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jueves, 12 de mayo de 2016

Mito: La legalización del aborto no lo hace seguro. 6/11


Dato: Cuando las mujeres tienen acceso a servicios de aborto seguro, legal y a precios asequibles, se reducen drásticamente las tasas de muertes y lesiones maternas atribuibles al aborto inseguro.

Las leyes restrictivas que penalizan al aborto no impiden que las mujeres obtengan abortos inseguros para interrumpir embarazos no deseados (Sedgh et al. 2007). El marco jurídico que regula los servicios de aborto afecta directamente la seguridad del procedimiento de aborto. En los lugares donde el aborto no es permitido por la ley, los servicios no son regulados y no se pueden ofrecer abiertamente. En los países donde el aborto es ilegal, el riesgo de muerte y lesión de las mujeres que
buscan servicios de aborto es en promedio 30 veces más alto que en países donde el aborto es permitido por la ley (Grimes et al. 2006).
Los abortos inseguros ocurren principalmente en los países en desarrollo, donde el aborto es muy restringido por la ley.
De unos 41.6 millones de abortos realizados mundialmente en 2003, casi la mitad, 19.7 millones, fueron abortos inseguros y se realizaron en países en desarrollo con leyes de aborto muy
restrictivas (Singh et al. 2009). Los abortos inseguros a menudo son realizados por personas no calificadas, que utilizan métodos peligrosos en condiciones antihigiénicas. También pueden ser
autoinducidos por las mujeres, quienes se introducen objetos extraños o líquidos en la vagina y/o en el cuello uterino, beben sustancias peligrosas, emprenden actividades físicas traumáticas peligrosas, se toman productos farmacéuticos o manipulan el abdomen, entre otros métodos.
Tres estudios de casos bien documentados demuestran cómo la legalización del aborto aumenta la seguridad del procedimiento.

Rumania:
Antes de 1966, las mujeres rumanas podían obtener servicios de aborto seguro y legal por medio del sistema de salud nacional.
En aquel entonces, la baja tasa de mortalidad materna de Rumania era similar a la de otros países de Europa Oriental donde el aborto era permitido por la ley. En 1966, el presidente Nicolae Ceausescu penalizó tanto el aborto como el uso de anticonceptivos. Por consiguiente, aumentó drásticamente la razón de mortalidad materna de Rumania de 16.9 por cada 100,000 nacidos vivos en 1965 a 151.3 por cada 100,000 nacidos vivos en 1982: 10 veces más alta que en cualquier otro país europeo con aborto legal (David 1999). Desde 1980 hasta 1989, aproximadamente 500 mujeres rumanas murieron anualmente por complicaciones relacionadas con el aborto inseguro. Tras la expulsión de Ceausescu en 1989, Rumania legalizó el aborto y la anticoncepción. Esto tuvo como resultado una reducción del 50% en la tasa de muertes maternas durante el primer año después de la legalización (Stephenson et al. 1992).

Sudáfrica:
En 1996, la Ley de Libre Elección en cuanto a la Interrupción del Embarazo (CTOP, por sus siglas en inglés) liberalizó las leyes de aborto en Sudáfrica. Según un estudio realizado antes de la legalización, en 1994, unas 45,000 mujeres eran atendidas anualmente en hospitales públicos por complicaciones relacionadas con aborto inseguro; de éstas, aproximadamente 425 mujeres murieron (Rees et al. 1997). Las tasas de muertes maternas relacionadas con aborto disminuyeron en un 91% durante los siete años entre 1994 y 2001 (Jewkes y Rees 2005).
La tasa de morbilidad grave también disminuyó entre 1994 y 2000, del 17% al 10% entre las mujeres que buscaban atención postaborto en hospitales sudafricanos (Jewkes et al. 2002).

