Imelda sufrió violencia sexual desde que era una niña. Desde aqui nos sumamos a las organizaciones de defensoras de derechos humanos y demandamos libertad para Imelda, ella no cometió ningún delito.
Imelda fue víctima de violencia sexual sistemática, desde que era una niña. Tenía 12 años cuando su padrastro, Pablo Henríquez, de 70 años, de quien quedó embarazada, la comenzó a agredir.
Frente a esta realidad el Estado salvadoreño transgrede los derechos humanos de las mujeres y niñas cuando debería encargarse justamente de protegerlos.
No nos extraña esta actitud de la justicia, los valores patriarcales que nos han colocado a las mujeres cual vasijas portadoras del semen de otro, anteponiendo ese semen a nuestra vida sigue culpándonos sin protegernos.
Estos estado patriarcales son leales y comprensivos con los agravios que sus camarillas cometen y reafirman leyes ilegitimas que los protegen y nos condenan.
Requerimos que se analicen situaciones como la de Imelda, víctima del descuido del estado que no educa, ni protege, que no administra información o medios para que las niñas como Imelda no tengan embarazos indeseados y no castiga a los violadores y abusadores para terminar con sus violencias y agresiones.
Anotamos las palabras del teólogo Daniel C. Maguire, "los legisladores no están nombrados en sus cargos para tratar de crear políticas que reflejen sus propias ideas privadas del bien. El ideal de gobierno no es hacer que sus visiones morales privadas se transformen en la ley del país, sino preservar una sociedad en la que los desacuerdos legítimos puedan disputarse en un contexto de respeto mutuo"
Las autoridades Salvadoreñas siguen atendiendo los consejos de la iglesia del siglo IV: Los padres de la Iglesia Basilio el Grande y Gregorio de Nisa declararon en conexión con el estoicismo, que la animación del germen humano tiene lugar en el instante mismo de la concepción porque el alma entra en el útero junto con el semen. Siguen también, estas autoridades, los criterios de Tomas de Aquino del siglo XIII que pensaba que en la procreación, la mujer sólo contribuye con su útero, que es como un campo arado en el que se ha sembrado una semilla. Tristemente los avances en derechos humanos parecen haberse detenido en esos tiempos en El Salvador .
https://www.elsalvador.com/opinion/editoriales/495506/es-hora-de-saldar-deudas-con-las-ninas-y-mujeres-salvadorenas/
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