Con motivo del Día Internacional de la Salud de las Mujeres, el pasado 28 de mayo la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres celebró en la sede de la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género unas jornadas destinadas a analizar los efectos que tiene la violencia machista sobre la salud de las víctimas.
Se incidió en el embarazo, un momento especialmente vulnerable por el grave peligro que corre la vida de la mujer y del feto, y por los distintos cambios que puede provocar en una relación en la que existe violencia machista la llegada de una tercera persona que necesita atención y protección.
Sufrir violencia en este periodo puede acarrear terribles consecuencias físicas, desde traumatismos abdominales, desprendimiento de la placenta, empeoramiento de enfermedades crónicas, hasta la muerte del feto; y psicológicas: ansiedad, suicidio, estrés postraumático…
Numerosas personas dedicadas al ámbito sanitario acudieron a estas jornadas con el objetivo de mejorar la detección de casos de violencia de género en la consulta médica y los hospitales, más aún en embarazadas, que tienen que realizarse revisiones de manera frecuente.
Además, en este encuentro se recordaron los resultados del Proyecto Response, una iniciativa desarrollada en cinco países europeos gracias a la cual se formó a profesionales sanitarios para la identificación, coordinación y derivación de casos de violencia de género.
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