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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Aprendamos a distinguir entre “objeto de consumo” y “consumir un objeto”


"Llega la navidad. Llegan las reuniones familiares, las cenas de empresa, las postales navideñas, las comilonas y sus excesos, la lotería, las calles llenas de lucecitas de colores, los adornos,  los escaparates llenos de brillos y lentejuelas, las felicitaciones  de quienes nos ignoran el resto del año, las ausencias de nuestros seres queridos (que las hay, y muchas) y  los imprescindibles anuncios navideños. Cientos y cientos de imágenes que machaconamente nos recuerdan que estamos en navidad y que, para celebrarlo, debemos comprar compulsivamente todo aquello que, durante los once meses restantes, ni hemos necesitado ni echado de menos. En la publicidad ya lo hemos visto todo. Anuncios originales, como el de una bebida de cola; alegres, como el de un turrón que siempre vuelve a casa por Navidad; optimistas, como el de la lotería, que durante unos días nos llena de ilusión para, al día siguiente del sorteo, devolvernos a la realidad; y también sexistas, faltaría más. La publicidad sigue utilizando a las mujeres para vender sus productos, no importa de qué producto se trate, porque la imagen de una mujer, sobre todo si es joven y guapa, siempre es, garantía de éxito.
Según distintos estudios, más del 35% de los anuncios que se emiten por tv reproducen roles y estereotipos sexistas. La publicidad sigue presentándonos como responsables del cuidado de la casa y de las obligaciones para con la familia y, al mismo, intenta convencernos de que podemos tener un cuerpo libre de imperfecciones (sin arrugas, sin ojeras, sin estrías, sin michelines…) gracias a la innumerable lista de potingues que, sin dudarlo, los corregirán  
Los anuncios de perfumes inundan nuestras retinas con imágenes de bellas y sofisticadas mujeres que seducen a hombres inmensamente atractivos y varoniles que caen rendidos a nuestros pies, embriagados por el suave y delicado aroma que emanan nuestros cuerpos. Estos anuncios, en los que la imagen de la mujer es utilizada como foco de atracción para el hombre, son la mejor demostración de que para la publicidad somos necesarias y, me atrevería a decir, absolutamente imprescindibles.
Pero si de publicidad sexista se trata, y más en esta época, los anuncios de juguetes son los que se llevan la palma. Las niñas son el objeto de anuncios en los que el papel de madre, cuidadora, hacendosa ama de casa y esposa sacrificada, sirven para perpetuar el rol de la mujer entregada y sumisa que tanto daño nos está haciendo 
La publicidad es una herramienta mediante la cual se transmiten valores, actitudes y comportamientos culturales y sociales que contribuyen a conformar nuestra ideología e identidad como personas. Por eso es tan necesario que aprendamos a distinguir entre lo que significa un “objeto de consumo” y “consumir un objeto”
Estamos en navidad. Hagan ustedes la prueba y observen la publicidad que todo lo invade. Se sorprenderán"

Aurora Valdés Suárez

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