Carolina del Norte, EE. UU.:
Desde 1963 hasta 1972, el 15% de todas las muertes relacionadas con el embarazo en Carolina del Norte, EE. UU., fueron causadas por las complicaciones del aborto inseguro (Meyer y Buescher 1994). En 1973, el fallo de la Suprema Corte de EE. UU. en el caso de Roe contra Wade, estableció la
inconstitucionalidad de las leyes estatales que restringen el derecho de una mujer a la interrupción legal del embarazo. Por consiguiente, la legislatura del estado de Carolina del Norte modificó su estatuto de aborto para permitir el aborto durante las primeras 20 semanas del embarazo por personal médico titulado en clínicas y hospitales certificados. Inmediatamente después de Roe contra Wade, desde 1973 hasta 1977, la tasa de mortalidad materna relacionada con el aborto disminuyó en un 85% en Carolina del Norte, comparada con el periodo anterior (Meyer y Buescher 1994)

Antecedentes:
Los datos sobre aborto del año 2003 indican que la gran mayoría de abortos (el 92%) en países industrializados con leyes de aborto progresistas son seguros comparados con los países en desarrollo con leyes restrictivas, donde el 55% de los abortos son realizados en condiciones inseguras y clandestinas (Sedgh et al. 2007). Un número desproporcionado de mujeres jóvenes sufren discapacidad inmediata y a largo plazo y mueren a consecuencia de las complicaciones relacionadas con el aborto inseguro. En el año 2003, un 40%, o dos de cada cinco abortos inseguros en las regiones en desarrollo, eran realizados en mujeres jóvenes menores de 25 años de edad (Shah y Ahman 2009).
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la incidencia del aborto, aproximadamente 70,000 mujeres mueren cada año a nivel mundial a consecuencia de abortos inseguros. La gran mayoría de estas muertes ocurren en países en desarrollo: 36,000 en África, 28,400 en Asia y 2000 en Latinoamérica y el Caribe (1400 de estas muertes ocurren en países sudamericanos) (OMS 2007).

Fuentes :
David, Henry, ed. 1999.
From abortion to contraception: A resource to public policies and reproductive behavior in Central and Eastern Europe from 1917 to the present. Westport, CT: Greenwood Press.

Grimes, David, Janie Benson, Susheela Singh, Mariana Romero, Bela Ganatra, Friday E. Okonofua e Iqbal H. Shah. 2006. Unsafe abortion: The preventable pandemic.The Lancet , 268(9550): 1909-19.

Jewkes, Rachel y Helen Rees. 2005. Dramatic decline in abortion mortality due to the Choice on Termination of Pregnancy Act.South African Medical Journal , 95(4): 250.

Jewkes, Rachel, Heather Brown, Kim Dickson-Tetteh, Jonathan Levin and Helen Rees. 2002. Prevalence of morbidity associated with abortion before and after legalization in South Africa.
British Medical Journal , 324(7348): 1252-1253.


Meyer, Robert E. y Paul A. Buescher. 1994. Maternal mortality related to induced abortion in North Carolina: A historical study. Family Planning Perspectives , 26(4): 79-80.

Organización Mundial de la Salud. 2007.Unsafe abortion: Global and regional estimates of the incidence of unsafe abortion and associated mortality in 2003.Ginebra: OMS.

Rees, Helen, Judy Katzenellenbogen, Rosieda Shabodien, Rachel Jewkes, Sue Fawcus, James McIntyre, Carl Lombard y Hanneke Truter. 1997. The epidemiology of incomplete abortion in South Africa.South African Medical Journal , 87: 432-437

.Sedgh, Gilda, Stanley Henshaw, Susheela Singh, Elizabeth Ahman e Iqbal H. Shah. 2007. Induced abortion: Estimated rates and trends worldwide. The Lancet , 370(9595): 1338-45

Shah, Iqbal y Elisabeth Ahman. 2009. Unsafe abortion: Global and regional incidence, trends, consequences, and challenges. Journal of Obstetrics and Gynaecology Canada , 31: 1149-1158.

Singh, Susheela, Deirdre Wulf, Rubina Hussain, Akinrinola Bankole y Gilda Sedgh. 2009.
Abortion worldwide: A decade of uneven progress.Nueva York: Alan Guttmacher Institute.

Stephenson, Patricia, Marsden Wagner, Mihaela Badea y Florina Serbanescu. 1992. Commentary: The public health consequences of restricted induced abortion – Lessons from Romania. American Journal of Public Health, 82(10): 1328-1331

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