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lunes, 17 de agosto de 2015

La mutilación de los órganos genitales de la mujer 6/32


104. Las mutilaciones genitales de la mujer, o escisión, son las más conocidas, y también las más difundidas por los medios de comunicación, de las prácticas que afectan a la salud de la mujer. Son conocidas desde hace mucho tiempo por los órganos y las instituciones internacionales de derechos humanos e incluso constituyen uno de los objetos principales del mandato de la Relatora Especial sobre las prácticas tradicionales que afectan a la salud de las mujeres y los niños. Esas mutilaciones consisten en la ablación de una parte o de la totalidad de los órganos genitales femeninos. Según las cifras de la OMS citadas por la Relatora Especial, hay entre 85 y 115 millones de mujeres y de niñas mutiladas en sus órganos sexuales en África y en Asia. Según las mismas fuentes, dos millones de niñas están expuestas cada año a sufrir esamutilación  (E/CN.4/Sub.2/1995/6, párrafo 21). Esta práctica, cuyas formas varían de un país a otro, está difundida, al parecer, en 26 países africanos, en ciertos países de Asia, en comunidades de inmigrantes en Europa y en América y en las comunidades judías de origen etíope y beduino de Israel. Sin embargo, el origen histórico de la escisión es de lo más misterioso. Parece cierto que esta práctica, que ha resistido el paso del tiempo, no está vinculada con ninguna religión determinada. Dicen que fue inventada por los faraones que la practicaban para preservar la castidad de sus esposas cuando partían en guerra. Existió, al parecer, entre los fenicios, los hititas, los etíopes, las etnias paganas de las zonas tropicales de África y de Filipinas, los aztecas de México, ciertas etnias de Amazonia y de Australia. En algunos pueblos se cree que los seres humanos nacen bisexuales naturalmente. El prepucio debe quitársele al hombre para darle su masculinidad; debe eliminarse de la mujer su órgano viril, el clítoris, a fin de garantizar su plena femineidad. Al parecer, incluso fue practicada en Europa en el siglo XIX por médicos para tratar
ciertos trastornos mentales de la mujer.

105. Como advierte la Relatora Especial sobre las prácticas tradicionales que afectan a la salud de las mujeres y las niñas, la escisión que ha sido practicada por varios pueblos y sociedades de todas las épocas y todos los continentes se deriva «de un conjunto de creencias, valores, comportamientos culturales y sociales que rigen la vida de las sociedades» (E/CN.4/Sub.2/1999/14, párrafo 8). Ello explica sin duda la carga emocional que rodea las creencias vinculadas con esa práctica, la dificultad de hablar de ella, incluso en los países en que se practica y dentro de las organizaciones internacionales competentes y, por consiguiente, la prudencia con que debe actuarse con respecto a toda medida destinada a eliminarla
.
106. Hoy en día, la escisión es practicada por comunidades diversas que pertenecen a diferentes tradiciones religiosas. La forma más extrema, la infibulación o «escisión faraónica», consiste en
la ablación del clítoris y de los labios menores. Es, al parecer, la forma más cruel y la que más afecta a la salud de las niñas; se practica en Somalia, en Djibouti, en el Sudán, en Malí, en Egipto y en Etiopía. La escisión parcial o clitoridectomía, o también circuncisión sunní, se practica en el África Occidental, en el África Central y en la Oriental. Se practica en algunos países de Asia, como el Yemen, Indonesia, Malasia, pero ciertas comunidades aplican un ritual simbólico y a veces operan una simple incisión sin proceder a ninguna mutilación1
.
107. La edad a la que se practican las mutilaciones varía según los países y las culturas. Es de algunos días entre los judíos «falasha» de Etiopía y el Sudán, mientras que en muchos países la mutilación se practica entre los 7 y los 15 años, según rituales a veces complejos. La escisión se considera un «rito de paso» de la infancia a la condición de mujer, es decir un rito de iniciación a la edad adulta, o una práctica para moderar el deseo sexual y preservar la virginidad de las futuras esposas. En ciertas comunidades se percibe como un rito de «purificación». Las presiones sociales y las imposiciones culturales a menudo hacen que las muchachas y sus madres se sometan voluntariamente a esas prácticas para quedar plenamente integradas en su comunidad. Según la Relatora Especial sobre las prácticas tradicionales que afectan a la salud de las mujeres y las niñas, parece que las diferencias entre los países en cuanto a la edad a la que se practica la mutilación están vinculadas a la existencia o inexistencia de una legislación que prohíba esa práctica . En otros países, ha desaparecido totalmente con el desarrollo y la educación de las muchachas.

108. Las mutilaciones genitales femeninas se asocian equivocadamente con la religión y con el islam en particular. Ningún texto religioso obliga a los creyentes a proceder a tales mutilaciones.
Éstas son practicadas entre pueblos de religiones diversas: musulmanes, católicos, protestantes,coptos, judíos, animistas, no creyentes… . La escisión es uno de los muchos ejemplos que demuestran que el argumento de la especificidad cultural o religiosa puede ser a un tiempo peligroso y equivocado. Es cierto que cuando es practicada por musulmanes, la escisión es presentada y reivindicada como un acto religioso. Sin embargo, la práctica es frecuente entre los no musulmanes y hay muchas comunidades musulmanas que no sólo no la conocen, sino que se escandalizan ante la idea de que pueda ser considerada poco o mucho como una práctica que tenga un fundamento religioso

.109. En Egipto, por influencia del extremismo religioso, un decreto del Ministro de Sanidad de 1996 que prohibía al cuerpo médico la práctica de la escisión fue anulado en 1997 por una jurisdicción administrativa. En un dictamen de principio de 28 de diciembre de 1997 el Consejo de Estado zanjó definitivamente la cuestión anulando la decisión de la jurisdicción inferior y afirmando que en adelante «quedaba prohibido practicar la escisión, incluso con el consentimiento de la muchacha y de los padres. La circuncisión de las niñas no es un derecho individual según la sharia. Nada la autoriza en el Corán» (E/CN.4/Sub.2/1999/14, párrafo 41). Es evidente que semejante decisión tiene consecuencias importantes, puesto que la prohibición se aplica incluso en caso de consentimiento de la víctima o de sus padres. Se trata de una cuestión que atañe al orden público, que se opone a las tradiciones culturales nocivas. Por otra parte, el Consejo de Estado hizo acertadamente la distinción entre las prescripciones religiosas y las tradiciones culturales nocivas, que se fundan en una interpretación equivocada, por no decir una manipulación política, de la religión. 

110. Las mutilaciones genitales femeninas tienen repercusiones graves en la vida y la salud de la mujer; entrañan a menudo la muerte o la invalidez de las víctimas, hemorragias vaginales y muchas complicaciones genitourinarias y ginecológicas, así como problemas psicológicos duraderos1 . Esta práctica, así como la poligamia o la violación conyugal, aumentan para las adolescentes y las mujeres el riesgo de contraer el VIH/SIDA y las demás enfermedades trasmitidas sexualmente (A/54/38/Rev.1, párrafo 18)

LOS DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS, EN PARTICULAR LAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LA INTOLERANCIA RELIGIOSA Informe presentado por el Sr. Abdelfattah Amor, Relator Especial sobre la libertad de religión o de creencias, de conformidad con la resolución 2001/42 de la Comisión de Derechos Humanos 
http://www.wunrn.com/un_study/spanish.pdf

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