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sábado, 22 de enero de 2022

Una mirada violeta como meta de autoconocimiento, autocuidado y sororidad para este 2022



Algo que me encanta de nuestra comunidad feminista  es lo mucho que vamos aprendiendo unas de otras, sobre todo ahora que los vientos de la virtualidad soplan a nuestro favor permitiéndonos compartir experiencias, reflexiones, saberes, sentires, pensares y pesares con nuestras iguales en cualquier parte del mundo en donde se encuentren!

A mediados del pasado diciembre 2021, en el programa Somos Disruptivas de Anilú Zavala transmitido en la página de Violeta Radio, hablaron sobre el tema de los deseos y las navidades en relación a lo que estas celebraciones implican para nosotras las mujeres.


Después de escucharlas hablar de las fiestas decembrinas desde una perspectiva feminista y de que tanto nos hace felices o no a las mujeres,  la forma tradicional en la que participamos, reiteré mi convicción de lo diferente que se se ve y se vive el mundo desde el feminismo.

Hay todo un universo de desigualdades y violencias sucediendo en la cotidianidad que hemos vivido y vivimos,  pero que sin embargo nos pasan inadvertidas como parte de la normalidad de la vida, esto debido a la estructura familiar, social, religiosa y cultural en la que muchas de nosotras fuimos o somos educadas.

Estas reflexiones me llevaron a recordar, la cantidad de veces que como facilitadora de grupos de apoyo para víctimas de violencia de género intrafamiliar, escuché a mujeres contar con la mirada perdida en un mundo que parecía estar vacío y a la vez lleno de nostalgias y deseos, en una especie de melancolía permanente pero que por alguna razón que ellas mismas no comprendían se acentuaba más después de las celebraciones de navidad y año nuevo, cosa que después de entristecerlas decían que terminaba por hacerlas sentir culpabilidad y enojo contra sí mismas.

Desarrollar una mente crítica para poder verme a mi misma a través de las gafas violeta, mi historia, la historia de las mujeres que han acompañado mi vida, el mundo pasado y presente del llamado segundo sexo, ha sido un proceso largo pero necesario para meditar y re significar todas las cosas que de otro modo me hubiera sido imposible.

El modelo patriarcal, religioso y capitalista en el que la mayoría de las mujeres españolas y latinas hemos sido criadas, nos arriesga a lo sufriente e insatisfecha vida de las madresposas de las que tanto y tan bien nos habla la antropóloga, profesora y feminista Marcela Lagarde en su libro Los cautiverios de las mujeres, publicado en 1993.

Es difícil poder movernos y romper las cadenas de la sumisión femenina, del servilismo,del vivir por y para los demás, especialmente porque por lo general ni siquiera estamos conscientes del abuso y la opresión en la que vivimos,… “quien no se mueve no siente las cadenas”…sabias palabras de la filósofa, revolucionaria y política polaca Rosa Luxemburgo nacida en 1871.

El feminismo me permitió ir concientizándome gradualmente de mi propia situación de ataduras y la parte de responsabilidad que yo tenía de cambiarla, pero también me ha ayudado a poder entender los muchos porqués de los largos silencios de algunas mujeres durante las reuniones de consejería, en esa actitud de satisfacción mezclada con tristeza que presentaban, muchas coincidían en que solían quedarse paradas frente al espacio vacío que dejaban el arbolito de navidad y los muchos regalos que habían hecho realidad los deseos de toda la familia, menos los de ellas.

Han pasado casi seis décadas desde que Betty Friedan publicara La Mística de la Feminidad, mencionando ese malestar sin nombre del que sufrían las amas de casa de la época, y a pesar de los muchos avances del feminismo y de todo el famoso empoderamiento femenino actual , la verdad es que un gran número de esposas y madres, siguen padeciendo ese mismo malestar que a final de cuentas no es otra cosa que el vacío interior y la infelicidad que produce la falta de realización personal, el abandono de los sueños y el propio proyecto de vida para cumplir las expectativas y deseos de la pareja y de los hijos.

Enero es el mes de los nuevos comienzos, de los populares propósitos de año nuevo y sería genial que esta vez nosotras, el cuidado de nuestra salud física, mental, emocional y espiritual, el cultivo de nuestra intelectualidad, nuestros deseos personales y proyectos propios ocuparan el lugar número uno en nueva lista de metas por cumplir .

Invertir tiempo en el estudio de la historia de las mujeres, de las diferentes etapas del feminismo y de los feminismos contemporáneos, es invertir en el conocimiento nosotras mismas aprendiendo así,a desarrollar una mente crítica que nos permita identificar cada una de las prácticas machistas y misóginas que nos rodean y afectan, siendo una forma de lograr la verdadera autonomía de pensamiento y de decisión, siendo dueñas realmente de nuestro tiempo para poder auto cuidarnos y cuidar de las otras cohabitando con ellas en empatía, afidamiento y sororidad! 💜



Galilea Libertad Fausto 

 Agradecemso la imagen a Rosal de Mena https://www.instagram.com/p/CK9ySU6nOM5/

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