Traemos parte del articulo de Ana de Miguel Álvarez y el acceso a su total contenido para comprender más en profundidad toda la trascendencia de la prostitución .
El articulo es magnifico y debe leerse entero. Traemos algunos pedazos, resumimos otros para intentar invitaros a su total lectura que nos ayudará a responder y desmontar la naturalización de tan gran problema.
LA PROSTITUCIÓN DE MUJERES, UNA ESCUELA DE DESIGUALDAD HUMANA
El objetivo del artículo es contribuir a desplazar el debate actual sobre la prostitución de mujeres desde el tema del consentimiento de las prostituidas a la reflexión sobre el prostituidor. Mantenemos que el tema del consentimiento invisibiliza la parte fundamental sobre la que se funda la institución de la prostitución: el hombre que demanda que su deseo sexual sea satisfecho y la ideología que encuentra normal, natural y deseable que lo haga. El artículo reflexiona sobre las consecuencias que el acceso libre y reglado al cuerpo de las mujeres tiene sobre el carácter de los varones, su percepción de las relaciones con las mujeres y su socialización en los valores de la igualdad y la reciprocidad sexual. Por último, se sostiene que una sociedad que banaliza, normaliza e idealiza la prostitución de mujeres es una sociedad que fortalece las raíces de la desigualdad humana.
En un orden racional de investigación la pregunta primera sobre la prostitución no debiera ser la de si hay personas dispuestas a prostituirse, más bien debería ser esta otra: ¿Por qué la mayor parte de las personas destinadas al mercado de prostitución son mujeres y no son hombres? ¿Por qué tantos hombres aceptan con normalidad que haya cuerpos de mujeres que se observan, se calibran y finalmente se paga para disponer ellos? ¿Cómo es posible que los hombres obtengan placer de personas que se encuentran en una situación de clara inferioridad y que, en general, sólo sienten indiferencia o asco por ellos?
....Los hombres que de la mano de la conducta racional, van con prostitutas y vuelven a ir, es porque realmente disfrutan.
Disfrutan de lo que podemos denominar un derecho de pernada democrático o un harén colectivo que sufragan a escote. Los varones, al mismo tiempo y como siempre han hecho, también quieren formar familias y tener hijos legítimos, transmitir sus genes, su apellido y su herencia. Y quieren esposas compañeras que colaboren o se subordinen a ese proyecto de vida. Pero, por qué habrían de renunciar a algo que la sociedad en general y los proxenetas en particular les ponen en bandeja.
Mujeres. ¿Por qué habrían de renunciar a las mujeres? La idea que subyace a la ideología de la prostitución es, finalmente, la de que todo varón tiene derecho a ambas cosas, a tener su vida familiar y ordenada con una igual, con una compañera que les otorga respetabilidad para su vida profesional y tal vez también delante de sus padres e hijos. Y que tiene derecho a disfrutar a lo largo de su vida de los cuerpos de mujeres que pueda y quiera pagar.
Los hombres del siglo veintiuno, inmersos en la sociedad de la información, son conscientes de que existe la trata y el proxenetismo y de sus escalofriantes cifras, pero como clientes parece que les da igual. Lo que preguntan es el precio y los servicios. Si nos guiamos por los anuncios en la prensa demandan sumisión y lascivia. La idea fuerza que subyace a los anuncios es “te hacemos lo que quieras”. A ellos está dedicado este texto escrito por una mujer que se retiró de la prostitución hace dieciséis años: “El prostituyente cliente es el más perverso, consciente o no, es el que produce todo el círculo, produce la red de trata (…) porque es él que busca a la chica, sea cual sea la situación en que esta se encuentre”.
Las reflexiones y los argumentos expuestos se resumen en una pregunta lanzada a ese espacio público : ¿Qué tipo de mundo están construyendo los hombres que con su demanda determinan la existencia de la prostitución? Un mundo más injusto en el sentido fuerte de la palabra. Un mundo en el que cada día tiene menos sentido la máxima de que las personas no son medios sino fines en sí mismas. La prostitución de mujeres es para los hombres una escuela de egolatría y prepotencia y la negación de toda empatía, donde priman sus deseos y no importa en absoluto lo que vivan y sientan las mujeres prostituidas. Es una auténtica escuela para aprender e interiorizar las relaciones de desigualdad.
Ana de Miguel Álvarez
Profesora Titular de Historia e Instituciones Económicas y Filosofía Moral
Universidad Rey Juan Carlos
http://www.apramp.org/upload/doc176_prostitucion%20de%20mujeres%20escuela%20desigualdad%20humana.pdf
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