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lunes, 12 de julio de 2021

Aprendiendo a educar con Tania Garcia Becerril




Aprendemos con Tania Garcia Becerril sexóloga y educadora sexual. Maestra en Sexualidad y Equidad de Género, diplomada en Educación integral de la sexualidad para la prevención del abuso sexual infantil. Tallerista, conferencista y asesora en temas relacionados con la sexualidad, el género y la prevención de las violencias sexuales. Activista por los derechos humanos de las niñas, niños, adolescentes y las mujeres y soñadora de nacimiento, optimista incurable, feminista por convicción y educadora por pasión.

Pregunta:¿Con qué edades trabajas? 

 Respuesta: ¡Con todas! Hago talleres con niñas y niños desde desde los 3 o 4 años, durante toda su etapa escolar, con adolescentes y dirijo conferencias y cursos a las personas adultas que están involucradas en el cuidado, crianza y/o educación de bebés, niñas, niños y adolescentes. 




P¿Qué problemas más grandes te encuentras? 

 R: Me parece que el principal problema al que nos enfrentamos las activistas por los derechos sexuales y reproductivos así como las y los profesionales de la educación de la sexualidad es el desconocimiento generalizado de todo lo que abarca la sexualidad humana; la mayoría de las personas piensa que sexualidad es únicamente aquello relacionado con el coito y eso hace que no encuentren sentido a la propuesta de brindar educación integral de la sexualidad desde primera infancia. Podríamos decir que nos falta mucho trabajo de difusión respecto a todas las problemáticas sociales que se pueden atender y sobre todo PREVENIR con una educación de la sexualidad integral, basada en ciencia, con perspectiva de género y con enfoque de derechos. 

P: Sientes que  las madre y los padres te apoyan y valoran tu aporte? 

 R: En general, siento que las madres y padres no reconocen la importancia de un adecuado acompañamiento en la educación de la sexualidad de sus hijas/os hasta que se enfrentan con alguna problemática que no saben abordar; lamentablemente la problemática más grave que rodea a esta carencia es el abuso sexual infantil que también es el principal problema de la niñez en mi país, México, donde afecta a 1 de cada 6 niños, 1 de cada 4 niñas (según datos de INEGI, 2019). Al mismo tiempo a mí me maravilla presenciar el cambio que se produce en madres y padres cuando se dan oportunidad de escuchar en qué consiste la educación integral de la sexualidad y es, entonces, que pueden dimensionar el impacto tan grande que ha tenido en sus propias vidas la ausencia de esta educación y consecuentemente, son estas madres y padres quienes experimentan una especie de conversión y se vuelven ellas y ellos mismos activistas por este derecho de niñas y niños. 



P: ¿Podrías contarnos experiencias que te hayan marcado en las que tu influencia en las y los jóvenes haya sido muy importante? 

 R: Hay una que a mí me gusta mucho contar. Soy co-creadora de un programa de educación de la sexualidad para niñas y adolescentes de 9 a 13 años. A mi entonces socia y a mí nos gusta decir que era una escuela de feminismo. Bien, pues poco tiempo después de que se graduara la primera generación de niñas que estuvo en este programa, recibí comunicación de la mamá de una de las niñas. Quería contarme que, gracias a las habilidades y herramientas que había adquirido su hija en ese curso, pudo reconocer ciertas actitudes amenazantes de parte de su profesor de Educación física: una niña de 11 años, fue capaz de reconocer la estrategia de seducción de parte de un adulto con jerarquía y dar la voz de alarma. Cuando ella destapó el tema, más alumnas comenzaron a hablar de los comentarios que hacía ese profesor y de cómo las hacía sentir. La escuela lo separó del cargo y resultó que este hombre ya tenia un historial en las instituciones en las que había trabajado antes e incluso estaba unido a una joven que embarazó cuando esta era menor de edad y su alumna; y no era la primera. 

P:Educa la sociedad, no los padres. Si los valores sociales del grupo en que se mueve el niño, la niña, la o el  adolescente son machistas, es muy difícil cambiarlos en el hogar. ¿Cuál debería ser el papel de las madres y los padres para apoyar en dirección de la igualdad? 

 R. Creo que al igual que en todos los ámbitos de la crianza, el principal papel que tenemos los padres y las madres (yo misma lo soy) es el de modelar. Coincido contigo, en una sociedad predominantemente machista es muy difícil conseguir cambios, incluso si al interior de la familia se brinda una educación tendiente a la igualdad de los sexos y los géneros. Sin embargo, es esencial que nos reconozcamos en ese papel que es de gran influencia al menos en los primeros años de vida de las hijas e hijos y que sin duda será un referente importante a lo largo de todas sus vidas. Si bien, no podemos “blindarles” del machismo que impera fuera de las puertas de su casa, nos toca revisar los machismos que tenemos internalizados y que podríamos estar reproduciendo sin darnos cuenta. De igual manera, creo que es de suma relevancia que como madres y padres no permitamos expresiones, actitudes o prácticas machistas frente a nuestras hijas e hijos sin que sean cuestionadas, señaladas y cuando sea posible, impedidas







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