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jueves, 3 de enero de 2019

Imelda es libre, pero El Salvador sigue en deuda con las mujeres



 El pasado 17 de diciembre, el tribunal de Usulután absolvió a la joven de 20 años, Imelda Cortez, por considerar que no existían elementos para determinar la intencionalidad en la comisión del delito que se le imputaba. Los jueces además argumentaron que haber enfrentado una emergencia obstétrica era un evento traumático, especialmente después de sufrir violencia sexual, realidad que refleja lo vivido por muchas mujeres salvadoreñas que son criminalizadas.


Desde el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) celebraron esta decisión, por cuanto pone fin a la privación de libertad de esta joven, que se sostuvo injustamente por 18 meses, y reconoce lo que ella y miles de personas alrededor del mundo hemos dicho: Imelda es inocente.


 Lamentablemente, el caso de Imelda no es único. A la par de la satisfacción de verla hoy en libertad, aún queda un importante camino para asegurar que a muchas otras mujeres que han sido criminalizadas en situaciones similares se les garanticen sus derechos y evitar que otras corran la misma suerte.


Esperamos que esta decisión sea un punto de inflexión que permita una revisión de la política de persecución criminal que ha truncado la vida a decenas de mujeres.


Además, esta decisión es una interpelación para que se revise la normativa que prohíbe la interrupción del embarazo en cualquier circunstancia, en contraposición con las obligaciones del Estado salvadoreño y como ha sido reiterado sistemáticamente por diversos órganos internacionales de protección. Esta prohibición absoluta está a la base de la conducta de un Estado que lejos de proteger a una joven como Imelda, sobreviviente de violencia sexual durante años, la criminaliza.


Desde CEJIL celebran que la justicia haya reconocido la inocencia de Imelda, y se comprometen a continuar con nuestras exigencias para que el Estado adopte los pasos necesarios conducentes a saldar la deuda que aún tiene las jóvenes y mujeres salvadoreñas. Esperamos que la decisión emitida por el tribunal permita avanzar en una discusión centrada en la protección de los derechos de las niñas y mujeres salvadoreñas para que la historia de Imelda no se repita nunca más.


Imelda Cortez fue victima de abuso sexual desde que tenía 12 años por parte de su padrastro Pablo Hernriquez, de 70 años de edad.

El 17 de abril de 2017, Imelda que en ese momento tenía 19 años de edad, tuvo un parto extrahospitalario en el baño de su casa. Hasta ese momento no sabía que estaba embarazada, ya que durante el embarazo tuvo sangrados vaginales que le hicieron pensar que estaba menstruando.  

Desde entonces se encuentra encarcelada en el penal de San Miguel en El Salvador bajo la acusación de “tentativa de homicidio agravado”. 

Las pruebas

La defensa de Imelda señala que la joven experimentó un embarazo negado, patología que padecen algunas mujeres que no toman conciencia de su estado de gravidez hasta que hayan pasado varios meses de gestación, incluso, se registran casos en que se desconoce de este estado hasta el final.

El ADN practicado a la niña, llamada Milagros, da cuenta de que es hija del padrastro de Imelda, quien sistematicamente abusó sexualmente de ella durante más de 7 años. 

Asimismo, diferentes doctores del Instituto de Medicina Legal que atendieron a la  niña, señalaron que no tiene rasgos que demuestren que Imelda haya querido matarla: "(...) la niña no cuenta con rasgos de mayor intento de que alguien la haya querido matar, porque la niña muestra que es una recién nacida de término de 38 a 40 semanas de gestación, donde la describe una recién nacida hidratada, piel rosada y reconocen la salud de la niña”

Del mismo modo, el reconocimiento de genitales, practicado a la joven por el Instituto de Medicina Legal, establece que: “Este nos indica que Imelda presenta rasgos de un parto reciente, parto extrahospitalario; ella no se realizó ninguna acción para provocar dicho parto, sino fue un parto natural”.

Sin embargo...

El pasado 3 de setiembre el Juzgado de Primera Instancia de Jiquilisco determinó que el caso de Imelda Cortez procedería a juicio, por lo que puede ser condenada a 20 años de prisión. Además, seguirá en detención provisional, a pesar del pedido de la defensa de que continuara su proceso legal en libertad.

