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lunes, 2 de diciembre de 2013

Conciliación del trabajo doméstico y extradoméstico


Tradicionalmente en todas las sociedades, la división del trabajo según sexo se va perfilando a través de los años de formación familiar. Si bien en todos los países de la región ha aumentado el número de mujeres que ingresan a la fuerza laboral, la respuesta de la sociedad a las necesidades cambiantes de las familias ha sido lenta. Todavía la mayor parte de la carga de las tareas de cuidado recae sobre las mujeres inclusive cuando los hombres están iniciando una paternidad más activa, siguen teniendo una escasa participación en el trabajo doméstico.
No obstante la creciente y acelerada incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, éstas continúan enfrentando serias dificultades para conciliar su actividad en el mercado laboral con el trabajo no remunerado doméstico y de crianza, sobre todo, cuando la división sexual del trabajo en el hogar ha
experimentado escasas alteraciones, lo que provoca sobrecargas de trabajo que suelen traducirse en fatiga, estrés y depresión en las mujeres; además de constituir un importante freno para sus carreras laborales y para logro de autonomía e independencia económica.
Un aspecto que todavía no se ha desarrollado suficientemente en la región, es el estudio sobre la utilización y distribución del tiempo de las personas, el cual puede reflejar de manera muy significativa la organización de la vida familiar. En los pocos estudios que se han llevado a cabo en este campo, se revela que hay diferencias sustantivas entre el tiempo que hombres y mujeres dedican a las actividades domésticas del cuidado del hogar, se observó que la responsabilidad de estas actividades recae en las mujeres; estas diferencias están relacionadas estrechamente con la preconcepción en torno a los papeles que tradicionalmente se asignan a hombres y mujeres en la sociedad en donde no se atribuye valor económico a estas actividades, a pesar de las horas que las mujeres invierten en actividades indispensables para el hogar como son el acarreo del agua y la leña.
En general, las políticas de población y económico-laborales en los países de la región, se construyen a partir de un discurso dominante, que asume la maternidad como una responsabilidad exclusiva de las mujeres eludiendo o ignorando los efectos que aquellas tienen sobre las posibilidades para compatibilizar el trabajo doméstico no remunerado con el trabajo remunerado.
Estas formas de discriminación se manifiestan en la ausencia de políticas y programas sociales que concilien las obligaciones y responsabilidades del ámbito reproductivo y productivo.

http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/1/26731/Guia%20asistencia.pdf

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