas característico de los grupos subordinados, centrados en 'manejar" a sus superiores haciéndose expertos en leer sus necesidades y en satisfacer sus requerimientos, exigiendo algunas ventajas a cambio. Sus necesidades y reclamos no pueden expresarse directamente, y por ello se hacen por vías 'ocultas"; quejas, distanciamientos, etcétera.

Estas situaciones de poder (que desde la normativa genérica desfavorecen a las mujeres) suelen ser invisibilizadas en las relaciones de pareja, llevando a la creencia de que en ellas se desarrollan practicas recíprocamente igualitarias y velando la mediatizacion social que adjudica a los varones, por el hecho de serlo, un plus de poder del que carecen las mujeres. 
Si bien no todas las personas se adscriben igualmente a su posición de genero, y aunque el discurso de la superioridad masculina esta en entredicho, el poder configurador de la masculinidad como modelo sigue siendo enorme. Aun las creencias ancestrales oscurecen las injusticias, aplauden las conductas masculinas y censuran a la mujer que asume otras competencias. 

Estas premisas que he planteado no son fácilmente aceptadas, ya que implican un desafió a lo "dado", y son aun menos aceptadas por los varones, en tanto ponen al descubierto las ventajas masculinas en relación con las mujeres y obligan por ello al consiguiente dilema ético de como posicionarse frente a esta injusta situación (que por otra parte se encuentra en la base de la socialización masculina). Por ello, aun en el tema poco abordado de los varones en terapia, las personas que se han ocupado de el son en general mujeres (Bograd, 1991; Erickson, 1993). Los varones se han ocupado mas de abordar los "costos" de la condición masculina (Meth y Pasick, 1990), si bien algunos -principalmente asistiendo a varones violentos- han incluido estas premisas. 
Para estos trabajos, la comprensión de la construcción de la identidad masculina y sus modos de relacionarse se revelan como indispensables.

Tomado del articulo MICROMACHISMOS
La violencia invisible en la pareja  de Luis Bonino Mendez  .
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miércoles, 24 de julio de 2013

Chistes, piropos y trato galante: las estrategias del macho acorralado




Definitivamente, las feministas somos unas amargas. Vemos machismo, patriarcado, androcentrismo, homofobia, lesbofobia, transfobia y violencia incluso en las situaciones más divertidas. Eso nos pone en un raro lugar: somos víctimas de permanentes ataques simbólicos, y a la vez victimarias por arruinar con nuestras respuestas destempladas las situaciones que gran parte de la sociedad considera entretenidas, glamorosas, seductoras, caballerescas, románticas y hasta corteses. Y lo peor de la confusión es que como pertenecemos a esa misma sociedad, tales situaciones también tienen eficacia simbólica sobre nosotras, también nos reímos y emocionamos con ellas; sólo que un Pepe Grillo feminista nos susurra al oído permanentes advertencias analíticas para que no caigamos en la trampa, para que no seamos literales, para que no sonriamos amablemente -como es de esperar- a los gestos corteses.

¿Qué quieren las mujeres?? se preguntaba Freud, y el error de nosotras era estar expectantes a su respuesta.

Mi propuesta de hoy es muy modesta. Contar algunas anécdotas, señalar algunas situaciones que encienden mi alarma, procurar tímidamente un puente comunicativo para hacer grietas en los implícitos sociales y generar vínculos que no lesionen con su reiteración a ningunx de lxs participantes en ellos.

Cuando inicié la carrera de filosofía, un profesor llamado Adolfo Carpio me dijo: “¿qué hace usted acá, no sabe que las mujeres no pueden hacer filosofía? Tiene lindos ojos, aprenda repostería y búsquese un novio”. Me ubicaba así en una disyuntiva común a muchas mujeres profesionales: o carrera o familia. La filosofía era un sacerdocio que requería no ocuparse del trajín de la vida cotidiana, por eso era para varones, que como todo el mundo sabe vienen equipados con mujeres que se dedican a las tareas de reproducción y cuidado, entonces ellos no deben renunciar a nada que les corresponda para dedicarse a la vida contemplativa. Esta deliberación es objeto de muchas indagaciones feministas, de excelente nivel, que ponen eje en el quiebre subjetivo de las mujeres que deciden innovar. Como ejemplo diré que en una investigación sobre carreras científicas de varones y mujeres, encontramos como dato significativo que el 25% de los investigadores superiores del Conicet eran solteros (su carrera era un sacerdocio) pero esa cifra trepaba al 75% en las mujeres, además de tener muchas menos oportunidades de llegar a la cima.

Muchos años después, ya doctorada y con el permanente esfuerzo de equilibrar familia y trabajo, ocupo la cátedra que fue de Carpio. Últimamente he pensado si no será un gozo enfermizo estar en este lugar, si fue una aspiración verdadera o movida por el desafío y la revancha. Y eso me lleva a reflexionar sobre los deseos de las mujeres y su concepto de éxito. Tenemos paradigmas que producen indicadores precisos de lo que la sociedad reconoce como éxito personal y profesional, y el costo subjetivo de esos indicadores para las mujeres es doble: si acompañan a un varón exitoso, es posible que tengan a su cargo la parte menos glamorosa de ese éxito vicario; si ellas mismas lo son, es posible que alcanzada la meta no encuentren la felicidad prometida sino una incomprensible insatisfacción. Para las innovadoras, que decidimos desafiar la dicotomía conciliando familia y profesión, la culpa de no alcanzar el ideal de perfección en ninguno de los roles (que obviamente requieren la renuncia al otro) es permanente.

