48. Si bien el crecimiento de nuevos sectores, como el de la tecnología y el de la energía
renovable, brinda la oportunidad de que haya más mujeres empleadas en ámbitos en que
predominan los hombres, una mayor participación en la fuerza de trabajo no garantiza
automáticamente la igualdad de condiciones para la mujer. La persistencia de la
segregación ocupacional puede explicarse por las diferencias de género en cuanto a
educación, capacitación y experiencia; la discriminación; normas sociales profundamente
arraigadas; y la distribución desigual del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
Los estereotipos sobre los roles de género y las diferencias en la percepción de las aptitudes
también contribuyen a la segregación ocupacional. Las ocupaciones predominantemente
femeninas, que tienden a ser las de peor consideración y remuneración, han seguido estando
feminizadas o se han feminizado aún más.
49. Sin una intervención específica, los patrones de segregación existentes se
reproducirán en los nuevos sectores emergentes. Las intervenciones específicas incluyen
adoptar medidas especiales de carácter temporal para aumentar la representación de la
mujer en sectores de alto crecimiento; proporcionar educación, desarrollo de competencias,
perfeccionamiento profesional en el empleo y aprendizaje permanente para que las mujeres
pasen de empleos que corren el riesgo de ser automatizados a sectores de alto crecimiento;
y ofrecer incentivos y realizar intervenciones con miras a aumentar la representación de la
mujer en la educación y el empleo en las esferas de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y
las matemáticas. Los marcos regulatorios y de políticas pueden desempeñar una función
importante a fin de obligar a los empleadores a informar sobre la composición de género de
sus empresas u organizaciones por ocupación, brecha salarial de género y representación de
la mujer en la dirección. El potencial crecimiento del sector de los cuidados, en el contexto
del envejecimiento de la población, debe implicar que se valore debidamente el trabajo de
cuidados remunerado en términos tanto económicos como sociales, mediante salarios y
condiciones dignos. Habida cuenta de la representación excesiva de las mujeres en los
empleos mal remunerados, la legislación sobre el salario mínimo, junto con leyes que
garanticen el derecho a la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor, también
pueden contribuir considerablemente a reducir las brechas salariales de género. Para frenar
la segregación ocupacional, es igualmente importante establecer incentivos y adoptar
medidas que alienten a los hombres a aceptar empleos en sectores donde predominan las
mujeres, como la educación y el trabajo de cuidados remunerado.
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