María Siguero Rahona 1 de Marzo 2016
Aunque yo no me sentí víctima de
ello hasta que, a los 43 años y sin hijos, no encontré otro trabajo y me lo
tuve que inventar aprovechando mi “cultura enciclopédica” como decía hace meses
el Pais Babelia que era la de los editores, en mi caso de partes de la
enciclopedia al menos.
Y
cuando llega el 8 de marzo, desde el 80,
además de las injurias y violencias infringidas sobre las mujeres en
todo el mundo, (estos días nos sobrecogen los asesinatos de 3 mujeres
argentinas viajeras en Ecuador) siempre recuerdo las ofensas a la inteligencia
de todas las demás mujeres por parte de tantos hombres chisgarabís que hacen
como que no va con ellos el tema del reconocimiento de la creatividad femenina
y el regocijo por su disfrute por toda la población.
Clara Gangutia pintando en el caballete |
Es peor en
la Academia de Bellas Artes. Tiene 56 sillones y no sé muy bien qué hacen esos
académicos sino recibir un honor de por vida, quizá por eso Antonio López no ha
hecho el discurso de entrada todavía. Y solo hay 4 mujeres, un 7,14%. Hay 29 artistas plásticos incluyendo a la
pintora sevillana, soltera, Carmen Laffón y recientemente a la fotógrafa
Cristina García Rodero. Hay 11 músicos y
musicólogos incluyendo a Teresa Berganza.
Hay 10 profesores de Arte, entre ellos Estrella de Diego, discípula de los más mayores académicos Bonet Correa y
Calvo Serraller. Hay 2 cineastas, 1 archivero, 2 abogados y J.L.
Álvarez Álvarez que fue ministro del 80 al 82.
Pero no estuvieron las pintoras fallecidas no hace mucho (a veces
casadas con académicos) Amalia Avia,
Ángeles Santos Torroella o Esperanza Parada.
Ni están pintoras de más de 60 años como la esposa de Antonio López,
María Moreno, o Isabel Quintanilla, o Marta Cárdenas, esposa de un músico
académico, o Clara Gangutia, que fue
discípula de Antonio López y pinta como dios.
Y ya no
digamos la cantidad de museos de pintoras y exposiciones de pintoras antiguas
que hay fuera de España y de las que
aquí ni se enteran ni traen por tanto. Lo mismo ocurre con compositoras y
creadoras en general. ¡Ah! y también
recuerdo que la Academia de la Lengua debería tomar posesión del “Pazo” de
Meirás y convertirlo en museo y centro de estudios de la dueña verdadera, la
escritora Emilia Pardo Bazán. Pero
¿cambiará alguna vez la perspectiva machista de la creación en España?
María Siguero Rahona, directora de la Editorial Bercimuel, Colmenar viejo, Madrid.
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