La represión política y religiosa, la persecución y el encarcelamiento, la violación y la tortura tienen rostro de mujer, pero el valor, la resistencia, la convicción y el compromiso también!!
“Lo que el gobierno quizá no entienda es que entre a más de nosotras encierren más fuertes nos hacemos”
Así de fuerte y claro se hace oír desde la cárcel la periodista y activista iraní Narges Mohammadi, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2023 por su trabajo a favor de los derechos de las mujeres, los derechos humanos, la abolición de la pena de muerte, y la paz.
Las mujeres feministas en general y en particular las activistas nos enfrentamos diariamente a un mundo hostil, en un todavía poderoso sistema de dominación que abierta y doblemente nos odia por nuestro sexo y por nuestro activismo.
Sin embargo, es justo reconocer y decir que ser mujer, ser feminista y además ser defensora de derechos viviendo en el represivo y conflictivo Medio Oriente, en zonas marginales dominadas por la mafia (en Latinoamérica o cualquier otro lugar del planeta ), y/o estando en zonas de conflicto armado es literalmente otro mundo. El grado de dificultad, peligro, sufrimiento, sacrificio y pérdida que padecen cada día nuestras valientes compañeras y hermanas, es tan enorme que apenas y lo podemos imaginar aún siendo nosotras mismas activistas y teniendo por ello nuestra cuota diaria de altos pagos.
Pensemos tan sólo en que mientras que millones de personas alrededor del mundo en diciembre pasado estuvimos de celebraciones navideñas al lado de familia y amigos, Narges Mohammadi encarcelada en su país, lejos de sus seres queridos y con su salud ya severamente minada después de varios ataques cardiacos , decidió iniciar una nueva huelga de hambre en solidaridad con la minoría religiosa bahaí, justo el 10 de diciembre a la hora en que dió comienzo la ceremonia de entrega de los Premios Nobel a la que no le fue permitido asistir para recibir el suyo.
Enero tampoco está trayéndole la oportunidad de positivos nuevos comienzos, el tribunal iraní el pasado lunes en un juicio a todas luces ilegítimo le aumentó 15 meses adicionales de prisión, dos años en el exilio fuera de Teherán, y dictaminó que después de cumplir su condena no podrá viajar al extranjero durante dos años ni pertenecer a grupos políticos y sociales, así como tampoco tener un teléfono celular durante el mismo período.
Recordemos que ella ha sido arrestada 13 veces y sentenciada a un total de 31 años de prisión, además de 150 latigazos como castigo por su militancia enfocada en rechazar el uso del velo obligatorio para las mujeres.
De todas estas formas y mediante la tortura, es que el gobierno iraní sigue tratando de romperla y silenciarla, pero irónicamente en cada ataque su voz se escucha más fuerte y más lejos, pues esta inamovible y heroica mujer ha mantenido su activismo a pesar de estar tantos años tras las rejas , promoviendo desde ahí (por ejemplo), las protestas encabezadas por miles de mujeres en todo el país por el arresto violación sexual tortura y muerte el año pasado de una joven de 22 años que estaba bajo la custodia policial, respecto a lo cual ella expresó a través de un escrito:
“En el pabellón de mujeres, nos invadió la pena, pero también la indignación. Utilizamos nuestras breves llamadas telefónicas para recabar información. Por la noche, nos reunimos para intercambiar las noticias que habíamos oído. Estábamos atrapadas allí dentro, pero hicimos lo que pudimos por alzar nuestras voces contra el régimen”…
Podría yo contar mucho más de esta extraordinaria humana, incansable líder del movimiento “Mujer Vida Libertad”, puedo seguir hablando de sus inicios sus luchas y su feminismo, pero la mejor manera de conocerla, sentirla y presentarla en este artículo-homenaje es a través de sus propias palabras:
“Empecé a hacer campaña en Irán hace 32 años, cuando era estudiante. Mi objetivo entonces era combatir la tiranía religiosa que, junto con la tradición y las costumbres sociales, ha conducido a la profunda represión de las mujeres en este país. Ese sigue siendo mi objetivo. Ahora, al ver los esfuerzos pioneros de las jóvenes y las niñas durante este movimiento revolucionario, siento que mis sueños y objetivos feministas están cerca de hacerse realidad”.
Sentir en lo profundo el sufrimiento del otro…dé la otra, tener conciencia de que las causas ajenas son en realidad propias y alzar la voz en su defensa mediante la música, el arte, la literatura, la pantalla grande y chica, la prensa escrita, la locución, el servicio social etc., nunca ha sido ni es ni será una labor fácil y eso lo sabemos los y las activistas, pero realizar esa defensa…ese activismo desde las húmedas y frías paredes de una prisión, desde el hambre, la tortura constante, la soledad y la enfermedad es infinitamente más complicado y por demás admirable!!
Y desde esas sombrías paredes Narges Mohammadi continúa hablándole a su gente y al mundo:
“Nos impulsa la voluntad de sobrevivir, estemos dentro o fuera de la cárcel. Puede ser que a veces la violenta represión del gobierno aleje a la gente de las calles, pero nuestra lucha continuará hasta el día que la luz se imponga a la oscuridad y el sol de la libertad abrace al pueblo iraní”.
Un activismo así requiere de una humanidad, fortaleza y grandeza de espíritu inimaginable y difícil de encontrar!.
GRACIAS a Narges Mohammadi y a quienes como ella arriesgan diariamente su libertad, su salud y su vida por defender los derechos de la humanidad!
Galilea Libertad Fausto.
Créditos de la pintura a quien corresponda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario