Mujeres de Mauritania luchan contra la tradición de
engordar a la fuerza
· A las niñas se les obliga a engordar ya que por tradición las mujeres más gordas son vistas como bellas y ricas
· El 'leblouh' está considerado como algo normal en las mujeres adultas y sobre todo en la zona rural
· Las niñas de hoy quieren cambiar esa tradición ya que se han dado cuenta de lo peligroso de la costumbre
Las niñas pequeñas de Mauritania son tradicionalmente
alimentadas a la fuerza y engordadas por belleza y para el matrimonio,
pero ahora algunas están combatiendo esa tradición, diciendo que es peligroso
para su salud.
A las niñas y
mujeres más gordas se las considera bellas, ricas y adaptadas socialmente mientras que a
las delgadas, inferiores y una vergüenza para las familias de la
sociedad mauritana.
Es este estigma el
que ha reforzado la tradición del leblouh o el engordar
a la fuerza.
Mariam Mint Ahmed,
de 25 años, dice que es momento de que el leblouh sea
considerado historia.
"Es nuestra
responsabilidad como generación joven, terminar esta costumbre que amenaza
nuestras vidas", dijo a CNN Mint Ahmed, una comerciante casada que vive en
la capital Nouakchott.
"Sé de muchas
niñas inocentes que fueron engordadas en contra de su voluntad para casarlas y
la mayoría de ellas se enfermaron. Me siento triste cuando las veo
constantemente sufriendo por presión sanguínea, hipertensión y problemas del
corazón".
"Las niñas aquí
en Mauritania han sufrido mucho de la tradición delleblough. Son
forzadas a comer grandes cantidades de comida y de tomar tazones de leche de
vaca y de cabra", agregó Mint Ahmed mientras las lágrimas caían de sus
ojos.
Mint Ahmed, quien
tiene un hijo, fue criada en la ciudad de Kiffa, alrededor de 600 kilómetros de
la capital, al este de Mauritania.
Ella dice que las
niñas que no acaban las comidas que les sirven pueden ser castigadas. Un
método, según Mint Ahmed, es amarrar los dedos de los pies a unos palos y, si
no come, se aplica presión a los palos enviando oleadas de dolor a través de
los pies de la niña.
"Mi madre
empezó a engordarme a la fuerza cuando tenía 13 años. Ella solía golpearme para
que comiera más cuscús aceitado y carne grasienta de cordero. Yo pensaba
que mi estómago iba a explotar", recuerda Selekeha Mint Sidi.
Mint Sidi estuvo
casada el año pasado y tiene una hija, pero dijo a CNN que nunca va a
engordarla.
Las mujeres no
forman parte del grupo de presión que quiere prohibir elleblouh, pero
sí quieren educar en los riesgos que supone esta costumbre.
El leblouh tiene
quienes lo apoyan sobre todo en la Mauritania rural.
"Personalmente,
creo que engordar a las niñas es más que necesario. Las niñas delgadas traen
vergüenza a sus familias e incluso a sus tribus. También es difícil que
atraigan la mirada de los hombres de nuestra sociedad", dijo Achetou
Mint Taleb, de 55 años.
Las mujeres
encargadas de engordar a las niñas con frecuencia piensan que el vómito
que regularmente acompaña al proceso es normal y natural.
Mint Taleb hace
oídos sordos a las voces en contra del leblough. "Sé que
algunas de la nueva generación se oponen a la tradición delleblouh, pero
no me importa en tanto yo soy fiel a mi herencia cultural. Seguro que no estoy
sola".
Mar Jubero
Capdeferro, a cargo de programas de género para el Fondo de Población de la ONU
en Mauritania, dijo que las nuevas generaciones ya no lo están haciendo. "Antes
no veías a las mujeres caminando -por las calles-. Antes se quedaban en casa
haciendo té, no iban a trabajar. Ahora van a hacer ejercicio,
caminan".
Ella dice que la
tradición se está dejando a un lado por las jóvenes ven sus consecuencias. Las
mujeres viejas "ahora son muy gordas, en sus cuarenta y cincuenta, y ni
siquiera se pueden mover, tienen hipertensión y diabetes".
Pero, "para las
niñas pequeñas que son forzadas a engordar, la práctica se está volviendo más
peligrosa. Antes usaban leche de camello, ahora las niñas son
alimentadas con químicos usados para engordar animales", dijo
Capdeferro.
Según un estudio de
2007 de la Asociación de Solidaridad Social -un grupo nacional establecido
para ayudar a lo que llama víctimas de las costumbres mauritanas-, sólo un 7%
de las niñas de ciudad fueron engordadas a la fuerza, pero la cifra en áreas
rurales se acerca a un 75%.
En el Hospital
Nacional de la capital, la doctora Vadel Lemine advierte: "Hospitalizamos
a diario grandes números de víctimas de engordamiento forzado, y la mayoría
de las víctimas vienen de regiones del interior cuyas personas practican la
cultura del leblouh. Parece que nuestra recomendación, como
doctores, no ha sido lo suficientemente escuchada, al menos en nuestra sociedad
tradicional". No hay cifras oficiales para la cantidad de mujeres
hospitalizadas.
Lemrabott Brahim, un
analista social de OJLPA, una organización local que combate la pobreza y el
analfabetismo, dijo que el engordamiento forzado, la belleza y el matrimonio
son por ahora términos inseparables en las mentes de muchas madres mauritanas.
"Es difícil
erradicar la cultura de alimentación forzada en Mauritania. Es algo muy
enraizado en las mentes y corazones de las madres mauritanas, particularmente
en áreas remotas en donde las pobladores no educadas creen ciegamente en la
tradición".
Agradecemos Maria Jesus Hernandez Sanchez la imagen de su cuadro .
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