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jueves, 23 de junio de 2011

Las mujeres toman el volante en Arabia Saudí



Lali Sandiumenge - 17-06-2011

Era un día de agosto de 2006. Los ocupantes de los vehículos que cruzaban en ese momento la Calzada del Rey Fahd, el puente que une Arabia Saudí con la isla de Bahréin, creerían que veían un espejismo. Una mujer se manifestaba, en solitario, mostrando una pancarta: “Dad a las mujeres sus derechos”. La protesta duró tan sólo veinte minutos, los que tardó la policía en llegar y arrestarla. En ese intervalo, un conductor le preguntó: “¿Por qué pides derechos para las mujeres cuando los hombres tampoco los tenemos?”.

Cinco años después, hombres y mujeres siguen sin tener derechos, pero la revuelta para exigirlos ha comenzado y está en manos femeninas. Wajiha al Huwaider, una de las más activas feministas saudíes, ya no está sola, ni en la calle ni mucho menos en la red, donde las mujeres han recogido la estela de la primavera árabe y se han organizado para decir que la hora del cambio ha llegado. La guerra arrecia en el ciberespacio y se libra simultáneamente en varios frentes: la plataforma de Facebook Saudi Women Revolution se propone derrumbar el sistema de patriarcado, que condena a las mujeres a ser menores de edad legalmente durante toda su vida; el movimiento Baladi (Mi país) exige el sufragio y la participación femenina en las próximas municipales, previstas para septiembre; Women's right to drive in KSA, desde Facebook, y Women2drive, en Twitter, luchan por acabar con la prohibición de conducir. Hoy, 17 de junio, es el día D: todas las mujeres saudíes en posesión de un permiso internacional de conducir están convocadas a poner la primera y arrancar, al volante de sus coches, de la revolución y de sus vidas.

La lucha de las mujeres saudíes no es nueva, pero las redes sociales han multiplicado la labor que desempeñaban desde hace años por su cuenta y riesgo un grupo reducido de escritoras y académicas. “Es maravilloso ver cómo las mujeres han recuperado su voz. El ciberespacio les ha dado la oportunidad de opinar sobre sus derechos y de contactar y coordinarse entre ellas”, afirma Hatoon el Fassi, profesora de Historia de la Universidad Rey Saud de Riad y una de las más veteranas sufragistas del país. La periodista saudí Ibtihal Mubarak compara el papel que los medios sociales están jugando en Arabia Saudí con el que tuvo en la antigua Unión Soviética el samizdat, la copia y distribución clandestina de publicaciones prohibidas. “No solo están suministrando información sino poniendo en contacto a personas con los mismos intereses, lo que es crucial en Arabia Saudí, donde no existe una sociedad civil activa. El régimen saudí es incluso peor que el de la antigua URSS en cortar los canales de participación de los ciudadanos en los asuntos económicos, políticos y sociales”, apunta desde Nueva York, donde vive. “Para las mujeres, son la única vía para concienciar y movilizarse; son enormemente útiles y poderosos, porque incluso si no tienes ordenador o acceso a internet, puedes conseguir la información a través de alguien que sí tiene. Este es el significado completo de 'viral': se extiende y extiende, más allá del mismo medio”.

Consciente de que el ciberespacio es un lugar difícilmente subyugable y potencialmente subversivo, la monarquía absoluta saudí restringió el uso de internet hasta 1999, cuando garantizó que podía controlar el acceso a la información y a los contenidos prohibidos: de forma muy general, todos los que son “incompatibles con la religión islámica y los sistemas nacionales”. El sistema de filtraje es uno de los más rigurosos, sofisticados y caros del mundo, pero también uno de los más transparentes. El guardián de la ortodoxia en la red, la Internet Services Unit (ISU), explica en su página web su filosofía y facilita formularios para que el público se convierta también en censor y solicite que se prohíba un portal. La lista negra incluía en 2004 más de 400.000 webs, entre los cuales, por supuesto, muchos que aluden a los derechos, la salud y la vida íntima de las mujeres.

Como habían hecho antes con los teléfonos móviles (en 2003 doblaban el número de líneas terrestres), los saudíes se apuntaron con entusiasmo a la red. En diciembre de 2000, había ya 200.000 internautas en el país, 1,6 millones en 2003 y 2,54 en 2005, lo que supuso un incremento vertiginoso del 1.170%. En 2010 la penetración era ya del 38,1% de la población, con casi 10 millones de usuarios. Desde muy pronto, los foros y los chats rooms causaron furor y permitieron a los jóvenes expresarse, comunicarse y discutir online acerca de todo, incluidos los temas prohibidos. La pantalla del ordenador, según El Fassi, se convirtió en una puerta de salida a la falta de libertad y a la represión, una suerte de atajo por donde “escapar a las leyes de la sociedad, imponer sus propias reglas y crear su propia comunidad”.

 Firma en apoyo de estas mujeres con Amnistia Internacional :
http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/arabia-saudi-mujeres-conducir/?origen=tw&org_kwd=comp

Mas información :
http://www.fronterad.com/?q=las-mujeres-toman-el-volante-en-arabia-saudi

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