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viernes, 23 de diciembre de 2016

Pretenden convertirnos en meras espectadoras del panorama político


"Faltan pocos días para que el 2016 finalice. Un año cargado de movimientos políticos y uniones desesperadas, de luchas partidistas y matrimonios de conveniencia en los que nuestra clase política ha vuelto a demostrar, una vez más, que los intereses de la ciudadanía siguen estando en un segundo plano muy por debajo de los suyos o de los de sus partidos políticos
A nadie le resulta ya extraño, que unos y otros sean capaces de ponerse de acuerdo, de aliarse y de firmar pactos cuando de asuntos de gran calado se trata, pero no es menos cierto que cuando esos asuntos hacen referencia a las mujeres y a sus derechos como ciudadanas, los acuerdos quedan relegados y paralizados para una mejor ocasión (porque ya se sabe, las cosas de mujeres pueden esperar…)
Los partidos políticos hacen gala de estar a nuestro lado, al lado de nuestras reivindicaciones, pero lo que el tiempo nos demuestra es que esa manifestación de apoyo es una falacia. Ni están ni se les espera. Día sí y día también, las mujeres nos vemos obligadas a pelear para hacer visibles nuestras demandas y para denunciar el incumplimiento de los compromisos que gobierno y partidos políticos han asumido, sin sonrojarse lo más mínimo
 Por eso es necesario, hoy más que nunca, cambiar la forma de hacer política. Porque es fundamental remover la “zona de confort” en la que nuestros compañeros varones están instalados y porque es urgente derribar los muros que sustentan un constructo social que aísla, incomunica y perpetúa  la desigualdad y la diferencia. Nosotras, las mujeres, debemos y tenemos que ocupar el espacio político que nos corresponde, porque es imprescindible que lo personal sea político y que lo político sea universal  
Nos ha costado mucho tiempo y mucho esfuerzo conseguir lo que tenemos. El camino emprendido es largo y tortuoso, porque cada paso que damos tiene su reacción, la reacción de quienes consideran que les estamos arrebatando su espacio y que, además, ni estamos preparadas para ocuparlo ni, por nuestra naturaleza “femenina”, es el espacio que nos pertenece 
Y aunque a algunas y algunos les cueste entender que nuestra pretensión sólo es ocupar ese espacio que como mitad de la población nos corresponde, no vamos a permitir que se silencie nuestra voz y no vamos a tolerar que se siga invisibilizando y ocultando nuestra identidad bajo un armamento ideológico que pretende convertirnos en meras espectadoras del panorama político
Nosotras estamos dispuestas"

Aurora Valdés Suárez

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