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jueves, 11 de febrero de 2016

La posición estructural de las mujeres


Critcher (1 977 ) define las estructuras como "esos aspectos objetivos que cada persona vive a lo largo de la vida, que aparecen fuera del control individual, que nacen de la distribución del poder y la riqueza en la sociedad", esos aspectos objetivos que se construyen en una sociedad que es patriarcal, capitalista y racista. No existen grupos de hombres y mujeres que sean homogéneos y tenemos que estudiar cómo se construye la heterogeneidad de las mujeres y de los hombres. Por ejemplo, las vidas de las mujeres de clase trabajadora y de clase media tienen similitudes pero a su vez presentan diferencias cruciales; entre mujeres que trabajan en una fábrica y las mujeres que trabajan en instituciones académicas existen diferencias en términos de: acceso al trabajo, salario, condiciones laborales, de satisfacción en el trabajo, etc., aunque puedan compartir otro sinfín de problemas laborales como la doble jornada, el acoso sexual, menor salario que sus compañeros, etc. 

Conceptos como el de raza y clase social necesitan ser utilizados para considerar la heterogeneidad entre las mujeres (Phillips, 1987 ; Brittan y Mayard, 1984). Los análisis marxistas sobre las relaciones sociales de producción nos han ayudado a comprender los conceptos de subordinación, explotación, dominación y también el de la lucha. Pero las categorías marxistas han demostrado ser "ciegas" respecto al sexo, no nos ayudan a entender la posición de las mujeres en tanto que mujeres en la estructura social. No nos permiten comprender la naturaleza de la segregación de las mujeres en el mercado laboral, la permanencia de la jornada partida entre las mujeres, sus bajos salarios y las razones por las que una gran cantidad de mujeres están fuera del mercado laboral ... En nuestro país, en la década de los ochenta, las mujeres tan sólo representaban el 27 % de la población activa. Además, la población activa femenina se concentraba en edades tempranas (16-24 años) y mujeres solteras. Es decir, el mayor abandono de las mujeres en el mercado de trabajo durante los años de crianza de los/as hijos/as provoca que el ciclo laboral de hombres y mujeres sea diferente. La población ocupada femenina en 1993 es del 34 % frente al 66 % de población ocupada masculina. Con el incremento del empleo femenino más mujeres dependen de vender su fuerza de trabajo, mientras que sus responsabilidades domésticas continúan siendo las mismas. En Alemania, por ejemplo, las mujeres dedican 39 5 minutos a las tareas del hogar mientras que sus compañeros dedican 9 0 minutos diarios (Diario El Mundo 24/8/95) . Como dice Cockburn "las mujeres entran en el mercado laboral con una mano atada atrás". Para entender la posición de las mujeres tenemos que tener en cuenta su posición dentro y fuera de las relaciones de producción, es decir, tenemos que estudiar su posición como trabajadoras en sus hogares y la reproducción biológica: concepción, el dar a luz y el cuidado de las criaturas. 

Otra categoría de análisis explicativo en la política, el pensamiento y la historia de las mujeres ha sido y es el patriarcado. Este concepto ha sufrido altos y bajos en cuanto a su valor explicativo. En ciertos momentos se pensaba que todo lo negativo en la historia presente y pasada de la historia de las mujeres se atribuía al patriarcado. Victoria Sau ha definido el patriarcado como "una toma de poder histórica por parte de los hombres sobre las mujeres cuyo agente ocasional fue el orden biológico, si bien elevado éste a categoría política y económica. Dicha toma de poder pasa forzosamente por el sometimiento de las mujeres a la maternidad, la represión de la sexualidad femenina, y la apropiación de la fuerza de trabajo total del grupo dominado, del cual su primero, pero no único producto son los hijos". El concepto de patriarcado ha sido utilizado principalmente para referirse al poder y gobierno del padre, la dominación cultural, el universo simbólico masculino, etc. (Mitchell, 1974 ; Millet, 1971 ; Rich, 1 977). Hartman lo define como "el conjunto de relaciones sociales y jerárquicas entre hombres, que tiene una base material en el control de los hombres sobre el trabajo de las mujeres, y sobre la sexualidad de las mujeres, tanto para obtener objetivos reproductivos o satisfacer sus necesidades". Por lo tanto, el patriarcado crea lazos de interdependencia y solidaridad entre los hombres que les permite dominar a las mujeres. La relación entre las teorías marxistas y el femenismo o las relaciones entre el sexismo y la clase social no es una unión fácil, lo que está claro es que los hombres se aprovechan a su vez de la situación de dominación y explotación que les permite el patriarcado y el capitalismo respecto al trabajo reproductivo y productivo de las mujeres.


LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA
La esfera pública se considera el mundo de la política, del trabajo retribuido, etc. La esfera privada se refiere al hogar. Generalmente, la esfera pública es del dominio de los hombres y la esfera privada del dominio de las mujeres. Incluso cuando la participación de las mujeres en el mercado laboral se ha incrementado, su participación es aún parcial.
La separación entre las esferas pública y privada es crucial para entender el control que los hombres ejercen sobre la sexualidad de las mujeres. Engels trató el tema asegurando que "con la propiedad privada surgía la necesidad de asegurar la paternidad, para que la herencia de la propiedad estuviera asegurada". Pero la separación entre la esfera pública y la privada significa algo más que la separación entre trabajo productivo y reproductivo; esta separación asegura los aspectos de solidaridad y jerarquías que forman parte de las relaciones sociales entre los hombres. Por ejemplo, algunos estudios sobre colonialismo en el Pacífico Sur, nos indican cómo en un principio los hombres que llegaron establecían relaciones directas con los habitantes locales y no siempre mantuvieron relaciones de dominación.
 A su vez establecieron relaciones sexuales con las mujeres, quienes a veces eran las que las iniciaban. Con la llegada de los misioneros la preocupación por la moralidad sexual se incrementó y también los intereses comerciales. Gradualmente fue tomando forma el proceso de colonización y con ello se empezaron a establecer relaciones jerárquicas entre los colonizadores y los isleños. Cuando los colonizadores se establecieron con sus mujeres, la plata de sus hogares y las particulares formas de relaciones entre los matrimonios, se acabaron de perfilar la pautas de diferenciación y jerarquización en las relaciones sociales, laborales y personales.
Por tanto, se puede afirmar que la constitución y separación de las esferas públicas y privadas, la predominante situación de los hombres en la esfera pública y el lugar de subordinación de las mujeres en la esfera privada está estructuralmente determinado

http://www.emakunde.euskadi.eus/contenidos/informacion/pub_jornadas/es_emakunde/adjuntos/jornada.07.coeducacion.transversal.transversales.cas.pdf

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