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jueves, 29 de agosto de 2019

Recomendaciones para un tratamiento equilibrado de las mujeres inmigradas en los medios de comunicación.


1. Consultar a las mujeres inmigradas como fuentes, tanto de noticias que tienen que ver con la inmigración, como de cualquier noticia de interés político, económico, social o cultural.
En las noticias que tratan sobre inmigración, e incluso en las que hablan específi camente sobre las mujeres migradas, ellas no suelen ser consultadas como fuentes, sino que mayoritariamente se recurre a las instituciones públicas, los cargos políticos o la policía. Esto se relaciona con el hecho de que las temáticas tratadas en torno a la inmigración se centran mayoritariamente en el ámbito policial y judicial, reforzando la tradicional falsa representación de la migración como problema o confl icto y creando una percepción social negativa de la misma. En el caso de las mujeres inmigradas, se suele hablar de ellas en asuntos como la prostitución o la violencia de género.
A la vez, en los casos en que las personas inmigradas son consultadas, los medios se dirigen mayoritariamente a los hombres y por lo tanto, su protagonismo no se corresponde a la realidad, pues actualmente la inmigración en Catalunya se caracteriza por su feminización.
Más allá de las noticias centradas en inmigración, las mujeres inmigradas también deberían aparecer como expertas y/o opinadoras en diferentes cuestiones de interés social, lo cual contribuiría al reconocimiento de sus saaberes y aportaciones, actualmente invisibilizados. Una herramienta que puede facilitar el acceso a estas mujeres es el buscador de expertas del Institut Catalá de les Dones, disponible en www.cercadorexpertes.cat y la base de datos de asociaciones de mujeres inmigradas de la página web del Instituto, www.gencat.cat/icdones/guia.htm.

2. Dar protagonismo a las mujeres inmigradas en cualquier noticia de interés social, político, económico y cultural, especialmente en las noticias de economía y política.
Tanto de un reciente estudio del CAC (relativo al sector audiovisual) como de la investigación realizada también recientemente por ACSUR (prensa) se desprende que la sección desde la cual más se habla de las mujeres migradas tanto en los informativos televisivos como en la prensa es sociedad. Las mujeres son representadas minoritariamente en crónica política, trabajo o deportes. Este défi cit refl eja la posición desfavorable de las personas inmigradas y las barreras para acceder a la participación política en nuestro país.
Por otro lado, en los informativos, resulta difícil conocer las aportaciones en positivo de la inmigración y en concreto, de las mujeres inmigradas, porque no se muestran como ciudadanos y ciudadanas en situaciones cotidianas, sino como sujetos pasivos que aparecen puntualmente en el marco de sucesos ocasionales.
Y por lo tanto, el reparto tradicional de los roles público y privado asignados a los hombres (público) y a las mujeres (privado) se refuerza. Si queremos ofrecer una representación de las mujeres migradas más ajustada a la composición real de la sociedad catalana, es necesario visibilizar sus aportaciones en todos los ámbitos de la vida. Si queremos que no se excluya una parte importante de la sociedad de las informaciones (el 15% de la población catalana es de origen inmigrado según datos oficiales del padrón, a pesar de que si se incluyen las personas no empadronadas este dato es superior), hay que difundir sus opiniones y conocimientos, velando especialmente por incorporar las de las mujeres, al respecto de cuestiones estructurales que afectan a la sociedad de la cual forman parte.
Es fundamental dar datos desagregados por sexo, origen y edad en determinadas informaciones sobre acontecimientos de trascendencia, que tienen un impacto diferenciado según el género, el origen y la edad y que nunca se tiene en consideración.
Por ejemplo, en un hecho de centralidad informativa como es la crisis económica, pocas veces se visualiza específi camente cómo afecta el grupo de mujeres inmigradas. Dar esta información, hace ganar profundidad a la perspectiva de la noticia. Ahora bien, hay que distinguir entre dar datos desagregados por sexo en temas generales de importancia social y distinguir el origen de las personas cuando hacer esta distinción refuerza estereotipos, se asocia el origen a un delito o no se añade ninguna información relevante.
Por ejemplo, en el caso de noticias relacionadas con la violencia machista no hay que destacar el origen de la víctima.

3. Hacer uso de un lenguaje inclusivo y no discriminatorio hacia las mujeres inmigradas. El lenguaje androcéntrico (el uso de un genérico masculino como expresión de toda la humanidad que oculta las mujeres y las inserta en una falsa neutralidad), opera todavía más perversamente en las migradas. Titulares como “Los inmigrantesresidentes en el estado envían a sus países de origen más de 6.000 millones de euros”, ocultan por un lado, la feminización de la migración y por el otro, las conclusiones de las investigaciones internacionales de los últimos años que señalan que las migradas, a pesar de percibir salarios menores y trabajar en ocupaciones más precarias y temporales, envían más dinero a las familias de origen y de forma más continuada.
Existen numerosos manuales y documentos que proporcionan herramientas que facilitan la utilización de un lenguaje no sexista. Hay que tener en cuenta estos manuales y también disponer de conocimientos reales sobre las características específi cas de la inmigración femenina que permitan al o la periodista dimensionar correctamente la inexactitud de las informaciones cuando se utiliza un lenguaje sexista

4. Utilizar imágenes respetuosas de las mujeres inmigradas y que den cuenta de su diversidad.
En muchos casos las imágenes de las mujeres se utilizan exclusivamente para ilustrar noticias sobre inmigración que no las tienen en cuenta específi camente y para la elaboración de las cuales, ellas no han sido consultadas. A menudo estas fotografías destacan las vestimentas y costumbres más exóticas en unos casos y objetivizan sexualmente las mujeres en otros, reforzando así la consideración de las mujeres inmigradas como seres pasivos y la distinción entre “ellas” y “nosotros”.
Hay que evitar la objetivización sexual de las mujeres inmigradas en las imágenes que acompañan algunas informaciones y mostrar a mujeres inmigradas realizando actividades diversas y en marcos y situaciones variados. Es especialmente importante difundir imágenes de mujeres musulmanas con diferentes indumentarias, en cuestiones no sólo ligadas al tema del velo y realizando actividades y roles variados que las representen como sujetos con agencia e iniciativa y no como seres inertes y con escasa autonomía y poder.

5. Reflejar en las informaciones la variedad de roles, ocupaciones, situaciones e identidades de las mujeres inmigradas. Según el estudio del CAC mencionado, la población migrada aparece en los teleinformativos en tres roles principales (personal, económico y asociativo), pero en el caso de las mujeres migradas, el peso del rol personal es especialmente acentuado (40,1% de su tiempo de palabra total ante el 27,5% de los hombres). Conclusiones similares se derivan del estudio de ACSUR sobre la prensa catalana, que señala también cómo se destaca mayoritariamente el rol tradicional de las mujeres como “madres y esposas” y como trabajadoras domésticas.
Dar una imagen homogénea de las mujeres inmigradas no debe entenderse negativamente sólo en términos éticos por lo que tiene de simplismo y promoción de prejuicios hacia estas mujeres.
Se tiene que interpretar en términos negativos por lo que tiene de falta de profesionalidad al dar una información parcial y falseada de la realidad.
Frente a esto, hay que acordar que las estadísticas evidencian la feminización de la inmigración. La caducidad del modelo de reagrupamiento familiar en que el hombre llegaba primero y,después llegaban la mujer y los hijos/as, como en muchos casos, son ellas las que llegan solas para sacar adelante proyectos de realización personal que van más allá de la maternidad: estudios, trabajo, etc. En muchos otros casos llegan solas dejando familia, hijos e hijas en los países de origen, cosa que no denota precisamente un rol dependiente, pero esta autonomía no se acostumbra a destacar casi nunca. Y, en muchos otros, las mujeres llegan como exiliadas políticas procedentes de países en conflicto.
Más allá de esto, las identidades de las mujeres inmigradas son múltiples y cambiantes: las mujeres inmigradas trabajan en el servicio doméstico, pero también son médicas, abogadas, músicas, escritoras, periodistas, son heterosexuales pero también lesbianas, transexuales, jóvenes, adultas, gordas, delgadas, altas, bajas, alegres, tristes, rápidas, lentas, habladoras, calladas, cuidadosas, descuidadas, dulces, contundentes... porque no hay un solo modelo de ser mujer ni un solo modelo de ser mujer inmigrada.

6. Dar valor al trabajo reproductivo y del cuidado.
En el caso de las trabajadoras domésticas, la infravaloración de su dedicación se enmarca en el contexto del actual sistema capitalista y patriarcal que tiene como principal objetivo el crecimiento económico, aunque este sea a expensas de la vulneración de los derechos fundamentales de las personas y del medio ambiente.
En este contexto, las tareas históricamente desarrolladas por las mujeres asociadas al mantenimiento de la vida, se han valorado y, se valoran menos, que las tradicionalmente desarrolladas por los hombres, asociadas al ámbito público y productivo.
El resultado de esta división sexual del trabajo es que sorprendentemente, a pesar de que las actividades realizadas mayoritariamente por las mujeres son las que sostienen y permiten la vida, han pasado a un segundo término, de forma que se tiende a desconsiderar las aportaciones al trabajo del cuidado y reproducción.
Hay que hacer una refl exión consciente para poner de nuevo en el centro del debate aquello que es verdaderamente importante: la vida. Sólo de este modo seremos capaces de valorar en toda su importancia, lacontribución de las mujeres en general y de las mujeres inmigradas muy especialmente. Y de transmitir lo valioso e impagable de su tarea. Desde algunos espacios que se están volcando en revalorizar el trabajo del cuidado se dice que la sociedad tiene una deuda histórica con las mujeres que hay que subsanar y en este caso, hay que tener muy presentes a las mujeres inmigradas.
Por otro lado, la infravaloración de las mujeres inmigradas que se dedican al ser vicio doméstico, se ve agravada por la omisión de información de contexto sobre los diferentes problemas legales o administrativos para que mujeres profesionales de varios sectores puedan homologar sus titulaciones universitarias en el estado español. También se suele omitir que con su trabajo estas mujeres están permitiendo que las mujeres y los hombres autóctonos puedan evadirse de las tareas de cuidado para su propio sostenimiento y de sus familias, y centrarse exclusivamente en las asociadas a su profesión. Con esto, las mujeres inmigradas están sosteniendo la crisis del cuidado de las sociedades europeas y trasladando los efectos negativos a sus países de origen, donde
sus hijos e hijas deben quedarse a cargo de terceras personas. A menudo es lo que se conoce como “cadenas transnacionales del cuidado” y que son consecuencia, de nuevo, de un sistema capitalista patriarcal que no sitúa las necesidades de la vida por encima de las del mercado inventando mecanismos para sacar adelante un modelo social imposible.

7. No mostrar a las mujeres inmigradas exclusivamente como víctimas necesitadas de ayuda ni destacar su origen cuando se habla de violencia o prostitución.
La representación de las mujeres inmigradas en los medios de comunicación responde a una lógica binaria simple: o tienen problemas o generan problemas. Por lo tanto, se las construye o bien desde la compasión o bien desde el miedo. O lo que es lo mismo, son seres con necesidad de protección o se las criminaliza.
En definitiva, hay que tener cuidado de no transmitir una imagen simplificada de las mujeres inmigradas, ya sea como víctimas o como heroínas. Se trata de dar informaciones que directa o indirectamente den cuenta de la complejidad y la variedad de las mujeres inmigradas, que vayan más allá de lo que puede parecer a simple vista, que estén basadas en una investigación profunda y seria de los hechos sobre los cuales se informa.
En este sentido, cuando se está hablando de cuestiones que socialmente se asocian a ilegalidad o conflicto como por ejemplo la prostitución o la violencia machista, conviene no señalar el origen de las mujeres cuando de este se pueda otorgar una asociación de causa efecto entre el origen y el hecho y no implica ningún otro valor añadido a la información.