Asi las cosas, claro, no estamos para chistes. Sin embargo nos hacen chistes! Cuando me recibí, el profesor Eduardo Rabossi me felicitó haciéndome el extraño homenaje de contarme un chiste, precisamente este: Un hombre decide contratar una prostituta. Va a su departamento y encuentra que entre los previsibles adornos sugerentes había una pequeña biblioteca. Se acerca curioso y ve en ella libros de Kant, de Hegel, de Wittgenstein? Toma uno de ellos y ve que está subrayado y con acotaciones manuscritas. Le pregunta de quién son esos libros y la prostituta contesta que son de ella, que es filósofa. El hombre, extrañado, le pregunta cómo siendo filósofa trabaja de prostituta, y ella le contesta: “tuve suerte”. Fin del chiste. No me reí. Quedé como una amarga con mi profesor de derechos humanos.

Una brillante alumna mía, muy linda, terminó su carrera y no logró una beca o una plaza docente para comenzar a trabajar. Terminó de mesera en un restaurante muy caro de Puerto Madero, en plena era menemista, al que concurrían políticos y empresarios favorecidos por el gobierno (dicho sea de paso, algunos siguen concurriendo y siguen siendo favorecidos, pero ese es otro tema). Uno de los clientes en particular era muy pesado, con comentarios subidos de tono sobre su aspecto físico dichos a los gritos y festejados por sus contertulios. Un día mi alumna decidió contestarle con una frase de Nietszche. El diputado, sorprendido, le preguntó de dónde había sacado eso y ella le dijo que era filósofa. La pregunta fue inmediata: ¿y qué hacés trabajando aquí?, y la respuesta de ella también: “esta es la Argentina en la que vivo, yo soy mesera y usted es diputado”. Los contertulios festejaron el chiste, el político no se rió, ella sintió una satisfacción interior que duró poco porque ese mismo día la echaron de su trabajo por hacer comentarios indecorosos a los clientes.

¿Podemos reaccionar a la violencia de los chistes y los comentarios que nos ponen como objeto pasivo de frases soeces bajo la pretensión de ser piropos, cuando todo el sistema opera contra nuestra vivencia de esas situaciones? La observación rompe un código, a veces violentamente, y entonces pasamos de víctimas a victimarias. A veces ni siquiera tenemos la oportunidad de intervenir, porque la frase se refiere a nosotras pero se pronuncia entre machos en un intercambio que nos excluye y que tiene que ver con el derecho de propiedad. Porque como decía Locke en “Dos Tratados sobre el Gobierno”, para justificar filosóficamente la necesidad del pacto social que dio origen al Estado Liberal Moderno, la violencia entre los seres humanos es consecuencia de la lucha por la propiedad; y hay dos cosas que producen el máximo conflicto entre los seres humanos: la propiedad de la tierra y la propiedad de las mujeres. El pacto social, precedido del pacto sexual, reguló ambas propiedades dando origen a la familia nuclear y garantizando así la legitimidad de la progenie para cuidar la herencia en la acumulación de capital.

Los ambientes ilustrados no están libres de estos métodos disciplinadores del lugar de las mujeres. Cuando finalizaba la dictadura, comenzamos en la UBA un movimiento de estudiantes y graduados que permitiera recuperar las autoridades legítimas una vez alcanzada la democracia. Se creó así una Asociación de Graduados que hizo su primera elección. Los candidatos a presidirla éramos Silvio Maresca, un filósofo muy ligado a la política del peronismo , y yo, una pichi. Inesperadamente gané esa elección, y entonces Silvio le dijo a mi marido, también graduado en filosofía: “te felicito, ahora tenés una mujer pública”. No me lo dijo a mí, se lo dijo a él, que recibió así la advertencia de que un hombre que deja que su mujer circule por los espacios de poder de la política debe aceptar que reciba el calificativo con el que se describe a una prostituta: una mujer pública, una mujer de la calle, una mujer que no es de su casa y por eso ha renunciado a ser de un hombre para estar disponible para cualquier hombre.

Y así seguramente se lo enseñan a los hombres. Los cuerpos que circulan en la calle son cuerpos disponibles, y si no dan señales inequívocas de recato son cuerpos abordables sin permiso por el solo hecho de estar allí. Abordables físicamente y simbólicamente, con manoseos o con pretendidos piropos que nos ponen en situación de presa y a ellos en situación de dominio.

Salgo de mi casa un día de lluvia para un acto protocolar a la mañana, vestida con más cuidado que de costumbre. En la vereda hay un hombre acostado sobre unos cartones, totalmente borracho, harapiento que daba pena, y cuando paso me dice: “te haría cualquier cosa”. Ese hombre que no podia ni siquiera ponerse en pie, abandonado de todo, no había perdido sin embargo su poder patriarcal sobre mí, su poder de incomodarme y ubicarme en una situación pasiva que sólo podía ser respondida de modo desagradable o cambiando el código. Otras veces lo he hecho, ante ese habitual comentario “decime qué querés que te haga, mamita” pararme, mirarlo y decir: “recordame el teorema de Göedel”, o “recitame la Odisea en griego”. La respuesta produce pavor, la mirada del piropeador se llena de espanto: la violenta soy yo.

Los comentarios sobre nuestro aspecto físico nos desvían de nuestro lugar de interlocutoras a objeto. Incluso cuando pretenden ser amables nos están sacando de la relevancia del argumento para poner de relevancia nuestro cuerpo sexuado. A veces la violencia es más explícita, y cuesta menos verla.

En una manifestación docente donde hay represión policial encuentro a un diputado kirchnerista con sus asesores. Me pregunta con ironía qué hago allí, y yo le digo qué hace él que no está procurando que su gobierno no reprima la protesta social. El, molesto y bajando un poco la mirada de mi cara me dice “¿por qué te pusiste ese escote?”, sus compañeros se ríen, yo le repregunto “¿qué te pasa, extrañás a tu mamá?”, sus compañeros se ríen más. La violenta soy yo que lo pongo en ridículo ante sus subordinados.

