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lunes, 16 de noviembre de 2015

Marruecos y los derechos de sus mujeres.


El Código de Familia marroquí o Mudawana que data de 2004 presenta tal cantidad de lagunas en su texto y en su aplicación que es urgente su modificación global y no un mero retoque, como puso hoy de manifiesto la red marroquí Anaruz contra la violencia machista.

La red Anaruz invitó hoy a dos mujeres que rompieron a llorar en público al presentar sus experiencias en un acto en Rabat y el estado de indefensión en que la ley las ha puesto por el excesivo poder que el hombre tiene todavía en todo lo referente al derecho familiar y sucesorio.

La ley fue aprobada en 2004 y puso a Marruecos en aquel momento a la vanguardia de los países árabes en lo referente a igualdad de sexos, pero como concesión a las posturas más conservadoras incluyó una serie de "excepciones" que se convirtieron a la postre en puerta abierta para todo tipo de abusos.

El ejemplo más elocuente es el de poligamia: permitida solo tras consentimiento expreso de la primera esposa, muchos hombres recurren al concubinato con una segunda mujer, con la que tienen un hijo, y con el argumento de no dejar a este hijo en la ilegalidad, acuden al juez, que en casi todos los casos legalizan el segundo matrimonio.
Sistemáticamente, cuando la primera esposa denuncia, el juez le pregunta: "Entonces, ¿quieres divorciarte?", pero la compensación por divorcio es tan escasa que la mayoría acaba aceptando la humillación de compartir a su marido con una segunda mujer, casi siempre mucho más joven.

Igual sucede con el matrimonio: legal solo a partir de los 18 años, se permite al juez de menores "autorizar excepcionalmente" las bodas por debajo de esa edad tras un estudio detallado del caso, pero la realidad es que las autorizaciones excepcionales se han convertido en norma y la cifra de niñas casadas va en aumento en los últimos años, rondando los 40.000 casos anuales.

Otros artículos de la Mudawana que convierten a las mujeres en víctimas son los relativos a la herencia: no solo porque una hija hereda la mitad que su hermano varón, sino porque en muchos casos la herencia debe repartirse también entre los hermanos varones del fallecido.

La tutela de los hijos sigue siendo potestad del padre en caso de separación, aun cuando la custodia la tenga la madre, y eso implica que cuestiones como un cambio de residencia o una inscripción escolar pongan a la madre a la merced de la voluntad del padre, muchas veces ausente.
Cuando se trata de un caso de adulterio o "traición conyugal", es notable la celeridad de la policía y los jueces si la adúltera es la mujer, mientras que cuando se trata del hombre, todo son trabas y justificaciones, recordaron.
Para ilustrar con casos concretos la indefensión de la mujer, la red Anaruz invitó a dos mujeres que no pudieron contener el llanto relatando sus penalidades ante los periodistas.

Especialmente dramático fue el caso de Rabea, una anciana que tras estar casada 40 años, de haber construido "con mis propias manos y mi propia espalda" la casa familiar, un buen día su marido le comunicó que se iba a casar con una joven y que la expulsaba de casa, a ella y al hijo común.

Golpeada por el marido tras resistirse a abandonar el domicilio, sin poder reclamar ni uno solo de los terrenos que el esposo poseía, Rabia se encuentra ahora en la calle. La ley no la protege.

Saida al Idrissi, coordinadora de la red Anaruz, lamentó por último que todos estos problemas que sufre la mitad de la población marroquí no sean prioridad para los distintos grupos políticos de cualquier signo, más preocupados en las elecciones legislativas del año próximo.
Javier Otazu 21/10/2015

 http://www.lavanguardia.com/vida/20151021/54438269187/las-leyes-familiares-en-marruecos-hacen-llorar-a-las-mujeres.html#ixzz3qB9KMMek 

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