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sábado, 7 de julio de 2012

No a la Tortura: El peligro de manifestarse y expresarse




En abril se confirmaron mis temores; más de 30 hombres enmascarados y armados me sacaron de mi casa, delante de mi hijo, al que tuve que dejar solo. Sufrí abusos físicos y emocionales, me vendaron los ojos y me esposaron. Me golpearon con las manos y con los pies, con una manguera, y me aplicaron descargas eléctricas. Me amenazaron con violarme. Me amenazaron con matarme para que confesase y admitiese acusaciones falsas. Me humillaron y acosaron sexualmente [...] Entonces empezó el horror de los tribunales militares.

Trabajadora bahreiní del servicio de salud. Ella y otros 19 miembros del personal médico fueron condenados a penas de prisión el 29 de septiembre de 2011


Cada vez más mujeres salen a la calle o utilizan internet para mostrar discrepancia con sus gobernantes, líderes religiosos o fuerzas de seguridad. Su protagonismo cada vez mayor en ocasiones ha conllevado el intento de silenciarlas, siendo la tortura un método recurrente en numerosos Estados.

En Bahréin el gobierno continúa reprimiendo la disidencia, la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión en el país.

Aayat Alqormozi, estudiante que había recitado poemas durante las protestas de febrero de 2011, fue detenida cuando se presentó ante las autoridades el 30 de marzo del mismo año. Miembros de las fuerzas de seguridad enmascarados habían registrado la casa de sus padres en dos ocasiones y habían amenazado con matar a sus hermanos si no se entregaba. Pasó los primeros 15 días recluida en régimen de incomunicación, y, según contó, durante ese tiempo le propinaron patadas y puñetazos, le aplicaron descargas eléctricas en el rostro, la obligaron a permanecer de pie durante horas, la insultaron y amenazaron con violarla. El 12 de junio, el Tribunal de Seguridad Nacional la condenó a un año de cárcel tras declararla culpable de participación en protestas ilegales, alteración de la seguridad pública e incitación al odio al régimen. Quedó en libertad condicional el 13 de julio tras comprometerse a no participar en protestas ni criticar al gobierno. Su causa fue remitida al Tribunal Penal Superior de Apelación, que el 21 de noviembre dictó su suspensión sin aclarar la situación jurídica de Aayat Alqormozi. Al finalizar el año, ésta quedó en libertad, pero no se le permitió reanudar sus estudios en la Universidad de Bahréin.

            En Yemen se han seguido recibiendo denuncias de tortura y otros malos tratos a detenidos por parte de las fuerzas de seguridad. Según la información recibida, los métodos más comunes son palizas, descargas eléctricas, quemaduras de cigarrillos y suspender a la persona por las extremidades, a menudo durante periodos prolongados.

Las mujeres desempeñaron un papel importante, a veces de liderazgo, en las manifestaciones contra el gobierno, por lo que, el 15 de abril del pasado año, el presidente Salé condenó públicamente como “contraria al islam” la mezcla de hombres y mujeres en las manifestaciones. Como respuesta, miles de mujeres se manifestaron para desafiar así lo que consideraban un intento del presidente de restringir su derecho a la libertad de expresión y a participar en los asuntos públicos. Las mujeres activistas y periodistas fueron perseguidas por las fuerzas de seguridad y por simpatizantes del gobierno, que las sometieron a hostigamiento, detención y, en algunos casos, palizas por participar en manifestaciones. Algunas fueron amenazadas a través de sus familiares, por ejemplo ordenando a sus familiares varones que las controlaran y que reprimieran su activismo.

Pruebas forzosas de virginidad: sólo para mujeres


“Todas las fuerzas militares y de seguridad deben ser claramente instruidas de que la tortura y otros tratos degradantes, incluidos los “test de virginidad”, no serán tolerados y serán  investigados. Los que sean declarados culpables de tales actos deben ser llevados ante la justicia, y las valientes mujeres que denunciaron tales abusos protegidas de posibles represalias.”




Investigadora de Amnistía Internacional tras entrevistar a Salwa Hosseini, mujer egipcia de 20 años detenida durante las manifestaciones, 2011.


La realización forzosa de “pruebas de virginidad” a mujeres y niñas, en muchas circunstancias, ha sido reconocida por el derecho internacional como una forma de tortura debido al grave dolor y sufrimiento físico y mental que provocan.

En Egipto, acosar y agredir sexualmente a las mujeres manifestantes es una práctica que ya se utilizaba con frecuencia durante el gobierno del ex presidente Hosni Mubarak. En 2005, según informes, se contrató a matones para agredir a las periodistas que participaban en una protesta para pedir el boicot de un referéndum sobre la reforma constitucional. Este acoso es cada vez mayor. A principios de junio de 2012, un grupo de activistas que pedían el fin del hostigamiento sexual contra mujeres fueron manoseadas y golpeadas por una turba de hombres cuando recorrían la plaza de Tahrir.

Durante las movilizaciones de la llamada “primavera árabe”, las fuerzas de seguridad reprimieron el papel activo de las mujeres cometiendo abusos tan graves como las llamadas “pruebas de virginidad”.

Dieciocho mujeres fueron detenidas el 9 de marzo de 2011, cuando el ejército desalojó por la fuerza a los manifestantes de la plaza de Tahrir de El Cairo. Todas menos una fueron sometidas a registros corporales sin ropa y siete de ellas a “pruebas de virginidad”, constitutivas de tortura, en la prisión militar de Heikstep. Además se amenazó con acusar de prostitución a las que se considerara “no vírgenes”. Primero habían sido conducidas al Museo Egipcio con otros detenidos, donde los soldados las esposaron, las golpearon con palos y mangueras, les aplicaron descargas eléctricas en el pecho y las piernas y las insultaron. Comparecieron ante un tribunal militar, pese a ser civiles, y quedaron en libertad dos días después. Varias fueron declaradas culpables de delitos como conducta desordenada u obstrucción del tráfico y les impusieron condenas de prisión condicional. En diciembre, un tribunal administrativo determinó que las “pruebas de virginidad” eran ilegales y ordenó a las fuerzas armadas que dejaran de hacerlas.

26 de junio de 2012 : Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura
Fuente : Amnistía Internacional.  Gracias a Maria Isabel Tellado
http://www.compromisorse.com/upload/noticias/006/6798/informetortura_y_genero_2012_final.pdf
http://www.otromundoesposible.net/derechos-humanos-vulnerados/torturadas-por-lo-que-son-torturadas-por-lo-que-hacen

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