Otras veces el comentario es menos burdo, y simplemente nos retrae del lugar donde nos habíamos instalado. En una sesión legislativa salgo de mi banca y me acerco a un diputado del hemiciclo opuesto para reprocharle uno de los mil modos de mala praxis legislativa que acostumbran. Mientras le estoy diciendo que faltó a su palabra me interrumpe: “ahora que te veo de cerca, qué lindos ojos tenés”. ¿Tengo que alegrarme, sentirme orgullosa de algo en lo que no tengo ningún mérito, cambiar mi enojo por un agradecimiento a su observación gentil? Opto por reprocharle doblemente su falta de palabra y el comentario desubicado y quedo como una amarga. La víctima es él: dijo algo agradable y se encontró con mi respuesta destemplada.

La filósofa mexicana Graciela Hierro, especialista en ética feminista, nos advertía sobre estos modos que toma el patriarcado para imponerse a los que llamaba “el trato galante”. Socialmente aparecen como un signo de caballerosidad, pero nos ubican en un papel de debilidad, de objeto de tutela, de incapacidad, de pasividad superlativa. Los usos sociales están llenos de mandatos que los varones pueden tomar como lo que se espera de ellos, y muchas mujeres como signos de protección masculina.

Mañana se cumplen 60 años del voto femenino. Quizás sea oportuno recordar que hasta ese momento el código civil nos ponía con los incapaces, los presos, los dementes y los proxenetas para fundamentar nuestras ineptitudes para la política. Cuando luego de muchos años de lucha del socialismo feminista, y por expresa voluntad de Eva Perón, la ley de sufragio femenino finalmente llega a un recinto formado exclusivamente por varones, los argumentos en contra cubrieron todo el arco: desde señalar la natural incapacidad de las mujeres para la vida pública, a decir que ibamos a votar lo que nos dijera el cura y la iglesia iba a aumentar así su poder político, o ensalzar las más altas virtudes femeninas que nos destinan a la excelsa tarea divina de cuidar a nuestras crías (lo que logicamente está reñido con la disputa electoral), o describir la politica como un pantano donde no debería posarse el delicado pie que cual pétalo de rosa sostiene nuestra gracia, y como último recurso generar pánico recordando que nos volvemos locas una vez por mes y así existía la alta probabilidad de que en ese estado de enajenación temporal una cuarta parte de nosotras esté a la vez menstruando y decidiendo los destinos de la patria.

Para esos patriarcas de la democracia, que ya contaba con una “ley del voto universal y obligatorio” que no sólo nos excluía del universal sino que no registraba siquiera la exclusión, eso éramos las mujeres. Ellos sí tenían una respuesta, no como Freud que nos dejó esperando.

Procurando hacer un ejercicio de empatía, comprender cuál es la reacción de quien tiene esta visión de las mujeres ante los avances que el feminismo nos ha procurado en tantos órdenes de la vida, pienso que hay una percepción de cierta masculinidad de estar en retroceso. Una vivencia del poder sustancial y del territorio que torna amenazante el ingreso de las mujeres a las instituciones y a la vida pública, todavía ahora. La pérdida del monopolio de la palabra no alcanza para abrir el diálogo. El diálogo tiene condiciones lógicas, semánticas, éticas y políticas, no se trata de hablar por turno y menos aún de arrebatar el micrófono. Y ni hablar si se usan dos micrófonos, como hace la presidenta desde el atril!

Eso es lo que llamo “el síndrome del macho acorralado”, que es victimario violento y a la vez víctima, que me desvela cuando pienso en las formas de lograr una sociedad incluyente de verdad,y que me inspira para decir toda vez que puedo a modo de letanía pedagógica que “cuando una mujer avanza, ningún hombre retrocede”.


Diana Maffía
www.dianamaffia.com.ar



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martes, 23 de julio de 2013

MICROMACHISMOS DE CRISIS


Seudoapoyo.
Apoyos que se enuncian sin ir acompañados de acciones cooperativas, realizados con mujeres que acrecientan su ingreso al espacio publico. Se evita con ello la oposición frontal, y no se ayuda a la mujer a repartir su carga domestica y tener mas tiempo.

Desconexión y distanciamiento.
Se utilizan diversas formas de resistencia pasiva: falta de apoyo o colaboración, conducta al acecho (no toma la iniciativa, espera y luego critica. "Yo lo hubiera hecho mejor"), amenazas de abandono o abandono real (refugiándose en el trabajo o en otra mujer "mas comprensiva").

Hacer méritos.
Maniobras consistentes en hacer regalos, prometer ser un buen hombre, ponerse seductor y atento, hacer cambios superficiales, sobre todo frente a amenazas de separación. Se realizan modificaciones puntuales que implican ceder posiciones provisoriamente por conveniencia, sin cuestionarse la creencia errónea de la "naturalidad" de la tenencia de dicha posición.

Dar lastima.
Comportamientos autolesivos tales como accidentes, aumento de adicciones, enfermedades, amenazas de suicidio, que apelan a la predisposición femenina al cuidado y le inducen a pensar que sin ella el podría terminar muy mal. El varón exhibe aquí, manipulativamente, su invalidez para el autocuidado.
W. Shakespeare ilustra, espléndidamente, las estrategias de utilización de muchas de estas maniobras en función de dominar a la mujer, restringiendo con hábiles artes su autonomía, en su obra "La fierecilla domada". Su lectura alumbra con gran nitidez el efecto devastador de estas estrategias de dominio.

