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domingo, 4 de agosto de 2013

Joana Vasconcelos



Joana Vasconcelos, (París, 8 de noviembre de 1971) es una artista plástica portuguesa contemporánea, residente en Oeiras.

Considerada una de las artistas más destacadas de la última década. Se graduó de AR.CO en 1996.
Habitualmente trabaja con la escultura y la instalación. Su obra más famosa, Néctar, pertenece a la Colección Berardo y se expone en el Museo de la Colección Berardo de Lisboa. Muchas de sus obras figuran en colecciones privadas en Europa. En la Bienal de Venecia en 2005, fue la artista representante de Portugal con La novia. Ha ganado varios premios, incluyendo el Concurso del Berardo Museum.
En febrero de 2008 inauguraró en la Pinacoteca de Sao Paulo Contaminación, descrito como "Un cuerpo de textiles, de colores, deforme y tentacular".
El 30 de junio de 2009, una de sus obras, titulada Corazón de oro independiente se subastó en Christie's por 192 mil euros. La pieza fue vendida a un coleccionista británico anónimo, que la prestará al Museo Berardo de Lisboa.
En el año 2012, expuso una selección de sus obras en el Palacio de Versalles. Se convirtió de este modo en la primera mujer artista en exponer sus obras en este palacio barroco. La exposición se convirtió en un éxito por el marcado contraste que se establecía entre el ambiente histórico del palacio y las sorprendentes obras de Vasconcelos, muchas de ellas instalaciones con telas, plumas, zapatos gigantes confeccionados con cacerolas o figuras envueltas en una especie de fundas de ganchillo.

Joana Vasconcelos: 'Soy un caso muy loco del mercado del arte'

La artista portuguesa participó el pasado viernes en un encuentro organizado por la Feria de Arte y Antigüedades de Maastricht (TEFAF) para hablar sobre las fluctuaciones del mercado del arte y las 'estrategias' para controlar los precios de los artistas, tanto emergentes como consolidados. Una de sus grandes instalaciones recibe a los visitantes de la 26 edición de TEFAF. Se trata de 'Mary Poppins', un gigante candelabro de tela valorado en 300.000 euros. Esta creación sigue la estela de las que mostró en el Palacio de Versalles de París en 2012. Vasconcelos fue la primera mujer (y la artista contemporánea más joven) que expuso sus obras en aquel espacio, por el que ya habían pasado nombres como Jeff Koons o Murakami.

Pregunta-. ¿Qué le parecen todos estos análisis sobre la 'manipulación' de los precios en el mercado del arte?

Respuesta-. Es una oportunidad para tomar conciencia de la realidad y pensar qué va a pasar con tu obra en el futuro. Se estudia la relación entre las exposiciones, las subastas y el mercado del arte... y yo lo vivo todos los días. Mirar ejemplos de otros artistas te da noción de que formas parte de este sistema: la gente estudia casos como Warhol o Picasso, pero un día tu carrera estará en ese gráfico.

P-. Estos estudios confirman que el precio y calidad del artista son dos cosas muy diferentes...

R-. Exacto, no tienen nada que ver. Tú no creas pensando en formar parte de un chart (gráfico) en 10 años, pero el lado económico existe, y es importante. Cuando haces la obra y se vende por primera vez luego empieza todo un camino que no controlas. Los cambios de colección en colección, las subastas... es todo un mundo en el que el artista ya no tiene nada que ver. La obra tiene toda una vida que tú miras desde fuera.

P-. Una obra suya alcanzó los 500.000 euros en una subasta cuando aún era relativamente poco conocida. ¿Cómo fue la explosión de sus propios precios?

R-. En cinco años pasé de 1.000 a 500.000. Soy uno de los casos muy locos del mercado. Pero me da igual: creo que hay una gran abstracción en los números. Para mí, la realidad es que hay una buena pieza o no. Creo en la obra, no en la cifra que pueda alcanzar. Tú sigues haciendo tu cosas, y luego un día 'te dicen' que lo que haces cuesta medio millón y te quedas alucinada.

P-. 'Te dicen'.

R-. Sí. Los galeristas, las subastas... Cuando me enteré de que los zapatos ('Marilyn', un enorme par de tacones hechos con ollas de acero inoxidable) se habían vendido por medio millón... Conocí al coleccionista ayer, y me pregunté: "¿Cómo este tío ha pagado tanto dinero por mi obra?". Si me preguntas si puede valer eso... Sí, ¿por qué no? Es un mundo muy complicado. Por ejemplo, no puedes estar en una gran galería si no tienes precios de gran artista. Y si haces subastas como aquella, quiere decir que aguantas en el mercado, así que te conviertes en una persona interesante para las galerías. Si no has pasado por esto, no te quieren. Cuando empecé no tenía noción de todo esto.

P-. ¿La actividad de estos grupos determina la evolución de los precios, entonces?

