La violencia, en especial contra la mujer y contra la niñez y la adolescencia, es un grave problema social que todos debemos erradicar y ante el cual no debe existir tolerancia alguna. Actualmente, existe una campaña de desinformación muy fuerte en el país, con claros intentos de desestabilización. La campaña viene de los grupos más conservadores y reaccionarios del país, con apoyo de ONG internacionales.
La Ley orgánica integral para prevenir y erradicar la violencia de género contra las mujeres, tuvo una amplia mayoría en la Asamblea Nacional, en noviembre del año pasado. 81 de 122 asambleístas presentes votaron a favor de la ley. Esta ley, en buena hora, sienta las bases para actuar contra la violencia de género.
El Presidente de la República emitió el Reglamento General a la Ley, vía decreto ejecutivo 397, el 15 de mayo de 2018, y ordenó su implementación a los ministerios del Ejecutivo, y en lo concreto la formulación de los contenidos educativos al Ministerio de Educación. Los términos del Decreto Ejecutivo sobre enfoque de género, nueva masculinidad, y otros, que son aceptados por Naciones Unidas y sus agencias internacionales, son exactamente los mismos a los de la ley. Luego, la semana pasada, se aclararon los contenidos educativos para hacerlos de fácil acceso para todos.
Hoy, el Ministerio de Educación es el foco de presión y de una burda campaña, ante la falta de responsabilidad de otros actores por sus decisiones (81 asambleístas que no salen a defender la Ley que aprobaron). El ministro de Educación, Fander Falconí, se ha convertido en un defensor coherente de los derechos humanos. Es importante que en está causa no retrocedamos por presión de los sectores más reaccionarios del país.
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