La efectividad de todas estas maniobras, junto a la falta de autoafirmación de la mujer, forman una explosiva mezcla con negativos efectos relacionales: mujeres muchas veces enormemente deterioradas en su autonomía y varones con aislamiento emocional progresivo y creciente desconfianza en la mujer, a quien nunca terminan de poder someter plenamente.

Si bien hemos tenido en mente para la anterior clasificación a la pareja conyugal, muchas de estas maniobras son igualmente realizadas en el ámbito familiar con las propias hijas y madres.

Quizas esta larga clasificación haya provocado alivios y rechazos. Como en todo tema que se devela, suele ser mas frecuente que sientan alivio aquellos a quienes la invisibilización los desfavorecia, y rechazo quienes se sentian favorecidos por dicha invisibilización. Tolerar la visibilización no es tarea fácil. No muchas mujeres, pese a entender maniobras en que se ven involucradas, soportan el reconocimiento de su propia subordinación (Dio Bleichniar, 1992).

Pocos varones, pese a reconocerse en este listado, estan dispuestos a aceptar, a pesar de sus cambios, lo que en ellos aun permanece de la atavica dominancia masculina (Brittan, 1989). Pero la transformación se basa en esos dolorosos reconocimientos y aceptaciones.
Seria un error que de esta clasificación se dedujera la "maldad" de los varones. Solo he intentado describir comportamientos de los que ellos si son responsables, de los que las mujeres no son responsables y que solo a ellos les cabe intentar modificar si desean relaciones igualitarias y cooperativas con las mujeres.

Tomado del articulo MICROMACHISMOS
La violencia invisible en la pareja  de Luis Bonino Mendez  .
http://www.berdingune.euskadi.net/u89-congizon/es/contenidos/informacion/material/es_gizonduz/adjuntos/micromachismos.pdf
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lunes, 22 de julio de 2013

MICROMACHISMOS ENCUBIERTOS


Son los que atentan de modo mas eficaz contra la simetría relacionar y la autonomía femenina, por su índole insidiosa y sutil que los torna especialmente invisibles en cuanto a su intencionalidad.

Abuso de la capacidad femenina de cuidado.
Maternalizacion de la mujer. La inducción a la mujer a 'ser para otros" es una practica que impregna el comportamiento masculino. De las múltiples caras de esta maniobra, solo nombrare algunas: pedir, fomentar o crear condiciones para que la mujer priorice sus conductas de cuidado incondicional (sobre todo hacia el mismo varón), promover que ella no tenga en cuenta su propio desarrollo laboral, acoplarse al deseo de ella de un hijo, prometiendo ser un "buen padre" y desentenderse luego del cuidado de la criatura.

Requerimientos abusivos solapados: son tipos de pedidos "mudos" que apelan a aspectos"cuidadores" del rol femenino tradicional. Ejemplos comunes de estos requerimientos son los comportamientos de "aniñamiento tiranico" que utilizan los varones cuando enfernan, así como la exigencia (generalmente no verbal) de ocuparse de la familia de el, sus amigos, y los animales que usualmente el promueve que los hijos tengan en casa.
Este tipo de maniobras, junto con la sacralizacion de la maternidad y la delegación de la carga domestica y la crianza de los hijos (definiendose el varón solo como "ayudante"), son las mas frecuentes microviolencias sobre la autonomía de la mujer, al obligarla a un sobre esfuerzo vital que le impide su desarrollo personal.

Maniobras de explotación emocional
Se aprovechan de la dependencia afectiva de la mujer y su necesidad de aprobación para promover en ella dudas sobre si misma, sentimientos negativos y, por lo tanto, mas dependencia. Se usan para ello dobles mensajes, insinuaciones, acusaciones veladas, etcétera. De entre su amplia variedad podemos destacar:
Culpar a la mujer de cualquier disfunción familiar (con la consiguiente inocentizacion del varón).
Culpabilización del placer que la mujer siente con otras personas o situaciones donde el no este: asentada en la creencia de que la mujer solo puede disfrutar con su compañero afectivo y por él.
Elección forzosa con maniobras del tipo de "Si no haces esto por mi es que no me quieres".
Enfurrunñamiento: acusación culposa no verbal frente a acciones que no le gustan al varón, pero a las cuales no se puede oponer con argurmentos "racionales" (al estilo de "A mi no me importa que salgas sola", dicho con cara de enfado).

Maniobras de desautorización.
Conducen a inferiorizar a la mujer a través de un sinnúmero de descalificaciones, que en general son consonantes con las descalificaciones que la cultura tradicional realiza, y que hacen mella en la necesidad de aprobación femenina. Entre ellas:
Redefinición como negativas, de cualidades o cambios positivos de la mujer. Colision con terceros con los que la mujer tiene vínculos efectivos (parientes, amistades) a través del relato de historias sesgadas, secretos, etcétera (Bograd, 1991).

Descalificación de cualquier transgresión del rol tradicional.
Un gesto muy utilizado para acompañar estas maniobras es 'la cara de perro", que difícilmente es aceptado como propio por el varón.

Terrorismo
Se trata de comentarios descalificadores repentinos, sorpresivos, tipo 'bomba", que dejan indefensa a la mujer por su carácter abrupto. Producen confusión, desorientación y paralisis. Utilizan la sospecha, la agresión y la culpabilidad. Pertenecen a este tipo los sorpresivos comentarios descalificadores del éxito femenino, resaltar la cualidad de la mujer-objeto y recordar las "tareas femeninas" con la familia, en contextos no pertinentes (Coria, 1992).