R-. No, no necesariamente. Los coleccionistas son los que ponen tu obra en una subasta. El problema es que la subasta no es real, no es vinculativa. Lo que te indica es que alguien en el mundo ha decidido que tu obra podría costar más, pero eso no cambia el precio. Cuando hice la exposición de Versalles la gente me decía: "Cambiamos los precios antes, después...". No, no cambiamos. Las subastas son momentos -y hace un gesto de explosión-, pero no vas a estar siempre así.

P-. ¿Alguna vez ha hablado con algún coleccionista que haya comprado su obra sólo como inversión?

R-. Ése es el problema, cómo distinguir... Te apoyas en las galerías para saberlo, pero ellas también lo que quieren es vender. Vendí una obra a un coleccionista alemán muy importante con una buena colección. Estaba muy orgullosa de formar parte de ella, pero un año después estaba en Sotheby's. Le llamé pidiendo que no lo hiciera, pero el señor 'doesn’t give a shit' (le importaba muy poco, siendo elegantes). Eso te da una sensación de impotencia, de rabia... Pero el mercado es muy fuerte.

P-. Hemos visto las cifras de los artistas más cotizados, pero ¿cómo afronta la crisis un mid-career artist?

R-. Abrí mi nuevo taller en Lisboa en 2008 (con 33 artesanos de todo tipo trabajando en dos naves que abarcan 2.000 metros cuadrados). Cuando la crisis empezó lo hizo para la gente que estaba saliendo de las escuelas y entrando en las galerías. En aquel momento los coleccionistas dijeron: "Vamos a comprar lo que es 'establish', no vamos a apostar por alguien nuevo". Pero yo no estaba en un lugar ni en el otro. Además, formo parte de un grupo muy pequeño dentro del mundo del arte, el de la escultura monumental. Fue un momento de gran estrés, pero dijimos: "Si no vendemos nada este año, hacemos una escuela de arte". Habíamos estudiado cómo hacerlo, teníamos el espacio y los técnicos.

P-. Había un plan B.

R-. Claro. Pero resulta que empezamos a vender en nuevos mercados, me especialicé en grandes intervenciones internacionales... También tuve suerte porque ya había expuesto en la Biennale de Venecia en 2005 y 2007 (fue allí donde 'A noiva', una lámpara gigante hecha con tampones, la hizo famosa), y ya no era una desconocida. Fue un 'last minute shot' (un disparo en el último minuto), una oportunidad al límite. La crisis está siendo terrible para otros artistas. Me da rabia que gente muy válida esté teniendo tantas dificultades. Esta crisis nos afecta más a nosotros (Portugal y España) que al centro de Europa.

P-. Ha sacado el tema de los nuevos mercados. El informe TEFAF de este año se centra en China y Brasil. ¿Cuál es su experiencia?

R-. Vendo mucho en Brasil, el problema es que es muy proteccionista. Es muy difícil entrar en el mercado brasileño, pero la cantidad de coleccionistas que hay ahora es increíble. Hay todo un sistema de entrada muy complicado. China es más simple, pero tampoco es muy transparente para los europeos. Un día un galerista me dijo: "Si fueses brasileña tendrías lo mejor de los dos mundos: una gran producción, de calidad, pero también muchos coleccionistas". Pero vengo de un país donde no hay coleccionismo, no hay 'art market'.

P-. ¿Por qué no se instala en Brasil, aunque sea temporalmente, para elaborar y vender allí con menos restricciones?

R-. No. No podría llevar a todo mi equipo y controlar toda la producción. Mis piezas no se hacen con sistemas industriales, es todo manual. Cuando haces las cosas punto por punto tienes que seguir todos los pasos, y sólo puedes hacerlo cuando estás cerca de la obra. Trabajo como en los grandes talleres antiguos: estoy presente en todo momento. No me hace gracia hacer unos dibujos y mandarlos a hacer donde sea.

P-. ¿Y cómo ve el mercado europeo?

R-. Hace años empecé a vender mucho en España y Brasil, pero eso ha ido cambiando hacia Francia. Llegué a coleccionistas más grandes, más potentes, y de allí salté a Londres. Aquello cambió las cosas, porque Londres no vende para Reino Unido, vende para el mundo: turcos, rusos, árabes... (en 2012 acaparó el 23% del valor de las ventas mundiales). Es un mercado mucho más abierto que el francés. El francés es muy bueno, porque es seguro, europeo, conoces a la gente, puedes hacer un cierto seguimiento sobre tu obra. Pero cuando entra en el mercado inglés y se vende no sabes más qué pasa con ella. Tuve suerte de llegar a Londres cuando la crisis no era tan fuerte. Bueno, en realidad son los ingleses los que están en crisis, no Londres
E. Vasconcellos

http://www.joanavasconcelos.com/index.aspx
http://es.wikipedia.org/wiki/Joana_Vasconcelos
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/15/cultura/1363364821.html
http://www.joanavasconcelos.com/det.aspx?o=871&f=347
https://www.artsy.net/artist/joana-vasconcelos

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