Nos separan unas cuantas semanas del 5 de noviembre, día de elecciones presidenciales en Estados Unidos, y no sólo sus habitantes, sino el mundo entero estamos a la expectativa con una sensación para muchos de estar caminando a gran altura sobre una cuerda floja.
La diferencia de cordura, coeficiente intelectual, ética, moral, intenciones, y planes de gobierno entre Kamala Harris (candidata del Partido Demócrata), y Donald Trump (candidato del partido Republicano) es abismal.
La enorme diferencia comienza desde su respectivo concepto de liderazgo político, mientras que para él, la valía y poder de un líder está en a cuántos contrarios ha derribado y aplastado, para ella está en el número de ellos que ha levantado salvado y guiado.
Y esta nación realmente necesita ser salvada de la posible reelección de un dirigente que durante su presidencia implementó una política de odio, violencia, racismo, clasismo, egocentrismo y misoginia.
“En su primer mandato, la corrupción y la brutalidad de Trump fueron mitigadas por su ignorancia y pereza. En un segundo mandato, Trump llegaría con una comprensión mucho mejor de las vulnerabilidades del sistema, más cómplices dispuestos a seguirlo y un plan mucho más centrado en represalias contra sus adversarios e impunidad para sí mismo. Cuando la gente se pregunta qué podría deparar otro mandato de Trump, sus mentes subestiman el caos que se avecina”, (David Frum, proyecto The Atlantic, febrero 2024).
Y yo me pregunto, qué buen presente y futuro puede tener Estados Unidos con un personaje como Trump??, un individuo al que por cierto, un jurado recientemente encontró culpable de 34 delitos.
Que alguien así sea candidato a la presidencia de este o de cualquier otro país, francamente raya en lo inaceptable y ridículo!.
Estados Unidos necesita ser librado de esta amenaza de caos, que incluye también la violencia armada que dicho candidato promueve. Se necesita un alto a la prácticamente ilimitada venta de armas de fuego. En 2023 hubo en este país 650 tiroteos masivos, unos dos al día, en lo que supone el segundo peor dato desde 2014, según las estadísticas de Gun Violence Archive
En cuanto a la candidata demócrata hay mucha buena tela de donde cortar. Un artículo del New York Times de 2008 que enumeró a las mujeres que reunían las capacidades necesarias para convertirse en presidentas de los Estados Unidos, incluyó precisamente a la actual Vicepresidenta y candidata presidencial Kamala Harris, diciendo que ella tenía una reputación de luchadora dura y no se equivocó.
En su biografía se lee que es una política progresista y abogada estadounidense, nacida el 20 de octubre de 1964 en Oakland California. Miembro del Partido Demócrata, es la 49.ª vicepresidente de los Estados Unidos desde el 20 de enero de 2021. Ella es la primera mujer y la primera persona afroamericana y de ascendencia india en ocupar la vicepresidencia y la funcionaria elegida de más alto rango en la historia de Estados Unidos, desde 2017 hasta 2021, fue la primera senadora indo-estadounidense de este país representando a California de 2017 a 2021. Antes de su elección al Senado, ejerció como fiscal general de California entre 2011 y 2017.
Pero al sobresaliente bagaje académico y brillante desempeño político (que abarca mucho más que la anterior reseña)de Kamala Harris, se le suma la empatía y conexión que tiene con las minorías y los menos favorecidos dentro y fuera de su país. Su labor en Centroamérica llevó a la creación de grupos de trabajo sobre corrupción y tráfico de seres humanos, un programa de empoderamiento para las mujeres, y fondos destinados a vivienda y negocios.
Este compromiso político y humano seguramente es atribuible a su propia experiencia de ser hija de inmigrantes, de haberlos acompañado de pequeña a sus actividades en la defensa de los derechos civiles, de provenir de la clase media, de ser mujer y de ser afro-india.
Desde 1986 es miembro de Alpha Kappa Alpha (AKA), una sororidad de estudiantes afroamericanas fundada en 1908 en Howard University de Washington DC.
“Como vicepresidenta, ha trabajado para unir a las personas con el fin de promover oportunidades, apoyar a las familias y proteger las libertades fundamentales en todo el país. Ha liderado la lucha por la libertad de las mujeres para tomar decisiones sobre su propio cuerpo, los derechos de la comunidad LGBT, la libertad para vivir a salvo de la violencia armada, la libertad de voto y la libertad para beber agua limpia y respirar aire limpio” (The White House).
Por otro lado, me resulta una real pérdida de tiempo mencionar aquí aspectos de la biografía del candidato republicano Donald Trump, baste mencionar lo que el mismo se encargado de dar a conocer: es un millonario estadounidense, caprichoso, inestable, vengativo, corrupto e incompetente políticamente hablando.
De ahí que a claras luces los fundamentos estadunidenses de libertad democracia y justicia corren un gran peligro si el Partido Republicano llega de nuevo a La Casa Blanca, así también se esfumaría la posibilidad de una reforma migratoria en beneficio de los once millones de personas indocumentadas que viven en EE.UU., de igual forma se expandiría el retroceso de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en este país.
Este riesgo se ha materializado desde que el pasado 8 de julio, el Partido Republicano ha avalado ya un programa electoral en caso de que su candidato salga victorioso de los comicios presidenciales del 5 de noviembre. El documento incluye un plan de deportación masivo y la prohibición a nivel nacional del derecho al aborto.
Aunque hasta el momento los promedios de las diversas encuestas nacionales muestran que la actual vicepresidenta supera a su rival, el pasado 19 de septiembre la periodista y presentadora de televisión Oprah Winfrey, hizo un fuerte llamado a que voten por Kamala Harris todas aquellas personas que están cansadas de peleas, de insultos, aquellas que están agotadas por la locura, las historias inventadas y las “conspiraciones”.
Y yo hago un llamado a la recuperación del sentido común, de la ética, la moral y hasta del instinto de supervivencia, votar por Donald Trump sería darle la oportunidad de ganar al fascismo, al supremacismo blanco, y al neonazismo!
Galilea Libertad Fausto.
Créditos de la ilustración a quien corresponda.
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