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miércoles, 29 de octubre de 2025

“Un sólo ojo es suficiente para ver”: así de grave la situación de mujeres y niñas en Afganistán

 


La situación de vida de las mujeres y niñas en Afganistán tras el regreso de los talibanes en el 2021, no ha hecho más que empeorar y escalar a un nivel de inhumanidad. Han sido despojadas de sus derechos a educación, atención médica igualitaria y oportuna, empleo, movilidad en espacios públicos, vestimenta, voz presencial y escrita, incluso sin derechos dentro de la casa que habitan. Estas y otras violaciones constituyen quizá, la más grave regresión de los derechos de mujeres y niñas en el mundo actual.

Desde mayo de 2022  las mujeres en Afganistán han sido obligadas por el régimen, a llevar una vestimenta que las cubre de la cabeza a los pies quedándoles visibles únicamente los ojos. Sin embargo, de acuerdo con el informe publicado por el News Guru el pasado 16 de agosto, ahora el régimen talibán requerirá que las mujeres se cubran uno de los ojos con un parche debajo del burka, con el infame argumento de que a las mujeres, un sólo ojo les es suficiente para ver.

Semejante aberración además de producirme un profundo sentimiento de dolor y rabia, automáticamente me hizo preguntarme…¿cuántas otras formas se inventarán los talibanes para aniquilar a las mujeres y las niñas y borrarlas de la sociedad afgana?…¿hasta dónde el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y otros organismos internacionales los dejarán llegar?.

Si la posibilidad más que probable de que las mujeres en Afganistán sean obligadas a cubrirse un ojo es inhumana e inaceptable, no lo es menos lo ocurrido en el terremoto de septiembre pasado sucedido al este de ese país, cuando un gran número de mujeres y niñas no recibieron la atención médica urgente que necesitaban, y otras muchas no fueron rescatadas de entre los escombros debido a que el 90% del cuerpo de rescate eran hombres, y tocarlas siendo hombres ajenos a su familia masculina directa (padre o esposo), está prohibido cultural y religiosamente.

En el transcurso de estos cuatro años de ocupación talibán,las restricciones y leyes se han ido incrementando  de forma alarmante. Aquí sólo algunas de ellas:

A las niñas les ha sido prohibido asistir a la escuela más allá del sexto grado. 

Las  mujeres universitarias han sido excluidas del acceso a la educación superior. 

Las mujeres no pueden moverse libremente: necesitan un acompañante masculino para caminar por la calle, usar transporte público, trabajar, viajar, y asistir a cualquier otro lugar.

Han sido vetadas de mercados, parques, gimnasios, salones de belleza y de otras actividades sociales.

En agosto de 2024, se promulgó la llamada “Ley de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio”, que prohíbe que las mujeres hablen en público, incluso entre ellas mismas.

Existe un decreto que obliga a cerrar ventanas de casas desde donde puedan verse mujeres, esto para “proteger" a los vecinos.

Las instituciones que ayudaban a mujeres víctimas de violencia de género  han sido cerradas.

Las doctoras y enfermeras escasean porque la educación para mujeres en medicina está bloqueada, lo cual reduce la atención para madres, niñas y mujeres en general, ya que no pueden ser atendidas por un doctor.

Hay detenciones, encarcelamientos, torturas y otros castigos para las mujeres que se resisten o violan los códigos.

La movilidad restringida significa también que las mujeres no pueden visitar a sus familiares.

El internet está siendo cortado para “prevenir la inmoralidad”, e impedir la educación en línea de las mujeres.

En las universidades han prohibido todos los libros escritos por mujeres, y eliminado materias sobre derechos humanos y género.

Esta creciente pérdida de autonomía no sólo les roba oportunidades de desarrollo, de familia, de comunidad, de redes de apoyo…de futuro, también merma su autoestima  y capacidad de decisión. Vivir en el confinamiento, la exclusión y la invisibilización, experimentando diariamente frustración,miedo, ansiedad, y depresión es una lenta asfixia emocional, mental, física y social para las mujeres y niñas afganas.

Es aquí donde se vuelve imposible no realizar una crítica hacia la comunidad internacional, los Estados, los Organismos Multilaterales y las ONGs, porque a pesar de que Amnistía Internacional ha calificado las políticas del régimen talibán como crímenes por persecución de género, y pese a que el 8 de julio  de 2025, la Corte Penal Internacional emitiera órdenes de arresto contra los líderes talibanes (Hibatullah Akhundzada y Abdul Hakim Haqqani) por persecución sistemática de mujeres y niñas, considerándola un crimen contra la humanidad, lo cierto es que la situación continúa sin ningún cambio.

Tocante a esto, en agosto pasado el Informe de UN Women señala que no se ha derogado ni una sola restricción y que las medidas antes “temporales” ya son normas permanentes.

Está claro que lo hecho hasta ahora ha sido insuficiente y carece del pivote de género que la situación de apartheid de género requiere.

Desde una mirada feminista y humanitaria, lo que ocurre en Afganistán es un ataque al principio mismo de igualdad de género, perspectiva de autonomía y dignidad humana. Las mujeres no son consideradas como sujetos, sino como objetos de control, su cuerpo, su vestido, su camino, su voz…su vida.. Y es precisamente esa borradura de sujetos la que legitima la violencia estructural.

Es innegable que esta situación representa un verdadero atentado a los derechos y la vida de mujeres y niñas afganas. Como comunidad global no podemos simplemente lamentar lo que está ocurriendo, debemos actuar para que exista una vigilancia internacional mucho más severa, con sanciones y mecanismos de rendición de cuentas por persecución de género. A la par, la comunidad internacional necesita priorizar el financiamiento necesario para la ayuda de mujeres y niñas afganas, incluyendo eficaces mecanismos de protección.

La igualdad de género no es un lujo, es un pilar de justicia, de dignidad y de paz. Las mujeres afganas necesitan recuperar todos sus derechos, y merecen que el mundo las acompañe y apoye con mucho más que buenas intenciones y palabras!

Galilea Libertad Fausto.


Fuentes:

News Guru, AP News , Afganistán Justice Archive, Amnesty International, Human Rights Watch,UN Women. 

Créditos de la ilustración a quien corresponda.

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