Conocer el feminismo, abrazarlo, hacerlo nuestra filosofía y
propósito de vida es para muchas de nosotras no sólo la única y mejor forma de
estar en el mundo, sino también de aportar a este algo mediante el trabajo que
cada una realizamos en y desde nuestro propio campo. Y es verdad que hacer
activismo feminista no es una tarea fácil, pero es muy especial y gratificante
cuando nuestra labor de servicio es un proyecto de familia.
Pienso por ejemplo en lo maravilloso que fue y es para mi
amiga y editora Hortensia Hernández y su hija Violeta Doval Hernández,
colaborar y publicar juntas el mes pasado su magnífico libro: Sabias y Savia,
una enriquecedora recopilación que nos da a conocer la importante labor de
cincuenta feministas de diferentes países, las cuales trabajan en pro de la
vida, seguridad, bienestar y desarrollo de las mujeres y niñas de todo el mundo
y por la igualdad real entre los dos sexos.
Imagino y celebro enormemente lo enorgullecedor y motivador
que es para Hortensia y Violeta unirse y llevar a cabo el proceso y la
culminación de este valioso proyecto literario-feminista-activista, lo que me
da la pauta para tomar prestado este espacio y compartirles una de mis más
entrañables experiencias de labor feminista en familia.
El pasado 11 de julio se cumplieron quince años de aquella
tarde en la que presentamos la exposición de pintura “Viva la vida”, en St.
Joseph County Public Main Library South Bend, IN. Y hoy he querido rememorar
este evento no sólo porque ha sido uno de los más emotivos y significativos en
mi servicio social y activismo feminista, debido a que ese fue un proyecto en
el que se integró parte de mi familia; sino también y sobre todo por la
positiva trascendencia que tuvo para el autoconocimiento y autoestima de las
participantes.
<<Durante las últimas semanas, Mariposas, un grupo de
apoyo contra la violencia doméstica ha estado trabajando en el taller de
acuarelas al aire libre. En un ambiente campestre rodeadas de naturaleza y
dirigidas por el joven pintor y músico Aníbal Fausto (mi hijo), las mujeres
están aprendiendo a combatir el estrés de la rutina diaria y a descubrirse a sí
mismas, mientras dan sus primeros pasos a través de este mágico mundo de formas
y colores>> ((Extracto de mi artículo publicado en julio de 2009).
El tema-modelo escogido por ellas mismas para llevar a cabo
en este taller fue la obra artística de la pintora mexicana Frida Kalho, con la
que se sentían identificadas por su nacionalidad e inspiradas por su ejemplo de
fortaleza y tenacidad ante los duros embates de la vida.
Como mujer feminista, como facilitadora del grupo Mariposas
y como mamá, fue muy gratificante ver montada la exposición con el trabajo que
cada una de las mujeres realizó, más algunas de las obras de Aníbal que el
mismo decidió exhibir como muestra de su apoyo a nuestro grupo, y en contra de
la violencia de género.
Este acontecimiento como lo dije en su momento fue más que
una pequeña exhibición artística, fue una gran muestra de crecimiento y
superación personal, de unión familiar y de amistad también, pues el
maravilloso espacio en el que Aníbal impartió este taller de pintura pertenecía
a Gina Cortez, una de nuestras mejores amigas quien generosamente y con
verdadera alegría nos abrió las puertas de su casa.
Detrás de cada pintura había la historia de fuerza y coraje
de una mujer así como su deseo de superación, y los sueños e ilusiones de cada
niña que participó.
Recuerdo que durante el proceso de creación mi emoción
crecía mientras observaba los rostros relajados, el toque tan personal y la
soltura con que todas ellas expresaban sus emociones en cada pincelada,
mientras que al hacerlo iban venciendo su timidez y miedos a la vez que su
autoestima crecía.
De igual modo me emocionaba cuando veía con admiración y
orgullo a mi hija Rember que a sus 17 años ya tenía la nobleza y la valentía
para asumir la dirección general de Mariposas, y cuando miraba con ternura y
gratitud a mi pequeña hija Galilea que con tan sólo ocho años de edad era la
encargada de repartir y abastecer a las asistentes los materiales de pintura,
bocadillos y bebidas, además durante otras actividades del grupo entregaba a
cada mujer, las hojas con la información de los diferentes recursos comunitarios
existentes en nuestra localidad.
Era en esos momentos que pensaba en el largo y no siempre
fácil camino que individualmente y como grupo habíamos recorrido para llegar
hasta ahí, en lo tanto que estábamos creciendo y en lo mucho que valía la pena
continuar mi ser y hacer feminista como mamá, pero también como facilitadora de
grupos, asesora de recursos, consejera y columnista.
A quince años de distancia de aquel memorable taller y
exposición de pintura, continúo pensando en la importante valía que tiene el
granito de arena que cada quien aportemos para cambiar la difícil situación de
la vida femenina, y por consiguiente de la familia y la sociedad en general
porque a fin de cuentas el feminismo bien entendido y bien aplicado, beneficia
tanto a las mujeres como a los hombres.
Quiero mencionar que, aunque en la actualidad hay más
mujeres feministas (y hombres simpatizantes del feminismo) de las que ha habido
en toda la historia de este movimiento, ser activista por los derechos de las
mujeres y las niñas muchas veces sigue siendo una labor muy solitaria, por
increíble que esto pueda parecer.
De ahí que encontrar e integrarse a un colectivo afín a
nuestra visión y práctica feminista (en mi caso feminismo pacifista) es
magnífico, pero cuando nuestro interés, empatía, compromiso, trabajo y voluntad
de servicio es un proyecto y propósito de familia, se convierte en una
experiencia con un plus de satisfacción y productividad agregado.
Pero ya sea en individual, en colectivo y/o en familia, el
hacer activismo feminista sigue siendo una necesidad global para la creación y
el impulso de propuestas, leyes, enmiendas, sanciones, y modelos de igualdad
entre ambos sexos en todos los ámbitos de la sociedad, pero también para la
creación de programas educativos, cursos y talleres que favorezcan la salud
mental-emocional-física,,el autoconocimiento, la autoestima y el desarrollo
integral de las mujeres y las niñas!.
Galilea Libertad Fausto.
Créditos de la ilustración: Axel Hernández.
Gracias querida amiga por tu texto y tus palabras que nos estimulan y alientan. Enhorabuena por ese precioso trabajo del que nos hablas a ti y a toda tu familia . Te cuento que en mi libro también ha participado mi hijo Víctor que ha diseñado la portada y a él debo agradecer también los logos de mis páginas y muchos de los detalles que las hacen más atractivas, ya sean los fondos o que se muevan algunas imágenes. Nuestro compromiso, querida amiga, nos trasciende lo que es maravilloso.
ResponderEliminarSoy yo la que en nombre de miles de mujeres y niñas de todo el mundo te doy las GRACIAS! Gracias por tu visión compromiso y enorme trabajo invertido en tus diferentes páginas, y tus espacios de oportunidad encuentro divulgación reconocimiento y siembra feminista como este y Heroínas.net!
ResponderEliminarY GRACIAS! a ti a tu hija y a tu hijo con el que me disculpo por no saber antes de su valiosa participación en este libro necesario y urgente de leer!
Y sī amiga querida, ver trascendida nuestra convicción y compromiso es maravilloso!!