Las acciones formativas que se diseñen deben ofrecer al personal sanitario instrumentos útiles para la intervención en violencia hacia las mujeres.
Para enfrentarse a esta tarea profesional se debe contar con un soporte instrumental que proporcione seguridad y evite la revictimización de las mujeres. En este sentido estrategias de afrontamiento como la contención, la escucha activa, el manejo de la subjetividad con relación a la víctima o el aprendizaje de la intervención en crisis son algunas de las habilidades que deben estar previstas en el diseño de la formación.
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