Paternalismo
En este tipo de maniobra se enmascara la posesividad y a veces el autoritarismo del varon, haciendo "por" y no "con" la mujer e intentando aniñarla. Se detecta sobre todo cuando ella se opone, y el no puede tolerar no controlarla.

Creacion de falta de intimidad
Actitudes activas de alejamiento, que bloquean la puesta en juego de las necesidades relacionales de la mujer y evitan la intimidad que para el varon supone riesgo de perder poder y quedar a merced de la mujer (Weingarten, 1991):
Negación del reconocimiento. Comportamientos de avaricia de reconocimiento de la mujer como persona y de sus necesidades, que conducen al hambre de afecto (el que, en mujeres dependientes, aumenta su dependencia). Provoca sobrevaloracion de lo poco que brinda el varón -ya que lo escaso suele vivirse como valioso- (Benard y Schiaffer, 1 990).
Silencio. Renuencia a hablar o hablar de si, con efectos de "misteriosidad". Su objetivo es evitar el desenmascaramiento y el control de las reglas del dialogo. Algunas de estas maniobras son: encerrarse en si mismo, no contestar, no preguntar, no escuchar, hablar por hablar sin comprometerse, etcétera (Durrant y White, 1990; Wieck 1987; Sabo 1995).
Negación a la mujer de su derecho a ser cuidada (e imposición del deber de ser cuidadora).
Inclusion invasiva de amigos, reuniones y actividades, limitando al minimo o haciendo dejar de existir los espacios de intimidad. A veces acompañada de la acusacion a la mujer de ser "poco sociable".

Engaños.
Se desfigura la realidad al ocultar lo que no conviene que la mujer sepa, porque si no el varon puede resultar perjudicado en determinadas ventajas que no quiere perder. Pertenecen a este tipo maniobras tales como: negar lo evidente, incumplir promesas, adular, crear una red de mentiras, apelar a la desautorización de las "intuiciones" de la mujer para ocultar infidelidades. Dan poder en tanto impiden un acceso igualitario a la información.
Autoindulgencia sobre la propia conducta perjudicial. Maniobras que procuran bloquear la respuesta de la mujer ante acciones e inacciones del varón que la desfavorecen. Hacen callar apelando a "otras razones", y eludiendo la responsabilidad de la acción. Entre ellas:
Hacerse el tonto: se apela a la inconsciencia ("No me di cuenta"), a las dificultades de los varones ("Quiero cambiar, pero me cuesta"), a las obligaciones laborales ("No tengo tiempo para ocuparme de los niños"), a la torpeza, a la paralisis de la voluntad ("No pude controlarme").
Comparaciones ventajosas: se apela a que hay varones peores

Tomado del articulo MICROMACHISMOS
La violencia invisible en la pareja  de Luis Bonino Mendez  .
http://www.berdingune.euskadi.net/u89-congizon/es/contenidos/informacion/material/es_gizonduz/adjuntos/micromachismos.pdf
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domingo, 21 de julio de 2013

MICROMACHISMOS COERCITIVOS


La siguiente enumeración, como la de las otras categorías que realizare, procura nombrar, en un desordenado orden, algunas de las maniobras que he podido comprobar con mas frecuencia. Quizás estas descripciones animen al lector a ir desvelando otras, de las cuales impensadamente (o no) es sujeto u objeto.

Intimidacion
Maniobra atemorizante que se ejerce cuando ya se tiene fama (real o fantaseada) de abusivo o agresivo. Se dan indicios de que si no se obedece, 'algo" podrá pasar. Implica un arte en el que la mirada, el tono de voz, la postura y cualquier otro indicador verbal o gestual pueden servir para atemorizar. Para hacerla creíble, es necesario, cada tanto, ejercer alguna muestra de poder abusivo físico, sexual o económico, para recordarle a la mujer que le puede pasar si no se somete.

Toma repentina del mando.
Ejercicio mas o menos sorpresivo de anulación o no tenida en cuenta de las decisiones de la mujer basada en la creencia del varón de que el es el único que toma decisiones. Ejemplos de esta maniobra son: tomar decisiones sin consultar, ocupar espacios comunes, opinar sin que se lo pidan, monopolizar, etcétera.
El cortocircuito es un tipo especial de esta maniobra- consiste en tomar decisiones sin contar con la mujer, en situaciones que la involucran y en las que es difícil negarse- invitaciones a ultimo momento de personas importantes: jefes. parientes, etcétera- (Piaget, 1993).

Apelación al argumento lógico.
Se recurre a la lógica (varonil) y a la "razón" para imponer ideas, conductas o elecciones desfavorables a la mujer.
Utilizada por varones que suponen que tienen la 'única" razón o que la suya es la mejor. No tienen en cuenta los sentimientos ni las alternativas y suponen que exponer su argumento les da derecho a salirse con la suya.
No se cesa de utilizar hasta que se dan lógicas razones (las del varón, por supuesto), y obligan a tener muy en claro la propia posición si la mujer no quiere someterse. Provoca intenso agobio. Ejemplo frecuente de esto es la elección del lugar de vacaciones, si a la mujer no le gusta el lugar elegido por el varón de la pareja.
Es muy eficaz con mujeres que tienen un modo perceptivo o intuitivo de abordaje de la realidad.

Insistencia abusiva
Conocida como "ganar por cansancio", consiste en obtener lo que se quiere, por agotamiento de la mujer en mantener su propia opinión, que al final acepta lo impuesto a cambio de un poco de paz.
Control del dinero
Gran cantidad de maniobras son utilizadas por el varón para monopolizar el uso o las decisiones sobre el dinero, limitando el acceso de la mujer a el o dando por descontado que el hombre tiene mas derecho a ello. Algunas de ellas: no información sobre usos del dinero común, control de gastos y exigencia de detalles, retención -lo que obliga a la mujer a pedir- (Coria, 1992). Incluyo también en este apartado la negación del valor económico que supone el trabajo domestico y la crianza y el cuidado de los niños.

