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miércoles, 21 de mayo de 2025

Intelectualizando el tema de la moda y el estilo


 Que escribir artículos o ensayos sobre estética y moda es abordar  temas frívolos; superfluos carentes de seriedad y de intelecto centrados en el glamour, vanidad y banalidad de la clase rica, es el criterio predominante en la sociedad y es una visión bastante reducida de las cosas. La realidad es que en el diseño y uso de las ropas caras o baratas, literal y literariamente hay mucha tela de donde cortar.

Más allá de estereotipos y opiniones hechas a la ligera, podemos reconocer a la moda como un lenguaje compartido que expresa formas de pensar ser estar y habitar el cuerpo, y como un lenguaje que expresa maneras de adaptarse a las turbulencias de un mundo en constante movimiento.

La ropa se transforma y habla del contexto social y político de cada época, de las circunstancias económicas, políticas, sociológicas y psicológicas de cada sector de la sociedad que la compone.  Pensemos por ejemplo en el papel de esta en las guerras, las dictaduras, y los diferentes movimientos sociales.

Un buen ejemplo de esto son los vestidos y otras confecciones elaboradas por las sufragistas, sus colores y bordados representaban su lucha por el voto femenino sí, pero también por la dignidad humana y el derecho a la vestimenta adecuada de las mujeres.

Analizar desde lo histórico y lo teórico el vestir de las diferentes realidades humanas, la relación directa de la ropa con la situación de vida de las mujeres y escribir sobre esto, equivale a mostrar el asunto como un fenómeno cultural y social digno de estudiar y narrar a partir de las diferentes áreas del conocimiento, y de la conceptualización política de la ropa femenina, partiendo de que lo personal es político y viceversa. 

En ese sentido, escribir sobre moda  tiene todo que ver  como dije antes con la historia de las mujeres, con el feminismo y la multiplicidad de sus perspectivas, con el  ejercicio personal de la crítica cultural y la teoría social ampliando la mirada hacia el estilismo, el capitalismo, el clasismo, el consumismo, el racismo, el indigenismo , el ecologismo y con varios ismos más que engloban el mundo fashion , ejercitándolo todo desde la autocrítica, la crítica y  la objetividad.

Así entonces, el narrar el sector de la ropa ya sea de alta costura o de moda económica y hacerlo con honestidad, nos obliga a una escritura que hable de lo que se ve y de lo que no se ve, de lo bonito y lo feo, de lo blanco y lo negro de esta multimillonaria industria. Detrás de cada vestimenta y los accesorios que la complementan, hay una historia de creatividad arte estilo y belleza, pero también de deterioro del planeta, y de muchas historias de bajos salarios, jornadas largas de trabajo, talleres y fábricas en malas condiciones, y acoso sexual a mujeres.

En consecuencia, el periodismo de moda hecho desde una perspectiva feminista aborda todos estos aspectos, y pone luz en el hecho de que en la industria de la moda el 80% son mujeres. Ellas diseñan, confeccionan, venden, y modelan la ropa y sin embargo, los puestos de liderazgo y poder en su alta mayoría siguen siendo ocupados por hombres.

Por otro lado, pero desde la misma óptica feminista hay que reconocer que históricamente, lo femenino y el feminismo han sido polos opuestos hasta tiempos muy resientes, ahora es que el cultivo y disfrute de una estética femenina comienza por lo menos en teoría a verse con otros ojos, como parte de los derechos de las mujeres a decidir en todo lo concerniente a su persona, personalidad, y vestimenta.

Tener poder sobre la propia imagen también es un acto revolucionario. El vestir a la moda y más aún crear un estilo propio, es un acto de emancipación, de libertad y de expresión de identidad.

Con todo y todo, las autoras de artículos y libros que hablan de estilo y moda por lo general  no son tomadas en serio ni como escritoras ni como feministas, de ahí que su trabajo continúa siendo estereotipado y excluido del canon de lo “importante”, no obstante, la realidad es que muchas de esas publicaciones han sido y son hechas por mujeres con un gran bagaje académico y compromiso feminista, ellas son las que han y están intelectualizando un tema considerado históricamente como “frívolo, superficial, irrelevante y femenino”, demostrando que alta literatura moda y feminismo no se contraponen.

Virginia Woolf, pensadora, intelectual y dueña de una de las voces literarias más eruditas y más importantes del siglo XX,  investigó analizó y escribió ampliamente sobre pensamiento, vestimenta, política,  moda y modales como parte de un todo, dándole a la ropa un lugar digno y serio en la alta literatura, igual que lo hicieran la periodista, escritora, poeta y crítica literaria española Emilia Pardo Bazán, y el escritor, poeta y dramaturgo británico Oscar Wilde.

Escribir sobre moda hoy en día sigue siendo relevante y por demás necesario  para observar el simbolismo y la trayectoria de las ropas, el significado actual que estas tienen tanto a nivel personal como colectivo, y por supuesto,  para reflexionar sobre el impacto que tiene  en la naturaleza y el medio ambiente su fabricación, su excesivo consumo y su desecho.

La moda está intrínseca en el pasado y presente de la humanidad, del arte y la literatura, podemos amarla, admirarla, portarla, lucirla y disfrutarla, podemos reconocer su belleza sin perder por ello la objetividad. La moda barata y la de alta costura están aquí dándonos la oportunidad de estudiarlas, analizarlas, criticarlas, y escribirlas, pero también de proponer nuevas formas sustentables igualitarias y justas de hacerlas!.


Galilea Libertad Fausto.

Ilustración: Gloria Steinem, foto de Frances McLaughlin.

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