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domingo, 1 de abril de 2012

Conociendo nuestro cuerpo .

 
Texto escrito en 2006 . Pregunto : ¿ Han cambiado mucho las cosas ?  .

Carme Valls recordó sus años en la Facultad de Medicina de Barcelona, en los que se mantenía el principio de que el cuerpo del hombre y la mujer eran iguales, pero a la hora de estudiar siempre se hacía sobre el masculino. 
Posteriormente, en los años ochenta, el movimiento feminista denunció ciertos problemas de salud de la mujer derivados de la discriminación social y la violencia. Luego, en la década de los noventa, se puso de manifiesto que muchas mujeres eran víctimas de su propio cuerpo y de su biología. Hoy se admite que la salud de la mujer depende de factores biológicos, psíquicos y sociales, pero todo eso no se investiga, “somos invisibles para la Ciencia”. Puso el ejemplo, la doctora Valls, de un marido que al observar fallos en la memoria de su esposa y temer un principio de Alzheimer acudió con ella al médico. Allí se puso al descubierto que la paciente llevaba tres años tomando, por prescripción facultativa, dos antidepresivos, dos ansiolíticos y un hipnótico, en total cinco pastillas diarias porque en su día había tenido problemas familiares. Al ir reduciendo lentamente estas dosis, la mujer recuperó su lucidez. Conclusión: existe ligereza e improvisación científica al enfrentar los temas de salud femeninos. Los asuntos referentes a la violencia, a la salud laboral, incluso a la maternidad, no son preocupantes como cuestiones de investigación; uno de cada tres niños nace de cesárea, cuando la OMS acaba de manifestar que el 18 por ciento de las cesáreas son innecesarias. Nadie vigila a una mujer en el posparto, la materia referente a la menstruación es casi desconocida y sus irregularidades aún más. En cuanto a la menopausia, se han dado palos de ciego al aplicar terapias hormonales como fruto de estudios que apenas duraron seis meses; luego, la práctica ha delatado que aquéllas aumentan el riesgo de sufrir cáncer de mama. 

Todo ello es consecuencia de los estereotipos de género, que no son otros que considerar a la mujer como invisible, inferior, incapaz; seres para ser poseídos o controlados. En una palabra, agresión, poder, dominación, frente a la pasividad, debilidad, sumisión. Desde esa subyacente perspectiva, la salud de la mujer apenas se investiga.

CUCA ALONSO sobre el libro MUJERES INVISIBLES de Carme Valls


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