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domingo, 10 de junio de 2012

Lapidar: matar a pedradas



En nuestras sociedades patriarcales, por siglos se han venido haciendo leyes discriminatorias hacia las mujeres. Las diferencias en la aplicación de la Lapidación lo demuestran .
Es terrible que en lugares donde se aplican técnicas modernas de fertilización para obtener mejores terneros o más leche de sus vacas, las leyes sigan apegadas al siglo VII  y que para defender la seguridad de la paternidad sean capaces de asesinar a sus mujeres. 
La legislación internacional rechaza este ensañamiento pero no de forma suficientemente clara que lo evite totalmente.
Nos dice la Real Academia de la Lengua:
lapidar.
(Del lat. lapidāre).
1. tr. apedrear (‖ matar a pedradas).

En la Arabia del siglo VII, cuando surgió el islam, castigos como la lapidación  apuntaban una mejora respecto a las condiciones existentes. La lapidación era de tradición judaica, como queda recogido en la Torá y en el Antiguo Testamento, si bien su práctica desapareció hace muchos siglos.
En el Corán no aparece la lapidación,sin embargo, una decena de países (Arabia Saudí, Irán, Afganistán...) aplica esta pena en nombre del islam a solteros que mantienen relaciones sexuales y a adúlteros. Sobre todo a mujeres. 
La lapidación aparece sólo en los hadices, que no son completamente fiables, pero no en el Corán. La lapidación es el más brutal de los castigos físicos aplicados –no sólo– en algunos países islámicos.  "Si la lapidación no existe en el Corán, ¿de dónde se han sacado tantas precisiones sobre cómo debe ejecutarse?",
El código penal iraní, según recuerda la politóloga Nazanín Amirián en su libro Sólo las diosas pasean por el infierno (Flor del Viento), cita los pormenores de la aplicación de la pena: "Al hombre se le entierra en un hoyo hasta la cintura mientras la mujer es enterrada hasta los hombros (...). Las piedras no deben ser tan grandes como para que la persona se muera con pocos golpes ni tan pequeñas que no se las pueda considerar piedras". Si el condenado es capaz de escapar con vida no volverán a intentar matarlo (el hombre juega con ventaja por tener al aire desde la cintura hasta los hombros, y alguna vez ha ocurrido), mientras que si muere por otra causa (un infarto, por ejemplo) se lapidará el cadáver. La pena prevista en el libro sagrado de los musulmanes para el adulterio, por el contrario, es la de recibir 100 latigazos, tanto para hombres como para mujeres. El castigo sería la mitad si la mujer fuera una esclava. De ahí se infiere, según explica Dolors Bramon, doctora en Filología Semítica e Historia, en Ser mujer y musulmana (Bellaterra), que es imposible que la pena prevista sea la lapidación.

Desde el siglo XIX, intelectuales musulmanes vienen insistiendo en que hay que quedarse con el espíritu de avance que supusieron ciertas normas en el momento en que fueron dictadas y olvidarse de la literalidad del texto.

Para el juez de Bengala Amir Ali (1849-1928) hasta ahora los musulmanes han ignorado el espíritu del Corán a base de apreciar desmesuradamente la letra. Quienes dominan el árabe reconocen que no hay un texto más bello escrito en esta lengua. De ahí a tomarlo todo al pie de la letra hay un trecho. "Hay contradicciones en el propio texto coránico, pero eso para mí no es ningún fallo divino; me obliga a reflexionar y me hace ser más creyente", afirma Bencheij a este diario en conversación telefónica. Es fácil encontrar un pasaje del Corán que diga una cosa y otro que diga lo contrario.


Según este hombre de religión nacido en Arabia Saudí de familia argelina, se está produciendo una "talmudización del islam". Se está llevando al extremo el detalle de cómo hacer las cosas en lugar de pensar en cuestiones teológicas, como hacen los judíos ultraortodoxos respecto a la comida, la forma de vestir o la de relacionarse con los demás. "En el árabe del Corán el verbo tocar significa mantener relaciones sexuales, como conocer en la Biblia. Por eso hay musulmanes que se niegan a dar la mano a las mujeres. Es una muestra de la ignorancia que se ha transmitido de generación en generación".

Para pronunciar una condena por adulterio el Corán advierte de la necesidad de cuatro testigos masculinos que vean "desaparecer el miembro del fornicador dentro del cuerpo de la fornicadora de la misma manera que el cálamo desaparece en el tintero del escriba o la cuerda desaparece en el pozo". Una condición casi imposible de cumplir que hace pensar que es una pena disuasoria, no para aplicarla.

Fuentes :
http://www.webislam.com/articulos/40139-la_lapidacion_divide_al_islam.html (16/10/2010 - Autora: Isabel Ramos Rioja - Fuente: La Vanguardia )
http://www.islamyciencia.com/la-mujer-en-el-islam/la-lapidacion-en-el-islam.htmlhttp://elsapoveda.wordpress.com/tag/lapidacion/

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