 Uso expansivo del espacio físico.
Esta practica se apoya en la idea de que el espacio es posesión masculina, y que la mujer lo precisa poco. Así, en el ámbito hogareño, el varón invade con su ropa toda la casa, utiliza para su siesta el sillón del salón impidiendo el uso de ese espacio común, monopoliza el televisor u ocupa con las piernas todo el espacio inferior de la mesa cuando se sientan alrededor de ella, entre otras maniobras (Guillaumin, 1992).

Tomado del articulo MICROMACHISMOS
La violencia invisible en la pareja  de Luis Bonino Mendez  .

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sábado, 20 de julio de 2013

TIPOLOGIA DE LOS MICROMACHISMO



A los fines de evidenciar con mayor precisión estas practicas(micromachistas), me dedicare a continuación a su descripción, y para ello he desarrollado una clasificación en tres categorías: los micromachismos coercitivos (o directos), los encubiertos (de control oculto o indirectos) y los de crisis.

En los "coercitivos", el varón usa la fuerza moral, psíquica, económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Ejercen su acción porque provocan un acrecentado sentimiento de derrota posterior al comprobar la perdida, ineficacia o falta de fuerza y capacidad para defender las propias decisiones o razones. Todo ello suele promover inhibición, desconfianza en si misma y disminución de la autoestima, lo que genera mas disbalance de poder.

En los micromachismos "encubiertos", el varón oculta (y a veces se oculta) su objetivo de dominio. 
Algunas de estas maniobras son tan sutiles que pasan especialmente desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las anteriores. 
Impiden el pensamiento y la acción eficaz de la mujer, llevándola a hacer lo que no quiere y conduciéndola en la dirección elegida por el varón. 
Aprovechan su dependencia afectiva y su pensamiento "confiado". Provocan en ella sentimientos de desvalimiento, emociones acompañadas de confusión, zozobra, culpa, dudas de si, impotencia, que favorecen el descenso de la autoestima y la autocredibilidad. 
Por no ser evidentes, no se perciben en el momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen los varones) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad o estallidos de rabia "sin motivo". 
Son muy efectivos para que el varón acreciente su poder de llevar adelante "sus" razones, y son especialmente devastadores con las mujeres muy dependientes de la aprobación masculina. 
Tienen todas las características de lo que el psicoanálisis llama "mecanismos psicopaticos", y se vehiculizan frecuentemente a través de la identificación proyectiva, inductora de comportamientos. 
A diferencia de las maniobras anteriores que se asientan en gran medida en el rechazo, estas lo hacen mas en la desconfirmación.

En cuanto a los micromachismos de "crisis", suelen utilizarse en momentos de desequilibrio en el estable disbalance de poder en las relaciones, tales como aumento del poder personal de la mujer por cambios en su vida o perdida del poder del varón por razones físicas o laborales. El varón, al sentirse perjudicado, puede utilizar especificamente estas maniobras o utilizar las definidas anteriormente, aumentando su cantidad o su intensidad con el fin de restablecer el statu quo. 
He construido estas categorías a partir de ir descubriendo y clasificando, desde la perspectiva de las relaciones de genero, múltiples acciones cotidianas de los varones extraídas de la practica clínica, la 
vida diaria y la bibliografia. Muchas de estas acciones están naturalizadas, desconociéndose su función al servicio de la dominación. 
Cada categoría esta formada por un repertorio de maniobras, a las que he ido designando y definiendo, en el intento siempre difícil de su visibilización. 
Espero que este listado sea útil para desvelar aquello que, como terapeutas y como personas, debemos contribuir a desarrollar las menos dramáticas pero igualmente destructoras formas de la microdominación cotidiana.


Tomado del articulo MICROMACHISMOS
La violencia invisible en la pareja  de Luis Bonino Mendez  .
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viernes, 19 de julio de 2013

Micromachismos



Se trata de un amplio abanico de maniobras interpersonales que realizan los varones para intentar:
-mantener el dominio y su supuesta superioridad sobre la mujer objeto de la maniobra;
-reafirmar o recuperar dicho dominio ante una mujer que se "rebela" por "su" lugar en el vinculo;
-resistirse al aumento de poder personal o interpersonal de una mujer con la que se vincula, o  aprovecharse de dichos poderes. 
Son microabusos y microviolencias que atentan contra la autonomía personal de la mujer, en los  que los varones, por efecto de su socialización de genero son expertos; socialización que, como  sabemos, esta basada en el ideal de masculinidad tradicional: autonomía; dueño de la razón, el  poder y la fuerza, ser para si, y definición de la mujer como inferior y a su servicio. A través de  ellos se intenta imponer sin consensuar el propio punto de vista o razón. Son efectivos porque los varones tienen, para utilizarlos válidamente, un aliado poderoso: el orden social, que otorga al  varón, por serlo, el "monopolio de la razón" y, derivado de ello, un poder moral por el que se crea  un contexto inquisitorio en el que la mujer esta en principio en falta o como acusada: "exageras' y "estas loca" son dos expresiones que reflejan claramente esto (Serra, 1993). 

