Graffiti en una calle de San Salvador. |
“La inacción del gobierno salvadoreño a la hora de abordar la discriminación contra las mujeres limita gravemente las vidas de las mujeres y las niñas. Al negarse a resolver adecuadamente las infranqueables barreras existentes para acceder a métodos anticonceptivos y a una verdadera educación sexual, condenan a generaciones de mujeres jóvenes a un futuro determinado por la desigualdad, la discriminación, la limitación de sus opciones y la restricción de sus libertades", ha dicho Salil Shetty.
“El mundo no puede permanecer pasivo observando cómo las mujeres y las niñas de El Salvador sufren y mueren. Amnistía Internacional pide al gobierno de El Salvador que despenalice el aborto a todos los efectos. El gobierno debe proporcionar a las mujeres y las niñas acceso a servicios de aborto seguros y legales cuando el embarazo represente un riesgo para su vida o su salud, cuando sea resultado de una violación o en casos grave malformación del feto.
La prohibición total del aborto en El Salvador está destrozando las vidas de mujeres y niñas, empujándolas a abortos inseguros y clandestinos u obligándolas a llevar a término peligrosos embarazos. Las que ponen fin a sus embarazos o sufren abortos espontáneos se arriesgan a ser encarceladas.
"El día de la audiencia sólo sentía dolor. Cuando me pasaron la sentencia, yo pedí la fuerza de Dios. `Señor -le decía- mi hijo tendrá 45 años cuando yo salga de este lugar".
María Teresa Rivera cumple una pena de 40 años de cárcel como consecuencia de un aborto espontáneo.
"Tuvimos una niña de nueve años. Tuvo su parto a los diez. Había sido abusada desde la infancia. Se embarazó y... fue un caso bien difícil.... En ese caso quizás nos marcó mucho a nosotros porque ella no entendía lo que le estaba pasando... Nos pidió colores. Crayoles. Y ahí se nos partió el alma a todos porque nos empezó a dibujar a todos nosotros; dibujaba y lo pegaba. Y nosotros dijimos: `¡Si es una niña! Es una niña`. Y ella al final no entendía que estaba esperando".
Médico que trató a una sobreviviente de violación de nueve años a la que obligaron a llevar a término el embarazo.
No importa si el embarazo es consecuencia de una violación o amenaza la vida de la madre. En El Salvador el aborto está prohibido en todos los casos.
La pena para las mujeres y las niñas declaradas culpables de abortar pueden ser de entre dos y ocho años de prisión. Si el aborto es espontáneo, la mujer puede ser acusada de homicidio agravado y condenada a hasta 50 años. Los profesionales de la salud que las ayudan pueden ser condenados a hasta 12 años de cárcel.
Al no haber una adecuada educación sexual y existir obstáculos en el acceso a métodos anticonceptivos modernos, El Salvador tiene la tasa de embarazos de adolescentes más alta de América Latina. Según la Encuesta Nacional de Salud Familiar, más de una quinta parte (el 23 por ciento) de las adolescentes de El Salvador entre los 15 y los 19 años se han quedado embarazadas al menos una vez. Casi la mitad de ellas tenían menos de 18 años y no querían quedarse embarazadas.
El 57 por ciento de todas las muertes de adolescentes embarazadas son por suicidio, aunque es probable que muchos casos no se denuncien.
La prohibición del aborto en El Salvador es tortura. No hay lugar para ella en un país moderno, pongámosla donde le corresponde: en el pasado. ¡Actúa!
https://www.es.amnesty.org/paises/china/noticias-relacionadas/articulo/la-prohibicion-del-aborto-mata-a-mujeres-y-ninas-o-las-condena-a-decenas-de-anos-de-carcel/
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