Cuando hablamos de diseño de moda hablamos también de liberación femenina y por consiguiente de feminismo, estas constantes en la historia de la vida de las mujeres literalmente nos dan mucha tela de donde cortar.
"La ropa tiene oficios y usos más importantes que simplemente mantenernos calientes; Ella cambia nuestra visión del mundo y la visión del mundo de nosotras”, esta frase de la gran pensadora Virginia Woolf adquiere mucho más relevancia si la analizamos desde una perspectiva de género,
Ya que la vestimenta además de cubrir una necesidad humana y de ser una forma de expresión, también fue durante siglos un medio para controlar a las mujeres, alterando negativamente la forma en que se sentían y se veían a sí mismas.
Para no ir más atrás, sabemos que en la época victoriana existía una gran represión sexual y social femenina reflejada en el tipo de vestimenta que se les permitía y se les exigía usar (esas asfixiantes torturas que eran los corset’s por ejemplo), y en los temas de conversación que les era lícito entablar a las mujeres quienes en todo momento eran observadas bajo la lupa de la llamada «moral victoriana», la cual demandaba tal grado de recato y pureza que se vieron en la necesidad de inventar “el lenguaje de las flores” para poder comunicarse libremente, este consistía en mensajes cifrados mediante flores.
Otra muestra del control ejercido mediante la ropa es que en los siglos XIX y XX en Estados Unidos, existían leyes que prohibían a las mujeres usar pantalones por ser considerados exclusivamente para hombres.
No obstante, en el transcurrir del tiempo las mujeres hemos ido ideando y creando en diferentes épocas, trascendentes manifestaciones de liberación a través del vestir.
En mi opinión el primer gran paso hacia la liberación femenina mediante la moda, lo dió la revolucionaria y controversial diseñadora francesa Coco Chanel a principios del siglo pasado, cuando adaptó las prendas que se consideraban masculinas al cuerpo femenino, eliminó el uso del corsé, recortó el largo del vestido diseñando modelos de vestidos rectos y sueltos, dando la posibilidad al sexo femenino de deshacerse para siempre de los atuendos incómodos y poco prácticos que usaba en ese momento.
El segundo gran paso lo dió Mary Quant en 1960, cuando inspirada por las parisinas que acortaban cada vez más el largo de su ropa en señal de emancipación creó la minifalda, algo escandalosamente subversivo pues hasta ese momento había sido impensable que una chica vistiera una falda 20 centímetros arriba de la rodilla.
Así en aquellos años de efervescencia y experimentación, la minifalda llegó para quedarse convirtiéndose rápidamente en un símbolo de la libertad y del poder de decisión que ya tenían las mujeres en ese momento (gracias al feminismo), para escoger libremente si querían quedarse solteras, casarse, divorciarse, ser madres o tomar la píldora anticonceptiva.
Moda y feminismo se han reflejado y fortalecido mutuamente desde su propio campo de acción, pero cuando el mundo de la alta costura y el movimiento feminista (ambos internacionales) unen fuerzas, saltan ardientes chispas a favor y en contra, sin embargo, a pesar o quizá debido a estas discrepancias es que el impacto y el alcance es mucho mayor, logrando así el objetivo de despertar un número más grande de conciencias.
Una muestra de esta explosiva y controversial pero sobre todo poderosa unión, es la exposición “A Corazón Ahierto” que actualmente se está presentando en la Galería de la prestigiosa tienda francesa Christian Dior, y que es obra de la artista visual y activista feminista mexicana Elina Chauvet.
Esta colección de 20 hermosos vestidos de muselina blanca, inspirados en patrones de diseños sacados de los archivos dé 1954 de la Casa Dior, fueron el lienzo en donde la artista y su equipo bordaron con hilo rojo diferentes frases, palabras y símbolos en relación a la violencia de género y el feminicidio.
Estos vestidos fueron digna y bellamente lucidos por modelos mexicanas en el estremecedor performance con el que cerró el desfile de modas: “Christian Dior Crucero 2024”, presentado en el Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México en mayo pasado, con esta colaboración Maria Grazia Chiuri, Directora Creativa de Christian Dior, muestra su compromiso y unión con las mujeres mexicanas y con el movimiento feminista en la lucha contra los feminicidios y todo otro tipo de violencia de género.
En la historia de la moda encontramos todo un discurso sobre la sociedad del pasado y la sociedad actual, con elementos suficientes para seguir dándole respaldo y voz a la causa feminista, y para quitarle la etiqueta de ser algo superficial banal y frívolo que únicamente alimenta la vanidad de las personas (especialmente de las mujeres.
La vestimenta no es un costoso e innecesario objeto, es una aliada con la mágica capacidad de transformar nuestro estado de ánimo, de elevar nuestra autoestima haciéndonos sentir seguras bellas y esplendorosas, es nuestra segunda piel y nuestra segunda voz con la que nos presentamos y expresamos en el mundo definiendo nuestro propio estilo, invertir en la ropa que nos gusta y nos hace sentir especiales no es un lujo, es una necesidad y un derecho!
Galilea Libertad Fausto.
Créditos de la foto: Spotlight Dior.
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