Traemos este texto para a la luz de nuestros días entender que pecados tan terrible cometían las brujas . ¿Los pecados eran de ellas o de los que las juzgaban.? A nosotras solos nos inspira esa imagen de algo podrido. Lean y comenten , por favor !
El Malleus Maleficarum (del latín: Martillo de las Brujas) escrito por Heinrich Kramer y Jakob Sprenger es probablemente el tratado más importante que se haya publicado en el contexto de la persecución de brujas y la histeria brujeril del Renacimiento. Es un exhaustivo libro sobre la caza de brujas, que luego de ser publicado primero en Alemania en 1487, tuvo docenas de nuevas ediciones, se difundió por Europa y tuvo un profundo impacto en los juicios contra las brujas en el continente por cerca de 200 años. Esta obra es notoria por su uso en el período de la histeria por la caza de brujas, que alcanzó su máxima expresión desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII.
Los principales autores y grandes demonólogos se remitían constantemente a la autoridad del Malleus Maleficarum
A ambos autores del Martillo de brujas preocupa la cuestión de por qué los hombres tienen menos relaciones sexuales con los succubi (diablos subyacentes con figura de mujer) que las mujeres con los incubi (diablos suprayacentes con figura de varón) (II, q. 2, c. 1), por qué, pues, hay más brujas que brujos. Esta cuestión ofrece a ambos la oportunidad para desarrollar con todo lujo de detalles su visión de la mujer, uniéndose así al coro teológico eclesial de los difamadores de la mujer, abundantísimos en la tradición católica.
En la Biblia encontraron materiales abundantes; sobre todo en los Proverbios de Salomón: «Una mujer bella e indisciplinada es como un anillo de oro en la nariz de un cerdo». Permanece el «motivo»: «El motivo es uno sacado de la naturaleza: porque ella (la mujer) es más sensual que el hombre, como se desprende de las muchas obscenidades carnales».
Estos dos autores citan también dichos infames sobre las lágrimas de la mujer: «Dice Catón: "Si llora una mujer, es que está tramando alguna perfidia". Se dice también: "Si una mujer llora, es que piensa engañar al marido"» (I, q. 6). Por otra parte, la ausencia de llanto es señal de culpa y de brujería. El hecho fisiológico de que un ser humano sometido a torturas sea incapaz de derramar una lágrima fue interpretado por ambos inquisidores en contra de las brujas y procuró a las mujeres torturas añadidas: «La experiencia ha demostrado», escriben ellos, «que cuanto más brujas eran, menos podían llorar ... ; es posible que, más tarde, en ausencia del juez y fuera del lugar y del tiempo de la tortura, fueran capaces de llorar delante de los guardianes. Si uno pregunta por qué no pueden llorar las brujas, cabe decir: porque la gracia de las lágrimas en los arrepentidos es uno de los dones más sobresalientes». Pero estos dos sádicos saben también qué pensar si una bruja llora. «¿Pero qué pensar si -mediante la astucia del diablo y con el permiso de Dios- sucede que también una bruja llora, pues, al fin y al cabo, el llorar y el engañar debe formar parte de la peculiaridad de las féminas? Se puede responder que los designios de Dios están ocultos ... , etc., etc.» (III, q. 15).
La inferioridad de la mujer (femina, en latín) se pone de manifiesto ya en ese término latino. «En efecto, el nombre femina proviene de fides (fe) y minus (menos), luego femina significa: la que tiene menos fe; puesto que ella tiene y conserva siempre una fe menor por su natural constitución proclive a la credulidad, también fue posible, como consecuencia de la gracia y de la naturaleza, que la fe nunca se tambaleara en la santísima Virgen, mientras que sí vaciló en todos los varones durante la pasión de Cristo» (I, q. 6). Como casi todos los grandes difamadores de la mujer que se han dado en el cristianismo, también los autores del Martillo de brujas -sobre todo Sprenger, que había contraído méritos especiales en la difusión del rezo del rosario- fueron grandes devotos de María.
Los autores del Martillo de brujas tienen otras muchas cosas en contra de las mujeres: «Si proseguimos nuestras investigaciones, comprobaremos que casi todos los imperios de la tierra fueron destruidos por medio de las mujeres. En efecto, el primer reino dichoso fue el de Troya ... ». Opinan ellos que «si no existieran las maldades de las féminas, por no hablar de las brujas, el mundo permanecería libre aún de innumerables peligros». También se les ocurre lo siguiente a propósito de las mujeres: «Mencionemos aún otra propiedad, la voz. Como la mujer es mentirosa por naturaleza, también lo es al hablar, pues ella pincha y deleita a la vez. De ahí que se compare su voz con el canto de las sirenas, que atraen con su dulce melodía a los transeúntes y luego los matan. Las mujeres matan porque vacían la bolsa del dinero, roban las fuerzas y obligan a despreciar a Dios ... Proverbios 5: "Su paladar (su forma de hablar) es más suave que el aceite; pero al fin es amargo como el ajenjo"» (I, q. 6).
Pero no sólo la voz de la mujer, también su cabello la predestina a copular con el diablo: «También Guillermo observa que los incubi (demonios en figura de varón) parecen intranquilizar más a tales mujeres y chicas que tienen bonito cabello ... porque ellas tienen el deseo o la costumbre de excitar a los hombres mediante el cabello. O porque presumen vanidosamente de él; o porque la bondad celestial lo permite para que las féminas escarmienten y dejen de excitar a los hombres con aquello con lo que también los demonios quieren que los hombres se exciten» (II, q. 2, c. 1). En cualquier caso, un fastuoso cabello femenino tiene algo que ver con la proximidad del diablo.
De EUNUCOS POR EL REINO DE LOS CIELOS
Iglesia católica y sexualidad
UTA RANKE-HEINEMANN
2ª edición, Capítulo 19 (págs. 205-217),IMPOTENCIA POR ENCANTAMIENTO,,COPULACION CON EL DEMONIO,BRUJAS Y SUPLANTACION DE NIÑOS
Editorial Trotta, Madrid, 2005
http://www.vallenajerilla.com/berceo/utaranke/sexualidad.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Malleus_maleficarum
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