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sábado, 28 de abril de 2012

Las razones de la discriminación de la mitad de la humanidad





Desde la modernidad, hasta la fecha, han existido dos tipos de ciudadanías: una activa y otra defectiva. La primera, la de los varones, ha sido de pleno derecho y con roles que atraviesan todo el espectro de lo público, mientras que la segunda, la de las mujeres, ha significado el confinamiento al espacio de la maternidad y la domesticidad


Así, el lugar de hombres y mujeres en el espacio público ha estado determinado por las funciones sociales asignadas a cada sexo limitando que la libertad y la autonomía determinen la posición de cada individuo en la sociedad.
La relegación de las mujeres a la esfera de lo privado y al espacio de los sentimientos y afectos han sido medios eficientes y efectivos para apartar a las mujeres del ámbito de lo público, entendido como el espacio colectivo, de intereses comunes para la humanidad


Es la modernidad la que rompe con los privilegios y permite que los grupos sociales y las personas que forman parte de ellos se movilicen socialmente, no quedando predeterminados por su origen. Así “quien nace pobre puede morir rico”o dicho de otra manera, nadie nace destinado a mantener un vínculo indisoluble con su posición social. Se nace libre para obtener un lugar de acuerdo a las propias capacidades y a las condiciones externas en las cuales se desarrollan.
Los postulados en los cuales se basó la modernidad fueron: la universalidad de la razón, la emancipación de los prejuicios, la aplicación del principio de igualdad y la idea de progreso
A pesar del gran paso hacia la inclusión de la modernidad, los postulados no incorporaron a las mujeres, las mujeres que hasta hoy siguen viviendo en sociedades que las discriminan.

Las mujeres quedamos excluidas del proyecto de la Ilustración por diversas razones:

La idea del contrato social original establecía que los habitantes del estado de naturaleza cambiaban la inseguridad de una libertad natural por una libertad civil, protegida por el estado. De acuerdo a tal concepción cada individuo nacía libre e igual en dignidad y derechos lo que sin embargo, no se aplicó a las mujeres que permanecieron subordinadas a través de lo que Pateman denomina el contrato sexual, caracterizado por la sujeción a un varón: padre o marido. 

La exclusión encontró su fundamento en la adjudicación de espacios físicos y simbólicos que se conceptualizaron de manera diferenciada para hombres y mujeres. La relegación de las mujeres a la esfera privada ‑doméstica‑ fue el modo en que la tradición ilustrada y la ideología liberal justificaron la exclusión de las mujeres de dos de los principios básicos de la ilustración: igualdad y libertad. 

Uno de los teóricos que alimentó con sus ideas esta adjudicación de hombres y mujeres a espacios diferentes y jerarquizados fue Rousseau, quien señaló que todo aquello que puede ser nombrado como político, vinculado a la esfera pública, tiene su nacimiento en el pacto social. Es en el ámbito social donde se articula el gran pacto dentro del cual se realizan un conjunto de subpactos en torno a la religión, a las creencias, a los ordenamientos jurídicos, a las normas, leyes, etc.

Este espacio es para Rousseau un espacio masculino, entre pares. La subordinación femenina y su asignación ideológica al espacio privado tendrían, de acuerdo al autor un origen natural. Hay ciertas conductas de los seres humanos, según él, que necesariamente deben ser consideradas como naturales, no vinculadas con las conductas sociales y que determinan lo que cada uno de los sexos debe hacer en la sociedad. En su caso, las mujeres deben obedecer a los hombres

Las dos esferas se constituyen con lógicas y simbolismos contrapuestos: la esfera pública caracterizada por la universalidad e imparcialidad, la ciencia, el derecho, en términos generales por la razón, mientras que la esfera privada, complementaria de la anterior, se encuentra caracterizada por la particularidad, la parcialidad, los afectos, las emociones, etc


Es así como las mujeres, con una función dada por la naturaleza, esto es, la reproducción y, en consecuencia, excluidas del pacto social y relegadas al espacio de lo privado, han sufrido sistemáticamente la exclusión de los espacios públicos: las mujeres son consideradas en la sociedad a partir  de la inclusión como parte del orden de la naturaleza, de lo que no admite la intervención humana. 
A las mujeres se nos aplicará la categoría de naturaleza, a todas y a cada una frente al universal masculino, el hombre. Para ello se requirió darle a las mujeres la categoría de la nuda vida, como pura naturaleza biológica porque “lo femenino”, “la mujer”, “la alteridad”nos sitúa en el ámbito de lo sagrado, de lo inviolable y vulnerable, al mismo tiempo que intocable y sacrificable.
Todos los discursos morales hacia las mujeres tienen como objetivo demostrar que vivimos para los demás, nuestra vida son los afectos, hacia el marido o los hijos. La conformación de la identidad femenina se basó en tres pilares: la atracción natural entre los dos sexos, la dependencia de la esposa en relación al marido y la obtención de las aspiraciones a través del marido, negándole el “atrévete a pensar” de la ilustración.


Autoras
PAULA SALVO DEL CANTO
MARIELA INFANTE ERAZ

http://www.2015ymas.org/IMG/pdf/MUJERES_INTERIOR_v4.pdf

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