12 de noviembre de 2018

Imelda Cortez no pudo recuperar su libertad hoy. La vista pública fue suspendida por el Tribunal de Sentencia de Usulután, integrado por Claudia Palacios, Maclin Portillo y Hugo Noé García, quien lo preside, ya que la fiscal Bernarda Marisol Cáceres de Roque avisó hasta esta mañana que estaba enferma.

La Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto en El Salvador, la Colectiva de Mujeres para el Desarrollo Local, IPAS, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y el Centro de Derechos Reproductivos (CRR) lamentan que Imelda tenga que seguir detenida por la inoperancia de la Fiscalía. Así como la falta de atención médica para la joven, quien ha tenido problemas de salud desde que está detenida en el Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas de San Miguel.

18 de diciembre de 2018

Tras un año y ocho meses fue liberada Imelda, sentando un precedente que abre esperanza para la liberación de otras: la Fiscalía General de ese país reconoció el error y uno de los jueces falló con perspectiva de género. Una vez más, el feminismo triunfó.

Durante la audiencia judicial, la Fiscalía General de la República se retractó y pidió el cambio de la calificación del delito del que acusaba a Imelda, que pasó de “homicidio agravado en grado de tentativa” al de “abandono y desamparo de persona en perjuicio de una menor de edad”. Se acordó un “juicio abreviado” a cambio de la reducción de la pena, fijada en un año; y como ella llevaba un año y ocho meses en prisión a la espera del juicio, fue inmediatamente liberada.

Sin embargo es importante recordar que aún hay 23 mujeres en prisión acusadas de homicidio agravado. Las organizaciones sociales involucradas recurirán a las instancias judiciales para apelar su libertad.

En relación al Consenso de Montevideo
El Salvador es uno de los 38 países que aprobaron el Consenso de Montevideo. Lo cual implica que el Estado debe desplegar una serie de acciones que garanticen, promuevan y reconozcan los derechos humanos que se incluyen en este consenso.

El Consenso contiene 120 medidas prioritarias en 8 temas: 1- Integración plena de la población y su dinámica en el desarrollo sostenible con igualdad y respeto de los derechos humanos; 2- Derechos, necesidades, responsabilidades y demandas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes; 3- Envejecimiento, protección social y desafíos socioeconómicos; 4- Acceso universal a los servicios de salud sexual y salud reproductiva; 5- Igualdad de género; 5- La migración internacional y la protección de los derechos humanos de todas las personas migrantes; 6- Desigualdad territorial, movilidad espacial y vulnerabilidad; 7- Pueblos indígenas: interculturalidad y derechos; 8- Afrodescendientes: derechos y combate al racismo y la discriminación racial.

El caso de Imelda contraviene especialmente las siguientes medidas del Consenso:

7. Garantizar a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, sin ningún tipo de discriminación, las oportunidades para tener una vida libre de pobreza y de violencia, la protección y el ejercicio de derechos humanos, la disponibilidad de opciones, y el acceso a la salud, la educación y la protección social;

14. Dar prioridad a prevenir el embarazo en la adolescencia y eliminar el aborto inseguro, mediante la educación integral para la sexualidad, y el acceso oportuno y confidencial a la información, asesoramiento, tecnologías y servicios de calidad, incluida la anticoncepción oral de emergencia sin receta y los condones femeninos y masculinos;

33. Promover, proteger y garantizar la salud y los derechos sexuales y los derechos reproductivos para contribuir a la plena realización de las personas y a la justicia social en una sociedad libre de toda forma de discriminación y violencia;

58. Reafirmar el compromiso y la voluntad política de América Latina y el Caribe, al más alto nivel, de combatir y eliminar todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres, incluida la violencia intrafamiliar, el femicidio/feminicidio y promover activamente la sensibilización sobre la implementación de la perspectiva de género entre los aplicadores de justicia;

Las medidas citadas anteriormente no son exhaustivas.


https://www.cejil.org/es/imelda-libre-salvador-sigue-deuda-mujeres
http://sistemadealertasregional.org/vista/verAlerta/91
http://mujerdelmediterraneo.heroinas.net/2018/07/libertad-para-imelda-ninasnomadres.html
http://mujerdelmediterraneo.heroinas.net/2018/11/ojosenelsalvador-salvemosaimelda.html
http://mujerdelmediterraneo.heroinas.net/2018/09/libertadparaimelda-justiciaparaimelda.html

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