Destinados a que las mujeres queden forzadas a una mayor disponibilidad hacia el varón, ejercen este efecto a través de la reiteración, que conduce inadvertidamente a la disminución de la autonomía femenina, si la mujer no puede contra maniobrar eficazmente. 
Su ejecución brinda "ventajas", algunas a corto, otras a largo plazo para los varones, pero ejercen efectos dañinos en las mujeres, las relaciones familiares y ellos mismos, en tanto quedan atrapados en modos de relación que convierten a la mujer en adversaria, impiden el vinculo con una compañera y no aseguran el afecto (ya que el dominio y el control exitoso solo garantizan obediencia y generan resentimientos). 
Aun los varones mejor intencionados los realizan, porque están fuertemente inscritos en su programa de actuación con las mujeres. Algunos micromachismos son conscientes y otros se realizan con la "perfecta inocencia" de lo inconsciente. 
Con estas maniobras no solo se intenta instalarse en una situación favorable de poder, sino que se busca la reafirimación de la identidad masculina, asentada fuertemente en la creencia de superioridad. Finalmente, Mantener bajo dominio a la mujer permite también (y este es un objetivo que se debe trabajar cuando se intenta desactivar estas maniobras) mantener controlados diversos sentimientos que la mujer provoca, tales como temor, envidia, agresión o dependencia. (Bonino, 1990) 
Puntualmente, estas maniobras pueden no parecer muy dañinas, incluso pueden resultar naturales en las interacciones, pero su poder, devastador a veces, se ejerce por la reiteración a través del tiempo, y puede detectarse por la acumulación de poderes de los varones de la familia a lo largo de los años. 
Un poder importante en este sentido es el de crearse y disponer de tiempo libre a costa de la sobreutilización del tiempo de la mujer. 
Sus mas frecuentes efectos, tales como la perpetuación en los disbalances v disfunciones en la relación, el deterioro en la autoestima y autonomía femeninas y el aislamiento y la consolidación de prejuicios misoginos en el varón, se producen con denegación de su causalidad y atribución culposa a la mujer (uno de los micromachismos mas frecuentes). 
Naturalización, poder de microdefinicion, normativa genérica, falta de recursos de las mujeres, aspectos todos que avalan estas practicas y que no podemos tampoco desconocer si queremos desactivarlas. 
Quizás uno de los mecanismos mas ferreamente consolidados en el sostenimiento de estas acciones como de otras que conducen al racismo, la xenofobia o la homofobia, sea el de la objetificación: La creencia de que solo algunos varones (blancos) heterosexuales tienen estatus de persona permite percibir, en este caso, a las mujeres como "menos" persona, negandoles reconocimiento y justificando el propio accionar abusivo (Brittan, 1989). 

Tomado del articulo MICROMACHISMOS
La violencia invisible en la pareja  de Luis Bonino Mendez  .
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jueves, 18 de julio de 2013

Nuestro agradecido adiós a Shahla Farjad


Shahla Farjad prominente activista de derechos humanos y defensora del movimiento por la democracia en Irán, murio de cáncer 
Shahla era un activista a favor de los emigrantes afganos y les ayudaba  como su médica. Ella fue miembro fundador del Movimiento de las Madres por la Paz, partidaria del Movimiento de Mujeres en Irán y promotora  de  la campaña "Un Millón de Firmas". Farjad fue  presa política en la década de 1980 y a comienzos de la década de 1990 trabajó como médica en el Alto Consejo de la ONU para Asuntos de Refugiados. 
Shahla Farjad luchó por los derechos humanos en su país, especialmente por los de las mujeres. Por ello fue perseguida y encarcelada en varias ocasiones, tanto bajo el régimen del Sha como por los ayatolás de la República Islámica. Una de sus últimas contribuciones fue la creación de una universidad de estudios agrarios para mujeres en Bam, ciudad destruida en 2003 por un terremoto.


Murió de cáncer el pasado día 7 en Teherán. Fue conducida hasta su tumba a hombros de mujeres, que desafiaron la tradición iraní según la cual los difuntos deben ser portados por hombres. Un último gesto que seguro que Farjad habría aprobado.
 Nuestro agradecido adiós !


http://www.irandailybrief.com/2013/07/15/prominent-human-rights-activist-and-supporter-of-the-democracy-movement-in-iran-shahla-farjad-dies-of-cancer/
http://rahekargar.wordpress.com/2013/07/08/112883/
http://elmed.io/a-hombros-de-mujeres/
http://rahekargar.wordpress.com/2013/07/08/112883/
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miércoles, 17 de julio de 2013

Mexíco: Muerte materna violación a los Derechos Humanos de las mujeres y las niñas


México: Por qué la muerte materna constituye una violación a los Derechos Humanos de las mujeres

La articulación entre el enfoque de Derechos Humanos (DH) y la muerte materna como una violación fundamental a los derechos básicos de las mujeres, es un enfoque reciente, innovador y con un gran potencial para promover, defender y garantizar la salud materna y los derechos reproductivos de todas las mujeres en México.

Los argumentos que a continuación se presentan contribuyen a fortalecer las acciones para dar respuesta a un problema de salud pública, así como a un acto de justicia social que tiene una enorme relevancia para México.

–Primer argumento. La muerte materna es una violación a los DH de las mujeres porque es evitable en la gran mayoría de los casos. Son muertes innecesarias, por lo que, al ocurrir, se viola el derecho a la vida de las mujeres.

Las muertes evitables son aquellas defunciones que ocurrieron de manera “prematura” e innecesaria, de acuerdo con el nivel de tecnología médica disponible y el conocimiento clínico alcanzado.

Las mujeres que fallecen por una muerte materna con frecuencia han sufrido una o múltiples formas de exclusión o discriminación social sobre la base del género, la clase, la condición de ruralidad y la etnicidad/raza; incluyendo el acceso, utilización y calidad de los servicios de salud disponibles. En México se calcula que hasta 84 por ciento de las muertes maternas son prevenibles o evitables.