8. Dar información de contexto.En muchos casos, el tratamiento de las noticias sobre las mujeres inmigradas incluye una información de contexto parcial que deriva en la negativización del comportamiento de las mujeres inmigradas y positiviza el comportamiento del país de acogida.
Por ejemplo, es frecuente la vinculación de manera más o menos implícita, de la violencia machista con determinadas culturas, obviando que esta es una lacra presente en todo el mundo sin distinción de clase o etnia. También se obvian la mayoría de las veces, los factores de riesgo que suponen los impedimentos de la ley de extranjería actual. De acuerdo con esta ley, las mujeres inmigradas que no disponen de una situación regularizada en el estado español, se enfrentan a que se les pueda abrir un expediente de expulsión si no consiguen una sentencia condenatoria contra el agresor, cosa que no es tan fácil: en el año 2009 se archivaron el 46% de las denuncias y se absolvieron el 48% de los agresores .
De forma que el foco se pone en la cultura de origen y no en los recursos y herramientas que da el país de acogida.

9. Fomentar la presencia de nuevos y nuevas catalanas en los medios de comunicación, tal como figura en el Pacto Nacional por la Inmigración de diciembre de 2008, velando especialmente por la incorporación de mujeres.
Más de setenta periodistas procedentes del estado español e Italia coincidieron que la ausencia de periodistas de origen extranjero en los medios de comunicación generalistas no puede seguir siendo ignorada. Esta fue una de las conclusiones principales de la II Jornada de Periodistas de Medios para la Inmigración, organizada por el Sindicato de Periodistas de Catalunya (SPC) en julio de 2010 en Barcelona. El debate de las cuotas impulsó la necesidad de determinar una fórmula a través de la cual se fomente la presencia de los nuevos y nuevas catalanas en los medios de comunicación, y se asegure la participación de los y las inmigrantes en los diferentes procesos de la comunicación, tal como fi gura en el Pacto Nacional por la Inmigración de diciembre de 2008. Este Pacto ha sido suscrito entre otros, por organismos como el Colegio y el Sindicato de Periodistas pero lamentablemente no ha sido suscrito por gran parte de los medios de comunicación catalanes.

10. Formación en género y diversidad de los y las periodistas.
Las recomendaciones anteriormente señaladas requieren agudizar la mirada para poder ser aplicadas, pues la mayoría de los aspectos señalados no son visibles a primera vista. Y es que son tantos años de mirada androcéntrica que hay que realizar esfuerzos especiales para alejarse de esta mirada supuestamente objetiva, que es en realidad subjetiva y parcial. Para esto hace falta una formación específi ca de los y las periodistas. Pero no una formación teórica alejada de la realidad, sino una formación vivencial, que utilice las técnicas de la educación popular, que-muestre claramente como todos y todas compartimos la carga que nos impone la construcción que socialmente se ha realizado de nuestro sexo, nuestro origen y nuestra clase y permita visibilizar aquello que nos acerca tanto como aquello que nos separa. En este sentido, es importante contar con una formación específica y suficiente en las facultades de periodismo sobre diversidad y género. Por otro lado, hay que dedicar esfuerzos a realizar investigaciones fundamentadas y serias cuando se habla de las mujeres
inmigradas. Y todo esto debe ser impulsado y acompañado de una clara voluntad política de las personas que ocupan lugares de responsabilidad en los medios de comunicación y en las instituciones
http://www.acsur.org/IMG/pdf/ACSUR-Se_buscan_complices_CAST-BAJA.pdf
encargadas de velar por un tratamiento equilibrado de las mujeres
inmigradas en los medios de comunicación

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