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viernes, 28 de octubre de 2011

De los mandatos del patriarcado en Mauritania


Mujeres de Mauritania luchan contra la tradición de engordar a la fuerza


·         A las niñas se les obliga a engordar ya que por tradición las mujeres más gordas son vistas como bellas y ricas
·         El 'leblouh' está considerado como algo normal en las mujeres adultas y sobre todo en la zona rural
·         Las niñas de hoy quieren cambiar esa tradición ya que se han dado cuenta de lo peligroso de la costumbre 


 Las niñas pequeñas de Mauritania son tradicionalmente alimentadas a la fuerza y engordadas por belleza y para el matrimonio, pero ahora algunas están combatiendo esa tradición, diciendo que es peligroso para su salud.
A las niñas y mujeres más gordas se las considera bellas, ricas y adaptadas socialmente mientras que a las delgadas, inferiores y una vergüenza para las familias de la sociedad mauritana.
Es este estigma el que ha reforzado la tradición del leblouh o el engordar a la fuerza.
Mariam Mint Ahmed, de 25 años, dice que es momento de que el leblouh sea considerado historia.
"Es nuestra responsabilidad como generación joven, terminar esta costumbre que amenaza nuestras vidas", dijo a CNN Mint Ahmed, una comerciante casada que vive en la capital Nouakchott.
"Sé de muchas niñas inocentes que fueron engordadas en contra de su voluntad para casarlas y la mayoría de ellas se enfermaron. Me siento triste cuando las veo constantemente sufriendo por presión sanguínea, hipertensión y problemas del corazón".
"Las niñas aquí en Mauritania han sufrido mucho de la tradición dellebloughSon forzadas a comer grandes cantidades de comida y de tomar tazones de leche de vaca y de cabra", agregó Mint Ahmed mientras las lágrimas caían de sus ojos.
Mint Ahmed, quien tiene un hijo, fue criada en la ciudad de Kiffa, alrededor de 600 kilómetros de la capital, al este de Mauritania.
Ella dice que las niñas que no acaban las comidas que les sirven pueden ser castigadas. Un método, según Mint Ahmed, es amarrar los dedos de los pies a unos palos y, si no come, se aplica presión a los palos enviando oleadas de dolor a través de los pies de la niña.
"Mi madre empezó a engordarme a la fuerza cuando tenía 13 años. Ella solía golpearme para que comiera más cuscús aceitado y carne grasienta de cordero.  Yo pensaba que mi estómago iba a explotar", recuerda Selekeha Mint Sidi.
Mint Sidi estuvo casada el año pasado y tiene una hija, pero dijo a CNN que nunca va a engordarla.
Las mujeres no forman parte del grupo de presión que quiere prohibir elleblouh, pero sí quieren educar en los riesgos que supone esta costumbre.  
El leblouh tiene quienes lo apoyan sobre todo en la Mauritania rural.
"Personalmente, creo que engordar a las niñas es más que necesario. Las niñas delgadas traen vergüenza a sus familias e incluso a sus tribus. También es difícil que atraigan la mirada de los hombres de nuestra sociedad", dijo Achetou Mint Taleb, de 55 años.
Las mujeres encargadas de engordar a las niñas con frecuencia piensan que el vómito que regularmente acompaña al proceso es normal y natural.
Mint Taleb hace oídos sordos a las voces en contra del leblough. "Sé que algunas de la nueva generación se oponen a la tradición delleblouh, pero no me importa en tanto yo soy fiel a mi herencia cultural. Seguro que no estoy sola".
Mar Jubero Capdeferro, a cargo de programas de género para el Fondo de Población de la ONU en Mauritania, dijo que las nuevas generaciones ya no lo están haciendo. "Antes no veías a las mujeres caminando -por las calles-. Antes se quedaban en casa haciendo té, no iban a trabajar. Ahora van a hacer ejercicio, caminan".
Ella dice que la tradición se está dejando a un lado por las jóvenes ven sus consecuencias. Las mujeres viejas "ahora son muy gordas, en sus cuarenta y cincuenta, y ni siquiera se pueden mover, tienen hipertensión y diabetes".
Pero, "para las niñas pequeñas que son forzadas a engordar, la práctica se está volviendo más peligrosa. Antes usaban leche de camello, ahora las niñas son alimentadas con químicos usados para engordar animales", dijo Capdeferro.
Según un estudio de 2007 de la Asociación de Solidaridad Social -un grupo nacional establecido para ayudar a lo que llama víctimas de las costumbres mauritanas-, sólo un 7% de las niñas de ciudad fueron engordadas a la fuerza, pero la cifra en áreas rurales se acerca a un 75%.
En el Hospital Nacional de la capital, la doctora Vadel Lemine advierte: "Hospitalizamos a diario grandes números de víctimas de engordamiento forzado, y la mayoría de las víctimas vienen de regiones del interior cuyas personas practican la cultura del leblouh. Parece que nuestra recomendación, como doctores, no ha sido lo suficientemente escuchada, al menos en nuestra sociedad tradicional". No hay cifras oficiales para la cantidad de mujeres hospitalizadas.
Lemrabott Brahim, un analista social de OJLPA, una organización local que combate la pobreza y el analfabetismo, dijo que el engordamiento forzado, la belleza y el matrimonio son por ahora términos inseparables en las mentes de muchas madres mauritanas.
"Es difícil erradicar la cultura de alimentación forzada en Mauritania. Es algo muy enraizado en las mentes y corazones de las madres mauritanas, particularmente en áreas remotas en donde las pobladores no educadas creen ciegamente en la tradición".
 NOUAKCHOTT, Mauritania (CNN) —



http://mexico.cnn.com/historias-extraordinarias/2010/10/17/mujeres-de-mauritania-luchan-contra-la-tradicion-de-engordar-a-la-fuerza
 Agradecemos Maria Jesus Hernandez Sanchez la imagen de su cuadro .

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