–Segundo argumento. La muerte materna es una violación a los DH de las mujeres porque no ocurriría si los Estados-naciones garantizaran el pleno disfrute del derecho a la salud para las mujeres que viven la maternidad, con un acceso pleno a una atención al embarazo, parto y puerperio con personal calificado y un acceso oportuno e irrestricto a una atención obstétrica de emergencia (AOE) con calidad.

La muerte materna es una violación fragrante al derecho a la salud que tienen todas las mujeres. El problema no es sólo tener acceso a servicios de salud, sino acceder a servicios obstétricos de manera oportuna, que tengan calidad y presenten capacidad resolutiva en casos de emergencia.

En México, más del 80 por ciento de las muertes maternas en 2010 ocurrieron justamente en unidades de salud públicas o privadas, y más del 90 por ciento de las mujeres que fallecieron recibió atención médica antes de morir.

–Tercer argumento. La muerte materna es una violación a los DH de las mujeres porque afecta de manera desproporcionada a las mujeres pobres, de minorías étnicas o raciales, de clases sociales bajas, que viven en zonas rurales aisladas o en zonas urbanas marginadas.

Por lo tanto, la muerte materna de estos grupos sociales de mujeres es una flagrante violación al principio del derecho a la no discriminación y al principio de la universalidad y equidad en el derecho al acceso a servicios de salud oportunos y de calidad.

A este respecto, se constata que en México las mujeres hablantes de lenguas indígenas enfrentan una sobrecarga desproporcionada de muertes maternas con respecto a su tamaño poblacional.

En 2010, a nivel nacional, el riesgo de fallecer fue el doble de lo que tendría que haber sido si la muerte materna se hubiese distribuido de manera proporcional al porcentaje de población hablante de lengua indígena, con el caso extremo del estado de Chihuahua donde el riesgo para las mujeres
indígenas fue 10 veces mayor a su proporción poblacional.

–Cuarto argumento. La muerte materna es una violación a los DH de las mujeres porque muchas veces está relacionada con situaciones de falta de respeto a la dignidad de las mujeres y a sus derechos por parte de las instituciones de salud, dándose situaciones comunes de maltrato, abusos,
falta de sensibilidad, menosprecio o desprecio hacia lenguas y culturas distintas a la sociedad mayoritaria, un trato discriminatorio hacia las mujeres pobres, adolescentes, indígenas y/o de clase social baja, un manejo deshumanizado del parto hospitalario y/o situaciones de negligencia o incompetencia en la atención médica recibida.

Estos elementos apuntan a la violación al principio del derecho a la no discriminación y del acceso universal y equitativo a servicios de salud de calidad.

Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010, el principal problema que percibieron las personas indígenas encuestadas fue la discriminación y 27 por ciento de las y los encuestados reportaron que no tienen las mismas oportunidades de atenderse en los servicios de salud en comparación con la población no indígena.

Aunque estos datos se relacionan sólo en parte con la atención que se recibe en el sistema de salud, son indicativos de las percepciones que la población indígena y/o de escasos recursos económicos tiene en sus relaciones con el entorno, incluyendo las instituciones que ofrecen servicios.

–Quinto argumento. La muerte materna es una violación a los DH de las mujeres por no haber tenido pleno acceso a la información adecuada y oportuna sobre anticoncepción, o acceso a la más amplia gama de métodos anticonceptivos y en especial, al aborto seguro y legal, para poder evitar embarazos no deseados.

Esto implica la violación a múltiples derechos reproductivos como son el derecho fundamental de las mujeres y sus parejas a decidir el número e intervalo de las y los hijos; el derecho a acceder a servicios de salud reproductiva integrales, y el derecho a la información en salud sexual y reproductiva.

En este punto, cabe recordar que con la excepción del Distrito Federal, el aborto está penado en México en la mayoría de sus causales.

Ha habido francos retrocesos en los últimos dos años, con la promoción a rango constitucional en más de la mitad de los estados del país del derecho a la defensa de la vida desde la concepción.

En 2010, casi una de cada 10 muertes maternas registradas fue por aborto, aun cuando es probable que esta causa sea particularmente subregistrada. Es previsible que estas muertes no hubieran ocurrido si el acceso a un aborto seguro y legal hubiese sido un derecho para todas las mexicanas.

–Sexto argumento. La muerte materna es una violación a los derechos de las mujeres por ser a veces consecuencia de relaciones sexuales no deseadas; porque no fue respetada su autonomía de decisión en cuanto a sus vidas sexuales y reproductivas; porque no estaban empoderadas en sus familias, con sus maridos, en sus trabajos, en sus comunidades; porque estaban desprotegidas de la violencia; porque enfrentan desigualdades en las esferas políticas y sociales; porque fueron educadas para interiorizar su subordinación, obediencia y minusvalía.

En este último argumento, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 reporta que 35 por ciento de las mujeres en México reportaron sufrir violencia por su actual pareja; 38 por ciento opinó que una buena esposa debe de obedecer a su esposo en todo lo que él ordene, y 19 por ciento consideró que no goza de las mismas libertades que sus esposos.

Así, los DH fundamentales de las mujeres son a menudo vulnerados debido a la inequidad y violencia de género que todavía prevalece en amplios sectores de la sociedad mexicana.
Paola Sesia - Raffaela Schiavon Ermani (CIMAC)
Paola Sesia es integrante del Consejo Directivo del Comité Promotor por una Maternidad Segura en México (CPMSM).

Raffaela Schiavon Ermani es Secretaria Técnica del CPMSM.

El CPMSM es parte de la Coalición por la Salud de las Mujeres, una red de organizaciones civiles con trabajo en salud y derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

http://www.argenpress.info/2013/06/mexico-por-que-la-muerte-materna.html
imagen cuadro de María Jesus Hernández Sánchez
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